Feliz cumpleaños

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Hoy era el dia. Después de todo lo que pasó ayer, esperaba que aquello fuera una pesadilla. Ya tenía 16, aunque para ser más exactos sería a las 14:17.
Mis padres me habían dicho que fuera por la mañana con mis amigos y que por la tarde, cuando se acercara la hora que volviera. Para que estuviera con ellos para cuando desarrollará los poderes. Lo que me trajo otra vez a la realidad y significaba que entonces era verdad. Era un telépata o eso querían que pensara.

Así que había quedado con Gadriela, Hunter y mis amigos de siempre. Nos reunimos en el parque. Habían montado una mesa y unas guirnaldas. Lo primero de todo fue la tarta. Era de chocolate la había hecho la madre de Hunter, que era pastelera. Mis amigos me regalaron unos cómics y un vídeo juego y Hunter un reloj nuevo. Gadriela me dijo que me lo daría cuando volviéramos a casa. Así que estaba impaciente porque llegara la hora. ¿Podría ser que me regalara un beso? Va, ilusiones mías.

Jugamos todo el rato. Casi me estrello con un árbol jugando al futboll. Jajaja Gadriela había traído varios juegos de mesa a los que jugamos por un rey de pista.  Hunter y Jaime jugaban la final.

A las dos abandone el parque junto a Gadriela y Hunter. Los otros se quedaron en el parque. Dejamos a Hunter y nos dirigimos a mi casa. En la puerta Gadriela me dio el regalo. Cuando conseguí abrir la caja descubrí  una especie de bolas pequeñas. No lo entendía. Parecían canicas. Pero me dijo que dentro de un rato lo entendería.

Eso me pareció extraño ¿Podía saber ella algo de mis poderes? Espera si lo supiera me lo habría dicho, ¿no? La verdad es que ya era casi la hora, ella se fue para su casa y yo entré en la mía.
Al primero que me encontré fue a mi primo odioso. Luego a mi familia.

Como ya habían comido sólo quedaba el postre, pero como mi familia es especial en vez de tarta de cumpleaños habían traído una mousse enorme para poner las velas. Eso me gusta siempre era un postre diferente, a mi madre y a mi tía les gusta cocinar juntas y siempre sorprender a todos con un postre nuevo . Así que sople. Me cantaron cumpleaños feliz y empezaron a darme los regalos. Le di el regalo de Gadriela y los otros a mi madre. Se quedó mirando el de Gadriela. Me estaban regalando cosas muy raras.
Libros escritos raros, otra bola como la de Gadriela pero una sola grande, una navaja... Supongo que ya me enteraría para qué servían.

A la hora exacta en la que nací, empezó a dolerme la cabeza. Me encontraba súper mal. Mi madre me dijo que me tumbara en el sofa. Estaba temblando, me empezó a doler más la cabeza. No paraba de dolerme. Pensaba que me iba a explorar. De repente las cosas de la casa empezaron a moverse, me estaba mareando. Algunas se rompieron en el aire.  Sentía como si millones de mosquitos estuvieran lanzándose sobre mi cabeza, como si cortaran la piel. Escuchaba a gente hablar, pero no era mi familia ellos estaban callado mirándome atentamente. Incluso escuchaba a mi primo. Grité por el dolor y tal como vino se fue y con ello todas las cosas al suelo. Aún seguía aturdido por todo aquello. El dolor de la cabeza había disminuido, pero seguía sintiendo algo, escuchaba algunas voces. El que no se iba era la sensación de que me estuvieran abriendo la cabeza decenas de mosquitos.

Cuando me explicaron, entendí que las voces que escuchaba eran de ellos, pero de lo que pensaba. Me asombré. Cómo podía yo hacer algo así. Pensaba que no iba a ser capaz de hacer eso. También me explicaron que la bola era para almacenar recuerdos, pero aún no entendía porque Gadriela me la había dado algunas pequeñas. Tenía que preguntárselo la próxima vez que la viera.

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