Un Tímido Secreto

Votaciones

Todo el mundo parecía que estaba de celebración apesar se que aún no se habían celebrado las elecciones. Gadriela aparecía en la televisión cada dos por tres, más que ningún otro candidato. Nunca la había visto hablar así No pensaba que se le dieran tan bien las palabras.  

Nos pasábamos los días entrenando con Samuel y Azrael. El gimnasio o lo que fuera estaba a tope. Aunque estaba al máximo se podía entrenar sin chocarte con nadie.  Samuel y Azrael eran nuestros profesores. Calentabamos como una hora, entrenamos cuerpo a cuerpo , esgrima... Ya perdí la cuenta, solo notaba que estaba súper cansado y Miguel también. Nunca había hecho tanto ejercicio en mi vida. Me dolía todo el cuerpo. No sabía cómo iba a poder levantarme esta tarde para ir a votar.

¡Ostias! Se me había olvidado había que votar hoy. Todos parecieron caer en lo mismo que yo y nos fuimos corriendo a ... ¿A dónde había que ir?

-Siguenos- dijo Samuel sacándome de mi pregunta mental. Odiaba que me leyeran la mente.
-¿No podéis dejar de hacerlo? -
No sé si fui yo que estaba súper cansado o que realmente recibí una respuesta. Me pareció escuchar un no agitador , de los típicos de la escuela cuando responde todo el mundo.

Estaba aún más cansado tras aquella carrera. Se pararon en seco y yo estaba casi sin aliento. Entramos en el edificio color gris y de madera que tenía pinta de antiguo. Había mucha gente , pero había espacio. No sé cómo lo hacían pero siempre se podía andar tranquilo. Solo tuve que hacer dos cosas elegir un papel, y echarlo en una urna. Ahh y decirle a la mujer mi nombre.  Estaba claro había votado a Gadriela. Un momento se suponen que los votos son secretos y lo estoy pensando y alguien lo puede saber.

-Paranoico.- escuché decir a mi hermano. Le miré.- ¿Que? Tienes esa cara. No es mi culpa que seas tan expresivo.-

Dimos una vuelta, comimos y nos fuimos a la casa. Me quedo frito en la cama. Estaba demasiado cansado como para hacer algo y caí en los brazos de la cama.

Cuando me levante estaban todo viendo la televisión y Gadriela sentada  en el sofá también. Me sonrió.
-Buenos días bella durmiente.- me dijo Hunter. La verdad es que me sentía bien después de la siesta. Aunque supongo que mi cara de empanado aún seguía.

-¿Qué está pasando?-
-Son los recuentos de la votaciones desde el que menos hasta el que más. Por ahora solo han dicho uno el de el blanco moderado con un cinco por ciento.-
-Oye ¿Porque estás aquí y no con tu equipo ?- todos la miraron ¿Había hecho una pregunta que ya había respondido?
-Tengo mis sospechas sobre lo que va a pasar y necesitare un poco de ayuda.- me respondió mirando a Azrael. Parecía que en concreto le pedía algo a él o es que lo sabía, una de dos.

El de color consiguió el ocho por ciento. Un veinte por ciento para el extremista blanco y un quince para el extremista oscuro. Para el equipo de Gadriela fue un cincuenta por ciento. No tenía mayoría absoluta, pero parecía no importarle.
Cambió rápidamente de canal a uno con contraseña. Era de noticias, pero solo hablaba sobre la derrota de los blancos.
Un pequeño cartel venía abajo, no era capaz de entenderlo. Se escuchaban petardos fuera. Gadriela estaba nerviosa, estaba haciendo unas llamadas. Samuel y Azrael leyeron lo que estaba escrito en letra pequeña y en otro idioma.

-Debemos irnos ya.- empezó a recoger sus cosas, bueno su chaqueta y unas llaves. - ¿Por las sombras? - se miraron confusos. - Déjame a mí.- yo le di la mano a Samuel y Hunter, mi hermano a Azrael y Gadriela y ella a Samuel y Azrael.
Volvimos a cerrar los ojos , estaba vez fue diferente,más rápido.
Apreciamos en una ciudad, pero era de día. Había mucha gente y un avión.   

-Debemos entrar en él.- nos decía Gadriela.
-¿Porque?- le pregunté.
-Hay otro golpe de estado, ese avión nos sacará de aquí. Del continente.-
- Pero eso lo podéis hacer vosotros, ¿no?-
- Ninguno ha visto jamás otro contienen. No tenemos una imagen del lugar, para poder ir.-
Empezaron a escucharse golpes, como unos disparos, pero sin el sonido metálico irritante. Vimos algunas especies de esferas blancas que explotaban cerca nuestra. La gente se derrumbaba en el suelo.  

Estábamos casi en el avión, cuando sentí una punzada en la espalda. Una de las esferas se había quedado pegada a mí.
Cuando explotó sentí el mayor dolor que jamás pensará que podría sentir. Sentí las venas explotando dentro de mí cuerpo. Los huesos rompiéndose  y la fuerza de algo atrayéndome. Escuchaba las voces de alrededor gritándome. Sentí como mi cuerpo era movido por alguien con impaciencia. Las voces me decían que no cerrara los ojos. No podía, tenía que cerrarlos. El dolor era demasiado para mi.