Tus mayores miedos

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Los meses pasaban y cada vez que hablaba con ella mi corazón palpitaba más. Tenía que decirle lo que sentía. Además seguía pensando en lo que me había dicho Azrael. De qué mi familia era poderosas y que él me vigilaba.  Me entraban escalofríos solo de pensarlo

Tocaba clase de educación física, estábamos en el gimnasio jugando un partido de baloncesto. De repente las ventanas se rompieron. Las puertas empezaron a abrirse y cerrarse. El profesor nos dijo que nos echáramos hacia la pared que no tenía ventanas. Empezaba a hacer mucho viento y frío. Busque a Hunter y a los demás y estaban bien. No encontraba a Gadriela ¿Y si le había alcanzado algún cristal? Las gradas empezaron a moverse. Una de ellas se dirigía al lado donde estábamos. Nos movimos corriendo. Cuando vi donde había impactado vi a Gadriela, con Azrael ¿De verdad? Se estaban dando la mano. Todo el mundo miró para otro sitio. El viento están tomando forma. Se estaba acercando más a nosotros. Sólo había dos personas que no estaban mirando la escena, aparte de mi. Gadriela y Azrael. Ella estaba como abrazada a él como para no caerse y el miraba hacia abajo y la tenía sujeta por la cintura. Me estaba cabreado. Pero él me miro a los ojos y me hizo una señal de negación.
Escuché que me decía que no hiciera nada. Que él me ayudaría, pero no lo entendía.
El ser dejo de acercarse a nosotros es como si no pudiera pasar. Como si fuera un mimo. Habia tomado forma de una cara y parecía que gritaba.

-Tu traidor,pagarás por todo. Un trato es un trato y si alguien lo incumple nosotros también podemos hacerlo. Advierte a tu familia Castiel está tregua durará poco.-

Me había hablado ami. Me dolía la cabeza. Los miles de mosquitos volvieron. Mire a Azrael, me miro con preocupa. Iba a decirle algo pero Hunter se colocó a su lado. Le enseñó algo que tenía en la mano y lo lanzó.

-Todos sabréis lo que es vivir condenados al infierno. El mundo volverá a ser nuestro.-

Aquello lo había escuchado todo el mundo. Fue lo último que dijo. Se hizo la luz y desapareció. Me dolía la cabeza bastante. Vi todo moverse a mi alrededor y luego un golpe contra el suelo.

Cuando me levante no veía nada. Todo estaba borroso. Oía las voces de mis amigos, pero no conseguí identificarlos.
Empezé a ver mejor y los reconocí. Hunter, Jaime, Laila, Gadriela y Azrael. Estaba en la enfermería del colegio.
La enfermera entró. Me preguntó como estaba y me miró la vista. No había nada. Sólo el echo de levantarme tan bruscamente.

La enfermera les pidió que salieran a todos, menos a Azrael.  Quizás  ella sabía lo que soy y que Azrael es mi vigilante.
-¿Puedes quitarte la camisa? Es para la herida. Siento que hayas sido el último en curarte.-
-No importa alguien tenía que ser- le respondió. La enfermera se rió.
Cuando se quitó la camisa y le quitó el cacho de cristal, puede ver un tatuaje. No alcanzaba a verlo muy bien pero eran como unas alas o algo así. Le vendo la herida y se puso la camisa. Estaba de espaldas a mí y puede ver el tatuaje unos segundos antes de que se la colocará. Era idéntico al de Gadriela. Las alas y la flecha. Sólo había una diferencia el arco.Pero por lo demás idéntico.

-¡Bonito tatuaje!, ¿que significa?- le preguntó la enfermera.
-Es un símbolo familiar, es común hacernos lo a los trece años. -
Había respondido lo mismo que Gadriela. No podía ser casualidad. Algo estaba pasando y no me estaba enterando ¿Podían ser por alguna casualidad familia?

Mi padre vino a recogerme. Me dijo que me montará en el coche, que él tenía que hablar un momento con alguien. Hunter, Azrael y Gadriela estaban hablando parecían preocupados. Iba a hablar con ellos y a preguntarles. Pero resultó que mi padre quería también hablar con ellos. Hunter se fue. Y mi padre cogió a Azrael por el brazo y lo llevo un poco más lejos de la multitud. Le estaba gritando, estaba enfadado. Mire a Gadriela y me sonrió. Fue a donde estaban mi padre y Azrael. Le preguntó algo a mi padre. Respondió con cara sería y se fue. Los dos se quedaron hablando.

Cuando mi padre por fin se metió en el coche estaba cabreado. Aunque se le estaba pasando o eso parecía. Tenía que decir que decirle que había escuchado hablar a la cosa.

-Papa, debo decirte algo.-
-Dime hijo.- respondió atento a la carretera.  
-Esa cosa que nos atacó , me habló y sabía mi nombre.- entonce me miró y paró el coche.
-¿Que te dijo?-
-Algo de un traído, una tregua y que advirtiera a mi familia. Pero no lo entendí. Sólo lo escuché yo. Luego dijo que el infierno volvería y eso sí lo escucharon todos ¿Que está pasando papa?¿Y qué pasa con Azrael?-
-Aún no se qué está pasando, pero con Azrael nada.-
-Papa, sé que él es mi vigilante o algo así. Un día intenté leerle la mente y no pude. Se que es un telépata como yo.-
-Si es tu vigilante, todos los telepatas tiene uno hasta que aprenden a usar su poderes solos. Pero él no es un telépata.-
-¿Pero si tiene los mismo poderes que yo?-
-No creo que sea uno de nosotros. Pocos telepatas se unen a los vigilantes. La cosa que viste podría haberte matado, si no hubiera sido por él. Pero se supone que él está hay para impedir que estas cosas pasen.-
-¿Cómo?¿Entonces él hizo el campo de fuerza o lo que sea que hizo que no se acercara?¿Y lanzó lo que brillaba?-
-¿Me estás diciendo que alguien impidió que se acercara y que alguien hizo que se fuera con un destello?-
-Si, algo así, ¿porque?-
-Porque eso significa que has tenido ayuda para sobrevivir.-
-No, no te entiendo. Cuando lleguemos te lo explico.-
-¿Llegar a donde?-
No respondió. Cambio de dirección. No íbamos a casa. Nos estábamos adentrando en el bosque, otra vez. 

Un Tímido Secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora