Un Tímido Secreto

Sombras

No sabía cómo íbamos a llegar a donde quería ir tan rápido.

- Haber tengo una idea.- dijo el chico al que sabía que no acababa de conocer, pero que era un desconocido para mi. - pero es bastante arriesgado. Es la forma más rápido que se me ocurre de llegar.-
-¿Cómo?- le pregunté.- La verdad yo creía que íbamos a la escuela.-
-Y así es pero no será fácil llegar.-
-Como que no es fácil, está tan solo a unos kilómetros de aquí tardamos diez minutos como mucho. -
Sus ojos se clavaron en mí.- Créeme no será fácil. Iremos por las sombras. ¿No lo escuchas?-

Escuchar la verdad es que no me había percatado de eso, pero todo estaba en silencio. No entendía a qué venía eso.
-Pero si no se escucha nada.- Hunter parecía que si había caído, pero yo no entendía porque era malo el silencio.
-Es eso. Silencio en una ciudad. No hay pájaros volando ni un coche pitando. Demasiada casualidad.- se detuvo a respirar unos segundos.- Dadme las manos.- no me parecía buena idea aquello de las sombras.- Cerrad los ojos y no los abráis hasta que os lo diga. Por favor. - le dio un beso a Hunter. Por suerte ya había cerrado los ojos.

Sentía como el ambiente se volvía frío. El frío se colándose dentro de mis huesos. Algo viscoso a mi alrededor. Esperaba no haber dejado de darle la mano. Moví los dedos y recibí contacto. Él me agarró la mano fuerte. Como si quisiera que supiera que todo estaba bien y que sabía que estaba sintiendo. Puede que no conociera aquel chico pero me sentía seguro.
Empezaba a sentir cómo se iba el aire de mis pulmones. Él me agarró la fuerte. Sentí aire en mi oreja.
-Ya podéis  abrir los ojos.- dijo bajito.

Estábamos en una especie de camino. Parecía que estaba nublado.
- No os separéis y mejor daros la mano los dos. Yo voy delante.- parecía que se acababa de acordar de algo cuando iba a empezar a andar. - Todo lo que vais a ver son miedos de personas así que por favor, haced lo que os digo si nos encontramos con alguna. -
El camino era pesado o esa era mi sensación. Parecía que caminábamos por natillas y arenas. El paisaje cambió estábamos en el bosque.
-¿Hemos llegado, Sam?- le preguntó Hunter.
-Por desgracia. No.- le respondió muy serio.

Una mujer con una niña de unos siete años aparecieron. La mujer llevaba tres cesta llena de fruta y la niña jugaba con una comba. Unos hombres aparecieron en el lado opuesto con una cesta. La mujer apartó a la niña para que no molestara con la comba. Cuando pasaron al lado de la niña le sonrieron y ella a ellos.

-Teneis que mirar fijamente a la niña.- dijo enfadado.- Se perfectamente lo que va a pasar y si pestañeáis tendremos que pasar otra cómo está.-
-Pero que va a pasar- necesitaba explicaciones.
-Tu mira a la niña.- dijo gritando y cogiéndome de la camiseta por el cuello. Por suerte Hunter le detuvo.
-No te preocupes miraremos sin pestañear.- dijo marcando cada sílaba y me miró enfadado.

Uno de los hombre cogió a la pequeña y le colocó un cuchillo en el cuello. Dos cogieron a la madre. No había voz hasta ese momento. La madre forcejeaba gritando que soltara a la pequeña. Los hombre le dijeron que solo querían el dinero. La mujer decía que no tenía. Uno de los hombres que la sujetaba se enfadó , la golpeó y le clavó el cuchillo en el estómago. Rebuscó malamente entre sus bolsillos y su cuerpo. La tocaba de una forma horrible y lo peor era que la niña lo están viendo todo.

El que sostenía a la niña le dijo que parara que la estaba cagando. Se acercó a este le apartó de la mujer. Esta intentó escapar en ese momento, pero el hombre que había tenido a la niña la detuvo.
El que estaba enfadó decidió arremeter contra la niña. Se cabreo. Rebusco en sus ropas. La niña se quejaba. Al no encontrar nada decidió hacer algo horrible. Quería apartar la vista, pero no podía hacerlo. No quería pasar por algo así otra vez. Hunter sujetaba mi mano fuertemente, parecía que al igual que yo sabía que iba a pasar. El único que parecía tranquilo era su novio. Sam. Cómo lo había llamado.

El hombre se colocó encima de la niña, le quitó los pantalones y la penetró. Los otros dos hombres estaban asombrados por lo que había hecho, totalmente paralizados. La niña gritaba. El hombre le propinó un guantazo y una herida en el vientre. La niña no podía moverse. Se fue a por la mujer. Ambos hombres lo miraban preocupado.  Intentaron alejarlo de la mujer , pero él era más fuerte que los otros dos. Le clavó el cuchillo en el corazón. Los dos hombre abandonaron a su amigo. La niña se levantó y le dio con una piedra en la cabeza dejándolo inconsciente.

La pequeña se acercó a su madre. Parecía que todo había acabado.
-No aún no.- dijo Sam. Parecía leerme la mente, pero suponía que era una Sombra.
La madre le dijo algo a su hija, colocó sus manos en su cuello la niña intentó quitarselas, pero en vez de ayudar su manos inexpertas provocaron que se axfiriara. La niña rodeaba la garganta de su madre hasta que se escuchó un gruñido. Se levantó y cogió el cuchillo del hombre y se lo clavó en la aorta.

Todo volvió a ser oscuro, pero solo unos segundos. Volvimos al bosque.
-No preocupaos, ya si estamos en el instituto.-
Si era así no lo parecía. Todo lleno de árboles, no me sonaba ninguna zona así.
- Solo los oscuros saben de este bosque, debemos irnos rápido sino la radiación entrará en vuestro metabolismo.-

Creo que era el peor día de mi vida. Después de aquello no estaba bien y ahora hablaba de radiación.