En las horas de descanso, me la pasaba con Cláudia, ella también era nueva en el colegio y no tenía muchos amigos como yo. Nos llevábamos de puta madre o al menos así lo recuerdo, antes de que llegará otra chica al grupo.
Se apodaba "morita", su verdadero nombre nunca lo supe, pero la cosa es que en este día Claudia y yo la conocimos por primera vez.
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Claudia y yo estábamos sentados en las escaleras del lado derecho que llegaban al segundo piso de la escuela. Andábamos jugando subway surfers, nos habíamos enviciado demasiado gracias a la calidad de imagen de su tablet, cuando llegó una chica con lentes y se puso a mirarnos desde lejos.
Cláudia se dio cuenta de su presencia y la invitó a venir, era una persona demasiado amable mientras que yo era muy repelente con las personas desconocidas.
— Hola, ¿Quieres jugar también? —Le preguntó Claudia.
— Si ... Perdón, es que vi como se divertían y me dieron ganas de probarlo.
— No te preocupes, créeme es muy divertido.
La chica se sentó en el escalón debajo de nosotros.
— ¿Cómo te llamas? —Le preguntó Claudia.
— Me dicen Morita.
— LOL ¿Cómo la mamut bebé de la Era de Hielo? —Le pregunté.
La chica ahora conocida como Morita ignoro mi comentario, seguramente no le gusto mi comparación pero no era mala intención mía, porque la mamut bebe es muy tierna y bueno, la era de hielo es parte de mi bonita infancia.
Y así comenzó su bella amistad, yo solo me quede mirándolas como siempre. Parecía una buena persona aunque algo en ella no me terminó de convencer, siguieron charlando y por un leve momento me di cuenta de que se habían olvidado de mi.
— Eh ... Oigan, ya es mi turno. -Dije haciendo un ademán para que me pasaran la tablet.
Morita me miró súper mal.
— Espera a que termine mi turno.
Esa espera duro el resto del descanso y yo no volví a jugar otra vez, se fueron contentas de la vida hacia el salón mientras que me dejaban desolado en la escaleras.
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No se como describir ese sentimiento parecido al abandono, Claudia y yo nos habíamos convertido en buenos "amigos", todo para que al final conociera a una chica nueva, le agradara y se olvidara de mi ,pero yo confiaba en ella y sabia que no dejaría de ser mi amiga. Era un incrédulo.
Pasaron los días y las dos se habían vuelto inseparables, tanto que no podía estar cerca de ellas porque me ignoraban y Morita tenia una actitud de desagrado hacia mi , ya había captado las indirectas de que yo no le caía bien pero ella influenció a Cláudia para que se fuera alejando poco a poco, olvidándose de mi.
Nunca entendí el porqué me odiaba y actualmente esa información es desconocida.
A pesar de eso yo tenia a Santiago con quien me la pasaba en el salón pero a la hora del descanso, él se iba con sus amigos y yo me quedaba solo, el lado positivo era que aprovechaba el tiempo para leer y desde aquí me volví un reader profesional.
Pero de alguna manera aprendí que te sientes vacío, la soledad te hace sentir que no eres nadie en este mundo si no tienes a alguien a tu lado. Aunque al final aprendí a llevarme de la mano con ella porque después de todo, siempre eres tú contra el mundo y hay batallas que siempre tendrás que enfrentar solo.
Nunca pude encarar a Cláudia para saber el motivo de mi reemplazo por Morita, porque seamos realistas, ella solo se la pasaba conmigo porque no tenía a nadie más en ese momento y tan pronto conoció a alguien más, se largo literalmente de mi vida y no tenía más remedio que aceptarlo, me habían utilizado.
Desde aquí aprendí que no a cualquiera lo puedes llamar como tu amigo.
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La soledad se termino volviendo mi amiga pero también me trajo muchos enemigos. El distanciarme de Claudia ocasionó que llamara la atención nuevamente de los Playboys del salón, como así los llamó yo al creerse unos galanes de primera que pueden tener a cualquier chica a sus pies y se creen súper machos.
Yo nunca fui un chico muy varonil, prefería no meterme en problemas y consideraba que no tenia que ser igual a los demás hombres, y me empezaron a molestar por esto.
¿Recuerdas cómo me hicieron zancadilla en mi primer día de clases?
Bueno esto se multiplicó, porque además de ser un chico medio friki y timido, era uno de los empollones de la clase. Siempre me gusto estudiar y sacar buenas notas para enorgullecer a mis padres, la gente mediocre como ellos jamas lo entendería y nunca lo hicieron. Tan pronto como llegaba al salón me pedían las tareas del dia, cuando iba al baño me arrinconaban contra la pared y me insultaban, me desplazaban de los trabajos grupales y siempre que pasaba al frente para una exposición o algo parecido, se burlaban de mi y no me dejaban hablar.
Esto técnicamente era considerado como bullying pero habían ciertos límites que ellos no sobrepasaban que me impedía denunciarlos, así que solo pude hablar con mi director de curso para detener el acoso, como siempre no sirvió para una mierda y tuve que arreglármelas por mi cuenta.
Pero no era el único quien lo sufría, las chicas también eran muy crueles con aquella chica que miraba siempre hacia la ventana, solo por ser distinta y no seguir los estereotipos que rigen a esta maldita sociedad.
A veces cruzábamos nuestras miradas, podía entender que ambos deseábamos que nuestra situación fuera diferente y me dispuse a conseguir un cambio.
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No entregues tu corazón
Romance¿Nunca te has preguntado cuál es el verdadero significado de amar? Bueno, este es el dilema de Felipe. Un joven de 18 años quien ha pasado su vida tratando de encontrar a una persona que le pueda responder esta pregunta, buscándole una definición...