— ¿Tanto te importa saberlo Nathaniel? Porque más ganas de no decírtelo me dieron, adiós.Y le cerró la puerta en la cara nuevamente.
Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no reírme, el caso, volviendo a lo importante, la curiosidad me estaba matando.
— Oye Enana —Le hablé llamando su atención— No es necesario que respondas, pero a mi si me gustaría saber qué significó para ti.
Pude sentir a mis mejillas ponerse coloradas.
Me miró, luego agachó la cabeza, al parecer estaba pensando, lo que me hacía sentir más nervioso, volvió a mirarme y respondió:
— Eres la persona a quien yo más odio.
Mi corazón latía descontrolado mientras la veía irse a su habitación.
¿Qué podía pensar yo al respecto? Me sentía feliz como un girasol, y a la vez, anhelaba algo más. Pero, ¿Qué era ese algo más?
*********************************
Al día siguiente, temprano por la mañana
— ¡Achu! —Estornudé a tal punto de que pareciera que se me fuera a salir un pulmón.
Con el frío que esta haciendo me voy a terminar enfermando, por eso odio madrugar, aunque tengo varias razones: Porque llego demasiado antes a comparación de las demás personas, sumándole que Alicia me deja abandonado y me tengo que conformar con mi presencia para entretenerme; porque me gusta dormir hasta tarde y principalmente porque es deprimente levantarse temprano solo para sentarse en un pupitre por 8 horas.
Pero ¡Hey! Los amigos hacían más divertida la cosa.
— ¡Salud! Estornudas un poco duro ¿No crees?
Qué cosas de la vida, te sientas en un banco en el patio de tu colegio y como si fuera lo mas normal del mundo, se sienta también otro chico a tu lado y te habla sin que te des cuenta.
— Si, me lo dicen mucho, aunque mis estornudos son muy bipolares, también pueden sonar como los de un gatito.
— Marica, lo siento pero tengo que decírtelo, eres muy tierno.
Espera, ¿Dijo tierno? Ahí va otra persona a la lista de ¿Cuántas personas le han dicho tierno a Felipe en su vida? Porque no te miento, me lo dicen bastante seguido.
— Supongo que debería decir gracias.
— La verdad, fue el primer pensamiento que se me vino a la mente cuando te vi. ¡Oh si! No me he presentado —Se volteó para poder verme de frente—. Mucho gusto, mi nombre es Daniel.
— Encantado, soy Felipe. —Estire mi mano y chocamos los cinco—. Tu cara se me hace conocida, siento que ya te había visto antes.
— Bueno, estudiamos en la misma escuela así que no se me hace raro que nos hallamos cruzado alguna vez, o que hayas mirado con detenimiento mi belleza.
Me reí.
— Creo que es mi turno de decir la verdad: Me gustan tus ojos.
— ¿En serio? Gracias, me lo dicen mucho pero a mi no me gustan. Todo el mundo desea tener los ojos claros pero yo preferiría pasar inadvertido.
— No diría que es solo porque sean verdes, sino porque me reflejan cómo eres.
— Ya, te amo.
Me sonroje un poco.
Continuamos hablando y descubrí que tenia muchas cosas en común con Daniel: Le gustaba el anime, estaba viendo Naruto como yo, escuchaba rock, le gustaban los superhéroes y era inteligente. Ahora dime, ¿Sabes quién es?
Mientras hablábamos y caminábamos alrededor de la cancha, distinguí a Nathaniel en la entrada, parecía que estuviera esperando a alguien. Vi a La enana llegar, hoy se había quedado dormida y su mamá me dijo que no la esperará, porque podría llegar tarde si lo hacía, así que me vine solo. Nathaniel se le acercó, demasiado para mi gusto, y ella lo ignoró, pasando a su lado pero la siguió.
Joder, ¿No la puede dejar en paz?
Me molestaba que a pesar de los continuos rechazos de Alicia, él siguiera persiguiéndola, como si no entendiera que ya lo detestaba lo suficiente. Apreté mis puños y me controle para no ir tras él, ¿Ya te dije que quería golpearlo? Bueno, pues las ganas van en aumento.
— ¡Felipeeeee! —Me llamó Daniel recordándome que estaba hablando con él.
— Lo siento, me distraje, ¿Qué decías?
— No era algo realmente importante pero ahora, me gustaría saber el motivo de tu distracción.
— Yo ... No es nada.
¿Podrías por una vez no tartamudear en un momento crucial Felipe?
— Eso significa que si es algo, pero vale, si en algún momento necesitas un oído extra, aquí estoy.
Le agradecí y sonó la campana para entrar a clases, nos separamos porque teníamos clases diferentes, lástima.
Ahora que tenía tiempo para conversar conmigo mismo, era momento para filosofar sobre todo lo que me estaba pasando y que estaba relacionado con una sola persona: Alicia.
Recordé entonces las palabras de todos mis amigos: "He visto como eres cuando estás con ella Felipe", "Es obvio que estas actuando raro y tiene relación con ella", "Sabía que este momento llegaría, tú solo te darás cuenta", "¿Y no crees que te pueda llegar a gustar?"
Gustar.
¿Cómo sabes cuando gustas de alguien? Lo único que tenía como referencia eran las niñas que me habían gustado en el jardín de infantes, pero, sí comparamos ese gustar con lo que estoy sintiendo ahora por Alicia, se quedaría muy corto.
Vaya, así que así se siente gustar de alguien de verdad.
No sabía porque odiaba tanto a Nathaniel, ni porque quería golpearlo cada vez que lo veía o cuando se le acercaba a Alicia ... Ahora lo entiendo, yo estoy celoso, siento celos hacía él porque ... A mi ... Me gusta ... Ella.
Me gusta Alicia.
ESTÁS LEYENDO
No entregues tu corazón
Romance¿Nunca te has preguntado cuál es el verdadero significado de amar? Bueno, este es el dilema de Felipe. Un joven de 18 años quien ha pasado su vida tratando de encontrar a una persona que le pueda responder esta pregunta, buscándole una definición...