Con el paso de los años, vamos cambiando, crecemos, nuestros gustos se tornan diferentes y es inevitable, porque no siempre seremos los mismos.
Al principio, comencé a ver anime por simple curiosidad, y también porqué mis dos mejores amigos veían demasiado, fui influenciado por ellos totalmente y sin embargo, no pienso que fuera malo, ya que ahora compartimos este gustó y es bonito, poder tener este vínculo con ellos lo hace especial.
Te contaré el comienzo de mi vida como Otaku desinformado.
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Un día como cualquier otro
— Deberíamos hablar sobre las Lolis. —Opino Alicia.
— ¿Vas a sacar a relucir tu mente pervertida? —Pregunto Santiago.
— Nos dejaron una exposición sobre el tema dónde soy experta, ¿No puedo aprovechar?
Sí, lo sé, son raros.
Como te puedes dar cuenta, nos dejaron una exposición, pero no sobre Lolis en específico, me daría miedo el profesor que deje ese trabajo. Sino que, era sobre las tribus urbanas y una de ellas eran los Otakus. Yo no conocía nada de alguna tribu, así que decidí que eligieran ellos y obviamente eligieron a los virgenes amantes de las chicas 2D, aunque este estereotipo no era realmente cierto, bueno, tal vez un poco.
Y aquí me encontraba yo, más perdido que el otro par de mi media. No sabía ni caca y solo podía escuchar lo que ellos decían.
— Entonces, ¿Estás de acuerdo? —Me preguntó Santiago.
— Si si, con lo que ustedes digan yo estoy bien.
— Pobre mundano. —Exagero Alicia.
— ¿Disculpa?
— No te disculpó. No sabías de la existencia del anime, eso es una deshonra a tu raza.
— Si sabes que somos de la misma raza, ¿No? —Le reclamé.
— Al menos yo siempre supe que Dino Rey era un anime.
Eso no podía negarlo, mi yo miniatura era más indiferente que mi yo semi grande.
— ¿Perdón?
— Perdonado, pero no del todo, hasta que te reformes.
— No me voy a volver un pinche asocial como tú.
— Lo sé, porque nunca alcanzarias mi grandeza.
Bufé.
— Como tú digas. —Exclame sarcástico.
— No le hagas caso Felipe. —Me consoló Santiago— Tú ya eres genial como eres.
— Gracias.
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No entregues tu corazón
Romance¿Nunca te has preguntado cuál es el verdadero significado de amar? Bueno, este es el dilema de Felipe. Un joven de 18 años quien ha pasado su vida tratando de encontrar a una persona que le pueda responder esta pregunta, buscándole una definición...