Felipe se sintió como en un trance, como si este fuera otro de sus sueños alocados; pero, no lo era, esta era la realidad. La idea le parecía casi imposible, ¿Haber soñado casi un año de su vida? Sí alguien tiempo atrás le hubiera contado una historia similar, él no le habría creído.
Finalmente, llegó el médico y le dijo que su salud estaba bien; también le dijo que le darían de alta en dos días, mientras chequeaban que no hubiera ninguna anomalía.
Las demás personas se retiraron, hasta casi desaparecieron repentinamente, solo quedo él en la habitación, junto con sus pensamientos. ¿Qué pasaría ahora?, se preguntó.
...
Rápidamente, pasaron dos días y Felipe por fin fue dado de alta. Se sentía raro, como en una ilusión, una fantasía. También se sentía como en una película, donde era el personaje principal y le dieron la oportunidad de volver al pasado para corregir los errores que cometió. Qué absurdo, ¿No? Eso solo pasa en la televisión.
¿Había tenido una visión de lo que sería el futuro? ¿Su sueño fue alguna especie de clarividencia? ¿Lo que soñó realmente pasaría? Muchas preguntas rondaban su cabeza y lo hacían sentir inseguro.
Decidió tomarlo como una oportunidad que le fue otorgada. Rehaciendo nuevamente ese año de su vida, ¿Cuántas personas pueden revivir un tiempo específico de su vida? Él era uno de los únicos afortunados.
Y así, comenzó a arreglar cada una de sus fallas.
...
Felipe sentía constantemente un dejavú, lo ignoraba. Ahora se hallaba junto a Juana, de camino a la escuela, ella le contó que alguien la estaba acosando, Felipe sonrío. Ya sabía de quién estaba hablando.
Felipe le cuenta a Juana quién es su admirador secreto, y como por harte de magia, él desapareció de sus vidas totalmente, sin causar algún estrago.
A su vez, Felipe queda asombrado al saber que un detalle de su sueño, en la realidad si era diferente. Juana le confiesa que a ella nunca le intereso Alicia realmente, solo lo hizo para ponerlo celoso.
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Felipe vestía un traje negro, la ocasión lo ameritaba, mientras estaba frente a la lápida, una gota se escurrió de entre sus ojos. Alicia estaba seria, no decía nada, Felipe la notaba triste pero a la vez tranquila, porque al menos ahora, su abuela, podría estar en paz.
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Felipe cada vez estaba más confundido, ¿Por qué las cosas estaban cambiando tanto a como las soñó? Se seguía preguntando. Al principio, le había aliviado que muchas cosas que habían pasado en su anterior realidad realmente no habían sucedido, como la muerte de su perrita, su declaración hacia Alicia o la pelea con la mamá de Santiago. No obstante, las cosas habían cambiado, los acontecimientos estaban ocurriendo de forma diferente y Felipe, ya no tenía certeza de qué iba a pasar a continuación.
...
Los días pasaban muy veloces, demasiado, se encontraba frente a la casa de su abuela, no sabía cómo había llegado allí, casi llego a pensar que se había teletransportado. Recordó entonces, lo que había soñado hace un tiempo, donde iba a visitar a su abuela y justo ahí el sueño terminó.
Veía a una mujer, ya mayor, muy delgada y con el rostro demacrado, su cabello negro cubierto de canas; a pesar de tardar en reconocerla supo que esa persona era Betty, su abuela. ¿Pipe?, lo llamó, y justo ahí su serenidad se rompio, él corrió y la atrapó entre sus brazos, los dos lloraban en aquel conmovedor reencuentro.
Era algo que él siempre había soñado.
...
Felipe había vuelto a casa de sus padres, los tres vivían en paz y dejaron de ser esa familia rota que lo mantenía lastimado por dentro. Todos los problemas se habían esfumado, la infidelidad, la falta de dinero, Felipe se sentía tan liviano, estaba exento de sus cargas. Era un hogar, uno verdadero, lleno de risas y amor, como siempre debió ser, y él, no podía dejar de sonreír.
Era lo que él siempre había anhelado.
...
Felipe y Alicia estaban saliendo en una cita, él todavía no podía terminar de creerselo, ¿Qué sucesión de eventos habían ocurrido para llegar a este punto? Él no tenía idea, hace un momento, estaba con sus padres y ahora, con la chica que le gustaba en un parque de diversiones. Ya era muy notorio qué algo extraño estaba pasando, él lo sabía, pero, ¿Qué podía ser? Todo parecía tan real, al caminar junto a ella se sentía como siempre, dichoso.
En un momento, pararon, Felipe se volteó contra Alicia, ¿Por qué lo hizo?, una extraña fuerza controlaba sus acciones. Él no decía nada, ella tampoco, y de repente, paso, ella lo abrazó, no como los cortos abrazos que se habían dado hasta el momento, sino uno con sentimiento, ella realmente si lo tocaba, lo apretaba contra ella.
Su tacto era como siempre lo había imaginado, cálido, él deseo rememorar aquel beso ocurrido también en un sueño, volvió a pasar, se encontraba frente a ella y así, sin más, la estaba besando. Ahora el sentimiento había pasado de ser afable a ilusorio, ya que él no sentía sus labios, realmente no sentía nada, su corazón latía pero él no sentía que fuera el suyo. Para él, todo era demasiado irreal.
Fue entonces cuando Felipe se dio cuenta de la diferencia entre un sueño y la realidad, porque todo lo que había pasado hasta el momento, era algo que él siempre había querido que pasara.
Se separó abruptamente de ella y abrió sus ojos, despertó.
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Tal fue mi sorpresa que termine sentado en mi cama, sudando, tratando de entender qué había soñado y cuál era mi realidad. ¿Qué era real y qué no? Ya no lo sabía. Lo que había experimentado en ambas partes se sentía real y a la vez, falso.
El resto de la noche, medite sobre mi sueño, y sobre lo que había vivido hasta ahora. Empecé a sentirme frustrado, porque nada de lo que ansiaba, había pasado, esta era la realidad, volvió a ser el Felipe que no podía corregir sus arrepentimientos.
Todos tenemos una maldicion, y la mía, era soñar.
¿Por qué?
"Los sueños nos ayudan a cambiar nuestra realidad, así sea por una noche. Soñamos cosas imposibles, cosas que en nuestra vida jamás pasarán, cosas que anhelamos profundamente pero que nunca conseguiremos. Puede ser algo tortuoso, pero no está tan mal vivir lo deseado aunque sea en una irrealidad. Por esto, también nos recuerda nuestros deseos, hasta nuestras vivencias, las cuales nos gustaría volver a vivir, lastimosamente, solo se vive una vez y ese momento solo podrás volver a experimentarlo como una película, vaga y con pocos detalles a comparación con lo vivido. Aún así nos gusta recordar, ya sea para repetir aquel instante de felicidad como para sufrir por aquel momento que nunca volverá.
En mi caso, los sueños me revelan cosas fantásticas, tal es la fantasía que resulta absurdo contarlos. Sin embargo, también son mi tortura, porque me recuerdan constantemente lo que paso y nunca volverá a pasar, así como también lo que quiero que pase pero tampoco sucederá. Es mi tortura, mi maldición, invadiste mi mundo fantástico para volverlo una realidad donde te tengo y para cuando abro los ojos, ya no estás, aunque me gustaría que estuvieras. Fue un simple sueño otra vez."
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No entregues tu corazón
Romance¿Nunca te has preguntado cuál es el verdadero significado de amar? Bueno, este es el dilema de Felipe. Un joven de 18 años quien ha pasado su vida tratando de encontrar a una persona que le pueda responder esta pregunta, buscándole una definición...