Ahora mi papel en la vida había evolucionado a novio de Juana, al menos frente a su familia, llegamos al acuerdo de que actuaríamos como pareja frente a ellos pero de resto seguiríamos siendo amigos tal cual.Fue bastante ... ¿Cómo decirlo? Raro. Nunca había tenido pareja y que mi primera relación fuera de mentira solo para ayudar a una amiga, me parecía más cómico que triste, igualmente el amor en mi vida no es algo primordial así que no me preocupaba por esa insignificancia.
Volví aquel día un poco tarde a la casa de Alicia, la tía de Juana se ofreció a llevarme en su carro y yo con gusto acepté porque me daba flojera caminar.
Cuando llegué me encontré con Andrea, la mamá de Alicia. Es una madre muy dulce pero exigente y se preocupaba mucho por ella, ahora que yo vivía con ellos se preocupaba por mi también. Me disculpe por llegar tarde y subí a mi habitación que quedaba cerca a la de Alicia por lo que nos cruzamos en el pasillo.
— Pensé que te habías ido de barcos y putas. —Me dijo sarcásticamente.
— Ese es tu deseo profundo, no mío. Yo en cambio si hago cosas productivas por mi existencia, en vez de quedarme en casa encerrado como alguien.
— Yo también hago cosas productivas, solo que me preocupaba por todo el aire que consumes, ya me parecías un desperdicio de ser.
Achique los ojos para fulminarla y que se sintiera mal por su comentario pero como siempre nos terminamos riendo, después de dejar mis cosas fui a hacerle visita a su cuarto. A pesar de ser las 10 de la noche, no tenia sueño, algo raro en mi ya que necesito de mínimo 8 horas de sueño para revitalizarme y La Enana nunca se acostaba temprano.
— ¿Y qué hacías mientras no estabas con mi hermosa persona? —Le pregunté sentándome en el extremo contrario de su cama mientras ella estaba en el otro lado.
Antes de sentarme, me di cuenta que su sobre de calificaciones estaba encima de la cama.
— Jugar.
No se tomó ni la molestia de mirarme, seguía apretando los botones del control mientras seguía jugando Zelda. Hasta podría decir que me estaba ignorando, pero no es que me molestará realmente, ella amaba ese juego más que a su vida y yo ahora estaba interesado en mirar sus notas.
— ¿Te importa si lo miro?
— Adelante. —Me respondió mirándome de reojo.
Lo abrí tranquilamente, aunque mi serenidad se transformó en asombro al leer el puesto en el que había quedado: Primer lugar. Aquella chica floja, adicta a los juegos y al anime que se la pasaba desvelandose, dejando todo para último minuto, me había ganado. En parte no me sorprendía porque su mamá estaba muy pendiente de ella y más con sus deberes estudiantiles, sabia que era muy capaz pero me ganó con una gran facilidad al ver todas sus notas en superior mientras que yo tenía algunas en alto.
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No entregues tu corazón
Romance¿Nunca te has preguntado cuál es el verdadero significado de amar? Bueno, este es el dilema de Felipe. Un joven de 18 años quien ha pasado su vida tratando de encontrar a una persona que le pueda responder esta pregunta, buscándole una definición...