Empecé a trabajar en una cafetería llamada In ❤ with Coffee, quedaba cerca a la casa de la enana. No sabia la razón pero estar trabajando allí me relajaba, por el olor a café recién hecho y todas las personas reunidas conversando, esto era lo mejor de todo porque teníamos una regla: No celulares.
Todos nuestros clientes venían por esta simple pero increíble norma al permitirte conectar más con tus amigos, hablando frente a frente y no través de una pantalla inerte. Además teníamos nuestra propia biblioteca, la gente puede venir a leer tranquila y disfrutar de una buena bebida caliente. ¿Quién no quisiera vivir en este paraíso? Porque fue mi primer deseo cuando vine con La enana por primera vez después de celebrar nuestra victoria, no sé cómo se enteró (o tal vez es que soy muy obvio) pero me trajo exclusivamente para mostrarme la cantidad de libros que tenían y el sabor de su delicioso chocolate, al ser en mi vida dos de las cosas que más me encantaban.
Como tenía que devolverle al padre de Lorena el dinero que había invertido de más durante mi estadía y ahora que me quedaba con La enana, no deseaba ser una carga para ellos también por lo que empecé a trabajar de camarero en esta hermosa cafetería. Su madre había sido muy amable conmigo en permitirme quedarme en su casa por un tiempo, hasta se acordaba de mi porque una vez le presté mis cuadernos a Alicia cuando estuvo enferma y quería devolverle esa generosidad.
Había vuelto a comunicarme con mis padres pero me termine enojando al decirme la típica mentira de todo va a volver a ser como antes, no te preocupes y vuelve a casa con tu familia. Por favor ... Que hipócritas, tan pronto como yo vuelva serán un bombón conmigo pero luego volverán las peleas y retornará ese horrible sentimiento de querer morir.
No era lo que deseaba porque por fin empezaba a ver mi vida tomar un poco de color.
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Después de que los playboys fueran expulsados de la escuela, nuestra vida estudiantil se volvió más tranquila junto con la de los demás. Ahora me la pasaba jugando con Santiago y La enana también se nos unía, no imagine que también tuviera su lado friki aunque se pasaba porque era demasiado buena en los videojuegos y me hacía quedar como un culo.
En cuanto a mis descansos me sentaba con la enana debajo de ahora nuestro preferido árbol, nos hacíamos compañía pero era cada uno por su lado, ella escuchaba música y yo leía.
A veces cuando se animaba me compartía su gusto cediéndome uno de los audífonos que la teletransportaban a otro mundo y Santiago solía acompañarnos seguido.
Por la tarde mi rutina variaba, porque cuando no tenía que trabajar me iba caminando con La enana hasta su casa acompañados de su madre (Alicia era muy consentida por ella) aunque cuando tenía que trabajar me iba yo solo directamente hasta la cafetería. Aquí había conseguido dos buenos compañeros de trabajo: Nicolas y Juana. Eran personas realmente geniales quienes alegraban mis tardes con nuestras conversaciones filosóficas al trabajar, Nicolas era comparado conmigo bajito por la diferencia entre mi metro ochenta con su metro setenta pero era tan buena persona, demasiado a decir verdad porque era muy dulce al charlar con otras personas y Juana era de su misma estatura pero su personalidad era un tanto más diferente porque se desenvolvía bien con los hombres y no con las mujeres, esto no impedía que me pareciera una persona súper agradable.
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No entregues tu corazón
Romance¿Nunca te has preguntado cuál es el verdadero significado de amar? Bueno, este es el dilema de Felipe. Un joven de 18 años quien ha pasado su vida tratando de encontrar a una persona que le pueda responder esta pregunta, buscándole una definición...