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Dulce.

Suave.

Lento.

Húmedo.

Sus largos dedos acariciaban mi barbilla.
Un ligero sabor a cigarrillo y el aroma de esa embriagadora y masculina loción me llevaban lentamente a la perdición. 

Calidez.

Y adrenalina.

El roce de nuestros labios me hacía temblar las piernas.
Sentía que podía desmayarme, o volar al mismo tiempo.
Mi corazón latía rápidamente.
Mi mente sólo se concentraba en aquel movimiento delicado, en aquella sensación tan malditamente perfecta y enloquecedora.

Sus labios eran tan suaves como se veían, y sabían aún mejor que como imaginé.

Fue un beso lento y sutil. No como si fuésemos a devorarnos mutuamente, al contrario, era como si el portador de aquellos labios rosados, quisiera probar los míos, conocerlos, sentirlos. O hasta me atrevería a decir que a reclamarlos.

🌹

Fue una mañana tranquila como de costumbre, excepto porque me había despertado 30 minutos antes que mi alarma. Hoy no escucharía aquella canción de Ariana Grande que tenía predefinida como despertador.
Fue un fin de semana divertido junto a Tae, así que había descansado perfectamente la noche anterior.

Tomé una ducha caliente, me puse un suéter gris un poco holgado, junto con unos jeans negros ajustados.
Acomodé ligeramente mis cabellos grisáceos/platinados, y me fui directo a la universidad con un termo azul que contenía un café bastante descolorido por la cantidad de leche que contenía.

Llegué antes de que la campana que anunciaba el incio de las clases sonara, por lo que aquel lugar estaba vacío y desierto, era raro ver tan solos los pasillos y salones de clase.
Tae tardaría en llegar, así como mis demás compañeros.
Decidí caminar hacia mi salón y quedarme ahí a perder el tiempo en lo que todos comenzaran a llegar. Así que eso hice.
Me dirigí a paso lento por ese pasillo.

Cuando segundos después sentí a alguien tomar mi hombro, girarme y aventarme ligeramente a los casilleros.
Mi espalda chocó contra el metal de éstos.

Y un brazo acorraló mi cuerpo, sostenía mi hombro izquierdo.
Una sensación de confusión se cruzó en mi cabeza, pero todo se volvió de color blanco hasta que vi su tersa y delicada piel. Era Yoongi. Min Yoongi estaba acorralando mi cuerpo. Y se veía tan atractivo como siempre.
Vestía unos jeans negros rasgados, una playera negra con un diseño de alguna banda, y unos converse rojos. Su cabello lucía perfecto, algo alborotado, pero ese look le venía bastante bien.

Y sentí su mirada afilada observándome.
No supe describir aquella mirada, entre seria y frustrada.
Abrió sus labios para decir algo, y los movió lentamente. Yo estaba en shock.

—Deja de mirarme todo el tiempo, niño.— soltó con un tono seco. Su voz era más grave de lo normal. Parecía molesto.

Antes de poder hablar y poder disculparme, porque sí, el tenía razón.
Lo acosaba con mi mirada todo el tiempo, tal vez por eso me había estado evadiendo los últimos días, tal vez le incomodaba bastante aquello. Soy un tonto, pero me era difícil quitar mi mirada todos los días de su bonito rostro.

Pero no pude decir aquellas palabras que me pudieran excusar, porque su cuerpo fue acortando lentamente el espacio que nos separaba.
Su otra mano se dirigió hacia mi barbilla, rozandola ligeramente hasta tomarla con sus dedos.
Y entonces ocurrió aquello.

🌹

El sonido ensordecedor de la campana anunciaba que la primera hora de clases comenzaba.
La gente empezó a llenar aquellos pasillos anteriormente vacíos, todo el mundo caminaba deprisa guardando libros, sacando apuntes de sus casilleros, charlando sobre el exámen de inglés a tercera hora, lo divertido que fue el fin de semana para algunos y para algunos otros no.

Instant Crush | Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora