Instant Crush | Yoonmin

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Entré a la cafetería algo cansado, pero aún así me sentía bastante animado por el reciente agradable rato que pasé con Yoongi, aún conservaba esa enorme sonrisa con la que había amanecido. Al abrir la puerta, un delicioso aroma a exquisito a café me golpeó fuertemente, haciendo que mi estómago rugiera de hambre, pues no había comido nada en toda la tarde, lo había olvidado por estar ocupado con Yoongi, así que como si flotara, seguí el rico aroma a café hasta la barra donde estaba Suni, que al verme me saludó alegremente.

Charlamos un pequeño rato, me ofreció una deliciosa rebanada de pastel de 3 chocolates, que estaba exquisito; acompañado de un cálido té de jazmín.

Me comentó acerca de la paga, de las propinas que dejaba la gente —producto de la música en vivo—, y sobre las canciones que le gustaría que yo cantara en algún momento.

Suni se comportó muy amable conmigo, y me sonreía mucho, cosa que no me molestaba en absoluto, simplemente podía notar su mirada llena de ilusión al verme cada que entraba a esa cafetería a trabajar.

Me preocupaba un poco que el día que se enterara que no me atraen las chicas, me tratase diferente, pero eso era otro tema.

Al terminar mi postre y mi bebida, el reloj estaba a punto de dar las 7pm, así que me levanté de mi asiento, recogí los platos y ayudé un poco a limpiar la mesa. Me dirigí al pequeño escenario —a mi pequeño pedacito de cielo—, donde me podía abrir y experimentar hermosas sensaciones al cantar, y tome asiento en aquel banco alto.
Le hice una señal a Suni para avisar que comenzaría con el show.

—Buenas tardes a todos, provecho— tomé el micrófono que estaba posado en aquel pedestal a la altura de mi boca. —espero que la estén pasando bonito el día de hoy, si me permiten; cantaré algo para ustedes— sonreí al ver aquellos rostros emocionados confirmando que deseaban oírme, mientras disfrutaban de sus bebidas.

Me giré un poco para poner la música, que comenzó lenta y relajante. Era una buena canción, era perfecta con los sentimientos que sentía en ese momento, así que sólo me dejé llevar unos momentos por los instrumentos que sonaban por aquellas bocinas, y comencé a cantar.

I wanna be your vacuum cleaner
Breathing in your dust
I wanna be your Ford Cortina
I will never rust
If you like your coffee hot
Let me be your coffee pot
You call the shots babe
I just wanna be yours...  

El ritmo de la canción destensó todo mi cuerpo, sentí que cada minuto la canción se hacía más lenta, y disfrutaba de ello, con el micrófono tan cerca de mis labios, cantando y explayándome como tanto me gustaba hacerlo.

Secrets I have held in my heart
Are harder to hide than I thought
Maybe I just wanna be yours
I wanna be yours, I wanna be yours
Wanna be yours, wanna be yours, wanna be yours...  

Y en mi mente sólo pensaba en una persona.

La misma de siempre, que tanto me hacía perder mi cordura aún estando tan lejos de mí. Pero me gustaba, me llevaba a otra dimensión, a otro mundo, donde sólo podía sentir amor y ganas de quedarme ahí para siempre, porque eso era lo que Min Yoongi me hacía sentir —amor—. 
Podría decir que estar enamorado es una de las cosas más lindas y placenteras que una persona pueda sentir, es una emoción tan fugaz, porque sí, estar enamorado no era un sentimiento tan concreto como amar. Enamorarse es algo que puede ocurrir en segundos, es una emoción espontánea que surge incluso con ver a alguien por primera vez.

Es cuando todo se ve de color rosa, aunque en mi caso de color blanco.

Un blanco liso, terso, casi perfecto como su piel.
Tan suave y cálida.