Instant Crush | Yoonmin

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Desperté con los ojos hinchados, la cabeza me dolía lo suficiente como para no haber escuchado las seis veces que habían tocado a mi puerta, la luz del sol se sentía como si quemara en mis pupilas. Mi cuerpo estaba agotado después del anterior día tan cansado, pero aún más por haberme desvelado hasta altas horas de la noche por no parar de llorar.

Joder, ¿cómo le diría a mi madre que papá volvería a hacer de las suyas si la volvía a ver con su pareja?. En que demonios pensaba mi padre al llamarme anoche diciéndome que "o yo me ocupaba de separarlos, o él se encargaría de hacerlo a la mala". ¿Porqué no sólo nos dejaba en paz?, ¿Porqué no sólo nos dejaba ser felices a nuestra manera?, a final de cuentas es él quien se fue y nos dejó por nuestra cuenta. Importandole poco si mamá podría mantenernos a ambos con su pequeño trabajo, o si estaría bien después de ser abandonada por su marido, o a mí, por dejarme sin una figura paterna que me diera apoyo, ánimos o motivación de seguir con mi vida.
Él ya no tenía derecho alguno en seguir entrometiéndose en nuestras vidas, mucho menos amenazándonos de esa manera.
Tenía que ponerle un alto a esto, era hora de tomar cartas en el asunto, e ir a resolverlo "a la buena" con él, o si no... "a la mala", con la policía o algún abogado.

Cuando por fin logré salir de todos esos dolorosos pensamientos y del recuerdo de la reciente llamada de mi padre anoche, volví a escuchar la puerta de mi habitación ser golpeada. Por séptima vez.
Así que me paré de mi cama de mala gana, con pésimo humor y aquel dolor de cabeza insoportable, abrí la puerta y un Taehyung preocupado y con lágrimas en sus ojos corrió a abrazarme, ocultando su rostro en la curvatura de mi cuello aprisionando mi torso con sus piernas. Parecía un niño pequeño que abraza a su madre después de un largo tiempo de no verla.

—Tae...— me sorprendí ante aquella acción.

—¡Tonto!— sorbió su nariz —¿porqué no abrías la puerta?, ¿porqué no contestabas el celular?, ¡me asustaste idiota!— chilló agudamente mientras se aferraba más a mí.

—Y-yo... e-estaba dormido Tae...— musité sin ánimos aún desorientado por acabar de despertar.

—¿Sabes que hora es?— se separó de mí para mirarme a los ojos —todos estábamos preocupados de que no despertabas... y Yoongi hyung dijo que te escuchó gritarle a alguien anoche... —me miró preocupado —no sabíamos que había ocurrido... o si estabas bien.

Abrí los ojos enormemente, ¿Yoongi me escuchó discutir con mi padre?, y de ser así... ¿Cómo o porqué?. No entendía la reciente preocupación de Tae, no era como si me pudiera haber muerto o algo... Aunque aún así, me alegraba saber que tenía amigos que se preocupaban por mí, eso era justo lo que mi dolido corazón necesitaba ahorita.

—Tranquilo Tae...estoy bien...— suspiré —ya les contaré de rato lo que ocurrió anoche y lo que probablemente fué lo que Yoongi escuchó.

—Sabía que algo había ocurrido— me volvió a abrazar —mi instinto de mejor amigo me lo decía.

—Vale, entonces tu sexto sentido si funciona— sonreí —eres un muy buen mejor amigo...— lo sujeté mas fuerte en mis brazos.

Antes de preguntar cualquier otra cosa, me adentré de nuevo a mi habitación para ducharme, vestirme y guardar todas mis cosas en mi maleta, ya era momento de regresar a Busan, el viaje había concluido, y todos yacían en la sala de la recepción esperándome, o eso fue lo que Tae me dijo. Así que sin más, tomé mis cosas y bajé por el elevador, los chicos estarían ahí ya más de 1 hora y no quería hacerlos esperar más.

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Durante el viaje de regreso, Tae y Kook me escucharon mientras mostraban toda su preocupación y apoyo hacia mí, el contarles acerca de mis problemas familiares no era algo fácil, era bastante incómodo y me avergonzaba un poco que supieran que mi familia era disfuncional y que mi padre nos ha estado amenazando a mi madre y a mi por sus estúpidas ideas de que mi madre seguía perteneciéndole a él. Aunque al contario de lo que pensé, mis amigos me escucharon atentamente, sin burlarse o hacer comentarios de mal gusto, me apoyaron y me ofrecieron su ayuda en cualquier cosa que yo llegase a necesitar, ya sea apoyo legal o en acompañarme a hablar con ese hombre, si es que me convencía yo mismo de ir a hacerlo.