Kiwi-LS

Capítulo 23

Algunas veces un desgarre anal duele menos que una patada en los testículos dada por Louis.

"Querido Diario, Hoy me dediqué a ver vídeos gays.

Louis y Harry siguen diciendo que soy un oxigenado virgen, al menos a mi no me truena la reversa.
Ayer Louis le lanzó un martillo a la cara a una fan que dijo que Harry no era gay, me reí de ella y después nos llevaron detenidos. Dentro de la celda me tenté cien años porque también me acordé de la vez que él aventó a la Tabla a la piscina y la idiota no sabía nadar, no nos lo dijo hasta después de media hora. Desgraciadamente ella sobrevivió, luego de eso terminó con el Jarrón de alcantarilla. Hoy por la mañana el negro y el cara de papa fueron por nosotros y pagaron la fianza." — Fragmento de texto escrito en lo más recóndito del diario de Niall Horan.

­Sonó en la habitación el teléfono móvil de Harry, nadie le llama porque saben que nunca contesta. Esta es la octava vez que suena en menos de diez minutos, ya lo tiene cansado, lo apaga y vuelve a su compra por internet.

— No responde el móvil — dijo Niall a sus dos compañeros de casa.

— Trata de nuevo.

— Zayn, entiéndelo. Él no va a responder, de seguro está ocupando su día de descanso para comprar su estúpida gama de maquillaje y labiales mate.

— Pues entonces ve a su casa y dile que tenemos acá a Louis y a su amiga la putibuena y no han querido despegarse de mi maldito edredón de pluma de ganso.

— No sé Liam, puede que se enoje, a fin de cuentas ella no le agrada, dice que es demasiado diva para juntarse con Louis.

— Ve ahora o juro que te mato — ordenó Zayn.

— Bien, pero no es mi culpa que la maldita putibuena adore el trapo ese asqueroso en el que follan todas las noches ustedes dos, es demasiado gorda fan.

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— Buenos días, sí, soy Harry Styles y bueno, llamo para comentar que los labiales de la gama de Kylie Jenner que pedí el mes pasado aun no están en mi correo... Sí, entiendo... Eso no es problema mío, yo pedí entrega exprés.

El timbre de la puerta principal no paraba de sonar y Harry estaba a punto de volverse loco, ya había pasado más de un mes desde que había hecho su compra por internet y no había recibido nada y para colmo estaban llamando a la puerta al mismo tiempo en que el estaba tratando de arreglar e inconveniente con la marca.

— No, no tengo un canal de maquillaje en YouTube — respondió al tiempo que se dirigía a la puerta.

— Hola Harry. Sólo vine a decirte que Zayn y Liam quieren que saques a Louis y su amiga de su casa y específicamente de su edredón de pluma de ganso ancho, ese que les regalaste importado directamente desde Chiconcuac, México...— él le cerró la puerta en la cara. — ¿Harry?...

— Como le decía señorita, o mandan ese paquete o me devuelven el efectivo de los gastos totales... No, no esperaré un mes más. Le doy hasta esta tarde, gracias y hasta pronto — Harry se volvió a la cocineta donde estaba seguro que se prepararía algo decente para desayunar, pero algo estaba olvidando, una voz que hasta hace un momento estaba fastidiando sus pensamientos, algo sobre plumas de ganso y Chiconcuac... En fin, luego lo recordaría.

— ¡Harry! Abre la puerta, por favor — Harry no lo escuchó. — ¿Harry?...

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Eso de trepar por las paredes de las casas no se le daba muy bien a Niall y, es que, ya lo había comprobado cuando intentó filamar a Harry y Louis teniendo sexo (cosa que jamás pasó). Ahora él se encontraba "al borde de la muerte" intentando llegar a la ventana de la habitación de Harry.

— No te vas a matar, sólo trata de llegar hasta ahí, ya lo has hecho antes — se dijo él. — Sólo tienes que ir a decirle que tiene que ir a casa de Liam y sacar al enano de mierda y su amiga la lencha que se cree hetero. . — Ok, sólo debes ir abajo... ¿Esto es un vibrador en una vitrina de cristal? — en ese momento fue que decidió que Harry era un completo demente y más si tomáramos en cuenta la leyenda inscrita en la parte baja central de la vitrina: "Recuerdo 1690 de todos los que dicen todas las veces que Louis me dejó ser activo, esas fueron cero."

Dejó de lado aquel extraño vibrador y se encaminó directamente a la puerta, salió al pasillo de la planta superior y bajó a toda velocidad hasta la sala, donde esperaba encontrar a Harry.

— Harry, ¿Dónde estás? — susurró para sí.

Harry había terminado de prepararse un delicioso emparedado con queso fundido y ahora se encaminaba a la sala, pensaba quedarse todo el día en casa y así poder exfoliar su piel y limarse las uñas, además necesitaba hacer muchos otros planes de la semana... ¿Qué diablos hacía Niall con su traje de Juan Gabriel en las manos?

— Suelta eso antes de que te corte las pelotas — ordenó él.

— ¡Harry!, Hola, ¿ cómo estás?. Tengo que decirte algo...No, epsera, no me saques de aquí otra vez...Harry — y de nueva cuenta se encontraba afuera.

— Al menos lo intenté — se encogió de hombros. — En todo caso. Harry, Louis está en casa de Liam y Zayn dice que quiere de vuelta su edredón favorito — gritó a la puerta cerrada. — Y está con la putibuena que tanto odias.

Harry, regresó a lo que se suponía el estaba haciendo. Recordó la voz de incordio que se cargaba Niall. Nadie, en especial la putibuena teñida y divaza podría estar con Louis y mucho menos si dormían en la misma cama y con el mismo edredón.

Se escuchó el estallido de la puerta y fue ese el momento preciso en que Niall dio media vuelta para ver a un Harry muy molesto con un rastrillo para recoger hojas en otoño en mano...