»9

901 89 6
                                    

»Dedicado a:
KimberlyPortes
por ser la primera
en comentar en
el capítulo IX 🙆

Como un sube y baja.
Así se sentían las emociones del adolescente Plisetsky.

No quería correr pues eso llamaría la atención de las personas que estaban en el hotel, solo caminaba -un poco rápido cabe destacar- por todo el perímetro desde la habitación en la que estaba hace minutos con JJ hasta la puerta de entrada.

Apresuró el paso cuando se dio cuenta de la presencia de Otabek. El kazajo llevaba unos lentes de sol para no ser reconocido; y en sus manos, su casco de motocicleta.

Yuri se sintió basura.

Los remordimientos le aturdían el cerebro.

Otabek le vio y avanzó hasta el rubio. Yuri no pudo ver aquellos ojos oscuros que le tanto le gustaban.

—¿Qué haces aquí? —el kazajo tenía prisa en saber.

—Yo...

El joven ruso se quedó en blanco cuando vio la presencia menos deseada a lado de su pareja.

Jean se había situado al frente de él, esperando también la respuesta del menor. Beka ignoró al canadiense, como si no existiera, como si no importara un solo gramo.

—¡Vaya! Una pelea de novios, tal vez deberías decirle qué viniste a hacer aquí, pequeño Yuri.

Otabek esta vez sí reaccionó. Algo en su conciencia hizo click. Se permitió poner atención a JJ pero, antes de hacerlo, vio la expresión de su pareja.

Yuri había empalidecido.

—Ok, joven kazajo, yo te lo diré —habló JJ con voz altanera. Yuri quería huir de ahí, no podría soportarlo — Yuri estuvo conmigo.

—Beka, no...yo...

En esos instantes, Yuri supo que no quería perder a Otabek. Que lo peor que le pasaría en la vida sería perder a la única persona que se había aferrado a él.

Yuri sin saber qué hacer, como el adolescente de 15 años que era, lloró.

Sin embargo, la voz de Jean Jacques Leroy volvió a escucharse.

—Le vi mal cuando entró, estaba decaído y seguro no quiso mostrarse así ante ti, Altin. Sólo le ofrecí ayuda y le dejé en su habitación.

El kazajo volvió la mirada hacia Yuri y le acarició el rostro. Las lágrimas del rubio se esparcían aún más ante el toque de Beka.

«Perdóname» decía Yuri en su interior.

—Me dijeron que te habían visto entrar en este hotel y no supe...no pensé

—Otabek, no te disculpes. Por favor, no lo hagas.

—¿Estás bien ahora? ¿Por qué nunca quieres decirme cuándo te sientes mal? Soy tu novio, quiero saber cada cosa de ti.

Ambos se olvidaron del tercero. De ese mal vértice que formaba un triángulo.

Cuando Otabek abrazó a Yuri, la mirada del menor dio con JJ y este con una mueca despectiva pronunció un: "de nada", como si Yuri le estuviera agradeciendo no revelar la situación en la que estaban.

Definitivamente eso tenía que acabar, Otabek había estado cerca de encontrarlos en cuestiones vergonzosas.

No podía más.

¿Por qué había empezado todo ese lío con JJ?

¿Por qué tenía que seguirle el juego?

—Yura, tengo una sorpresa —habló el kazajo. —La verdad es que tenía previsto venir aquí para separar una habitación para tu cumpleaños.

Yuri le miró confundido.

—Cuando te llamé, era para que pudieras acompañarme a elegirla. Me dijeron que te habían visto aquí así que quise que fueras tú quien escogiera la habitación pero, el ver a ese hombre aquí también me produjo... Simplemente no creo poder verle en el mismo espacio que tú.

—Beka...—Yuri respiró profundo —te quiero.

Otabek estalló en emociones, su corazón latía a mil por hora, su cerebro repetía aquella frasecita que tanto había querido oír.

—Dímelo de nuevo —pidió el mayor.

—No seas tonto, ya lo dije.

—¡Por favor! —imploró.

—¡Te quiero! ¿Ok? Te quiero...

—Quiero darte el mejor regalo, quiero que pases el mejor cumpleaños. Déjame hacerte feliz.

Yuri se sonrojó. Su mente había volado desde aquel cuarto de cumpleaños hasta lo que podrían hacer ahí.

—Viktor y Yuuri vendrán luego a decorar la habitación que escojas.

—¿Por qué tendrían que venir ellos?

—Pues, en una fiesta de cumpleaños deben haber invitados y el lugar debe decorarse.

—Yo pensé... —Yuri sintió desilusión.

—¿Querías algo en especial? —la paciencia de Otabek frustró al menor.

El ruso sonrojado hasta las orejas tomó de la camisa al mayor y le acercó hasta que sus narices chocaron.

—Pensé que en esa habitación estaríamos solo tú y yo.

Otabek se sacó los lentes negros y haciendo gala de su porte, tomó el mentón del menor y le plantó un beso, uno sin pretensiones mayores en ese momento.

—Nadie dijo que los invitados se quedarían toda la noche -le contestó.

Otabek había hablado con Yuuri y el nipón le había asegurado que Yurio estaba que moría por estar a solas con él. Viktor no quería imaginar qué pasaría pero, también aprobó que su pequeño pupilo pasara un tiempo a solas con el kazajo. Después de todo, cumplía 16 y ambos eran pareja. Lo que pasara ahí era cosa de ellos, de Yuri y Otabek.

Lamentablemente Yuri no recordaba la promesa vaga que le había hecho a cierto canadiense y aquellas palabras que ya eran olvido en su memoria, le jugarían el peor partido de su vida. Porque Jean Jacques nunca olvida una promesa y siempre reclama lo que es suyo o lo que cree que le pertenece.

Esa noche, JJ volvió al hotel e investigó qué habitación había alquilado el kazajo para la fiesta de Yuri, a la que obviamente él no estaba invitado.

—Quiero la de a lado —le pidió al recepcionista.

Él armaría su propia fiesta sin cambiar de protagonista. Los 16 años de Yuri estaban llegando y JJ estaba ansioso por ver la expresión de Yuri cuando por fin lo tomara por completo.

🌈
#Triangle
By thdanae

¡Se acerca..!

Triangle ➸ Otayuri / PliroyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora