Luego de tres meses de transcurrido todo, los príncipes estaban felices porque su relación iba bastante bien. Sus padres estaban tranquilos y felices tras haber tomado esa decisión. Tanto Leonyx como Lycax prosperaron y aunque eran dos reinos divididos territorialmente, a simple vista eran uno sólo tras dejar sus diferencias y dándole paso al presente.
-Ya todo está bien, mi príncipe -Decía Wilfredo bajo la sombra de un manzano en cercanías al río Leogryph, acariciando la mejilla de Leonardo quién descansaba en su regazo.
-Al fin podemos respirar paz y tranquilidad, amor -Dijo Leonardo mientras sonreía y sentía la suave brisa fresca recorrer su pelaje.
-¿Recuerdas que por las noches solíamos venir a este lugar? -Preguntó Wilfredo recordando detalle a detalle aquellos momentos.
-Como olvidarlos. Así fue como inició nuestra relación, aunque al comienzo querías matarme porque no confiabas en mí -Dijo Leonardo alzando su mirada.
-Perdón, dulce encanto mío. Dejé que mi mente me llevara y no le abrí paso a mi corazón, es por eso que había pensado así. Sin embargo, conocerte mejor es lo mejor que me ha pasado en la vida -Dijo Wilfredo bajando sus labios hacia la boca de Leonardo.
-Lo mismo digo. Lo mismo digo, mi amor -Susurró Leonardo apegando sus labios con los de su pareja.
Ambos se dieron un gran beso apasionado, recordando aquel momento en que se vieron por vez primera. Fue un instante lleno de magia, felicidad, tranquilidad. Ninguno de los dos quería separarse del otro pero aún así, había algo más que los dos querían.
-Con tantas cosas que pasamos, nunca pudimos hacer esto -Dijo sonriente el príncipe lobo bajando lentamente sus manos hacia las partes íntimas de su amado tras haber acariciado sus caderas y jugado con sus labios.
-Mmm... Wil... Es cierto. Nunca pudimos disfrutar de algo más... -Dijo el león muy sonrojado por tales tactos a su cuerpo felino y afelpado- Es hora de que...
-¿Lo hagamos? -Preguntó Wilfredo interrumpiendo a su pareja.
-Sí, sí mi amor -Dijo el felino seguro y asintiendo con la cabeza para confirmarlo.
Wilfredo poco a poco fue despojándose cuidadosamente de su fina ropa y formal. Retiraba primero la vaina en la cual llevaba su espada. Luego, proseguía con su corona, sus botas, su largo y elegante pantalón negro para terminar por último con su traje blanco de banda cruzada dorada y su trusa de color blanco, quedando completamente desnudo.
-¿Te gusta lo que ves, mi querido león? -Preguntó el príncipe dejando ver un asombroso cuerpo tan atractivo como las manzanas maduras del árbol en el que reposaban; con su porte masculino, pectorales fornidos, abdominales atrayentes como escultura bien realizada y sonrisa hermosa.
-¡Oh, pero...! Que lindo te ves -Dijo el joven león al darse cuenta de la figura atractiva que tenía en frente suyo- Es mi turno, querido lobo mío.
Y levantándose de la fresca hierba que recubría el suelo, Leonardo se levantó y retiró su corona. Luego, poco a poco fue retirando los botones de su camisa marrón de cuatro bolsillos junto a la camiseta blanca que llevaba debajo. Por último, se quitó su pantalón de color marrón, sus botas de igual color y su trusa azul celeste, quedando a la desnudez como su compañero.
-Te ves maravilloso, mi adonis excelso -Dijo Wilfredo admirando el cuerpo fornido de Leonardo de principio a fin recorriéndolo con su mirada cautiva- Me gusta como te ves también.
-Al parecer luchar sin cansancio y tras las aventuras que tuvimos no sólo nos benefició mental sino también físicamente, lobo mío -Dijo éste acercándose hacia su pareja abrazándolo.
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Conociendo a mi enemigo [Furry/Bara]
FantasíaLeonardo es el hijo del rey Horacio III, perteneciente al linaje del reino de Leonyx y Wilfredo es el primogénito del rey Sebastián XI, perteneciente al linaje del reino de Lycax. Ambos conocen los alrededores de sus respectivos castillos pero ningu...