Es increíble lo que un libro nos puede contar a cerca de una persona.
Es aún mas increíble si en él encuentras información inédita sobre el Señor Oscuro.
Y quien tiene en su poder aquel libro no es nadie mas que Albus D.
Dumbledore ha gastado los úl...
Dumbledore conocía la ubicación del siguiente Horrocrux: el guardapelo de Salazar Slytherin.
El Señor Tenebroso lo había ocultado en una cueva lejana, bajo la protección de cientos de Inferi y múltiples hechizos, la puerta no permitía la entrada hasta recibir una prueba de sangre. Solo era posible pasar a través de una barca que únicamente permitía pasar a un mago adulto, además, para recuperarlo se debía vaciar el líquido del contenedor en el que se hallaba sumergido el guardapelo y para esto no había otra forma que bebérselo: era la Pócima de la Desesperación.
Pero antes de toda esa gran hazaña que se llevaría a cabo justo después de esa pequeña reunión que estaba teniendo con Harry ahora, Albus Dumbledore debía contarle algo al joven y sólo así su alma podría descansar en paz al regresar de la cueva, donde sabría perfectamente lo que pasaría.
-En este libro he encontrado más de lo que esperaba- confesó el anciano, sacando a Harry de sus pensamientos. -Debes primero comprender el contexto de todo esto. ¿Alguna vez has oído hablar de una joven llamada Addeline Markasman?- preguntó inclinándose al frente.
El joven Potter buscó en lo más profundo de su mente y lo miró desconcertado al darse cuenta que aquel nombre le era totalmente desconocido.
-No profesor, no recuerdo haberlo escuchado antes- respondió confundido, no sabía a dónde llegarían con todo esto.
-Lo supuse y no te preocupes, muy pocas personas la recuerdan y entre ellas estamos el profesor Slughorn y yo- sonrió con complicidad. -Pero me gustaría decir que no es así pues la joven Markasman tuvo una trágica participación con el joven Riddle- susurró.
Harry miró el libro que estaba ahora en sus manos, lo único que había entendido era que le pertenecía a la chica y que ella había estado vinculada al innombrable.
-¿Puedo?- lo señaló haciendo un ademán. Albus asintió dándole a entender que tenía el permiso concedido de hojearlo.
El joven Potter no espero más y se dedicó a inspeccionarlo detalladamente. Había inscripciones sobre el reverso, pero esto no era muy claro y no pudo leerlo. Decidió finalmente abrirlo y al instante sus ojos fueron cautivados por la caligrafía tan perfecta de la joven Addeline. Pasó página por página sin leer nada, aún no quería adelantarse a ello a pesar de que la curiosidad le picaba bastante. Pudo notar que los relatos se dividían por capítulos y cuando llegó por la mitad, se dio cuenta de que la letra había cambiado, como si otra persona hubiera intervenido en algunas notables partes. A su parecer aquella letra le era familiar.
-Es mía Harry, por si te lo preguntas- habló Dumbledore al ver las facciones de su cara al notar la diferencia.
El joven asintió y continuó viendo. El libro estaba escrito completamente, sin una hoja en blanco y lo único más extraño eran las últimas seis páginas, que al parecer estaban pegadas entre sí.
-¿Esto habla sobre Riddle?- preguntó finalmente, devolviendo el libro al escritorio.
-Lo hace y cuenta más de lo que alguno quisiera conocer sobre Voldemort: su vida privada. Debes saber que esta joven no es alguien ajena a él, ella es su....
-....novia- completó el joven haciendo una cara de disgusto. A Harry le parecía increíble pensar en Lord Voldemort como aquel curioso y bastante inteligente estudiante de Slytherin, con una vida aparentemente normal, como la de cualquier joven de su edad.
-No se adelante a las especulaciones señor Potter- sugirió el anciano. -Su historia es bastante complicada-
-¿Y cómo lo consiguió?- preguntó mirándolo con singular atención. No cualquiera conseguía un diario con los secretos mejor guardados sobre el Señor Tenebroso.
Ni siquiera Rita Skeeter conseguía esa clase de exclusivas.
-Yo personalmente lo encontré en una expedición junto a la Orden del Fénix. Debes saber Harry, que este no es el diario original sino una copia que ella misma escribió a medias. Poco después de encontrarlo también pude conseguir sus más preciadas memorias y terminé de escribirlo por mi cuenta- hizo una larga pausa para mirarlo. -Nadie sabe de su existencia más que tú y yo- susurró dándole a entender al joven que esto era una muy importante ocasión.
El profesor se puso de pie y caminó hacia una de las mesas lejanas, segundos más tarde trajo consigo un par de tasas, una tetera e hizo aparecer unos bocadillos.
-La noche es larga Harry, te recomiendo que te pongas cómodo al escuchar la historia que a continuación te mostraré de la lectura- dijo mientras servía un poco de té y los hechizaba para que fueran rellenados constantemente.
Harry tomó un sorbo y lo miró atento, vaya que les esperaba una larga noche.
-Si me permites, te leeré el prólogo- sugirió Dumbledore por lo que el joven asintió, curioso por escuchar la historia jamás contada de Tom Riddle.
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En memoria de Addeline Markasman y Tom Riddle, un recuerdo de lo que existió.
Perfección.
Así llamó a los tiempos en los que logramos cultivar algo maligno, aunque más que un plan era una forma de vida.
Deben saber que jamás elegí a mis objetivos al azar, siempre conocía su historia con anticipación, incluso podía predecir su futuro.
Todo lo que alguna vez realicé en mi vida fue siempre certero y mis intenciones nunca beneficiaron a los demás.
Hasta ahora.
Si estás leyendo esto, sé quién eres, siempre lo hago y también sé que lo conoces a él, pero déjame preguntarte ¿realmente me conoces tú a mí?
Y si no es así, no sabes nada sobre Riddle.
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