4. La Chica de Slytherin

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-No lo entiendo profesor, ¿a caso Tom no se inmutó si quiera al matar a su propio padre?- preguntó el joven Harry confundido, con una punzada al corazón al pensar en tan terrible acción.

-No, debes recordar que su padre jamás los amó, ni a él ni a su madre y de ahí comenzó su desprecio a los Muggles- explicó.

El chico meditó por un segundo, después de todo era de esperarse viniendo de él.

-Prosigamos....

Capítulo 2: La Chica de Slytherin

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Capítulo 2: La Chica de Slytherin

A Riddle nunca le importó tener a nadie de su alrededor, era tan altanero y arrogante que no conocía ni un solo rostro de su propia casa, con suerte se dirigía a los profesores por "cortesía" y a pesar de ello, los demás lo percibían diferente, creían que aquel joven era bastante educado y con la más refinada clase como para tener cuidado de con quien se junta.

Pero las cosas cambiaron cuando cursaba el séptimo año en Hogwarts.

Un día Tom caminaba calmadamente, recorriendo los pasillos del castillo mientras portaba su insignia de prefecto con orgullo, como siempre lo hizo.

Al llegar al tercer piso, se dirigió de inmediato a la biblioteca a pesar de estar ya cerrada. Eran poco más de las diez pero debía conseguir algo importante que lo ayudaría a llegar a una extensa comprensión de lo que tramaba.

La oscuridad reinaba en el lugar y no era nada de lo que se preocupaba, había hecho esto más de una docena de veces.

Llegó apresuradamente al final del pasillo, donde la Sección Prohibida tenía lugar, pero al mirar dentro, le sorprendió ver una sombra.

-Muéstrate- exigió Tom de inmediato al desconocido sin temor alguno. Aunque el chico estaba seguro que no se trataba de ningún profesor pues portaba el mismo uniforme verde que él.

La sombra se dirigió al frente y abrió la puerta con facilidad, para que Riddle pudiera ingresar.

-Lumus- susurró y pronto dejó ver su fino rostro.

-Eres una chica- dijo ligeramente sorprendido, pero no dejó que ella lo notase.

-Vaya, eres tan inteligente como comentan- se mofó haciéndolo molestar por poco.

-Lo soy, pero me impresiona que alguien como tú esté por aquí.

-¿Alguien como yo?- lo miró confundida por el término.

-Creí que a las chicas solo se les daba la cocina, no la lectura- devolvió el ataque con firmeza.

Ambos mantenían aquella charla aún separados por la entrada, Tom no se había internado por completo, quería analizarla primeramente.

Y sí que lo hizo, la joven poseía rasgos inigualables, dignos de una descendiente de linaje completamente puro. Ella a su vez notó el rostro angelical que el chico cargaba a pesar de tener un alma tan oscura.

-Addeline Markasman- le tendió la mano la cuál el joven aceptó por mera cordialidad, no dejaría que su reputación se viera manchada por una simple falta y desprecio.

-Tom- respondió a secas ingresando finalmente en la sección y buscando directamente lo que ya bien conocía, pero tan pronto llegó al tercer estante, notó su ausencia y se giró confundido.

-¿A caso tú....?- preguntó a medias.

-Si buscas esto entonces sí- ella sonrió burlona mientras sostenía en lo alto el libro titulado "Los Secretos de las Artes Más Oscuras".

-Lo necesito- masculló y él no esperaba a que la chica se negase, de hecho su mirada penetrante básicamente la obligaba a devolverlo.

-Lo sé- fue lo único que dijo mientras se lo entregaba.

Y no tuvieron que volver a dirigirse la palabra pues la chica caminó hacia la salida tan rápido como pudo.

Ella lo conocía, sabía quién era, sus orígenes, de lo que era capaz e incluso conocía su final y eso no era algo que la asustara. Addeline estaba fascinada con lo que sería del futuro Señor Oscuro y anhelaba acercarse más a él.

Los siguientes días transcurrieron con normalidad para la chica, no se hacía notar demasiado en clases, no porque no fuera lista si no por miedo a ser descubierta, siempre resulta inconveniente exponerse a la luz pública y más de una vez procuraba no toparse con aquel prefecto de su casa.

Por otra parte no se podía decir lo mismo de Riddle quien estaba más molesto e irritado que de costumbre. Sin importar que, Tom siempre la miraba en clases, inconscientemente se volvió alguien a quien no dejaba perder de vista ni un segundo.

Más de una vez trató de ignorarla y volver a convertirla en su mente a una más del montón, pero la curiosidad de Tom era imperdonable para él, con los días se preguntaba ¿quién era esa misteriosa chica? Aunque no conocía en sí a ninguno de sus compañeros y no es que se fijara en chicas, aquello estaba fuera de sus deseos e intereses.

Y día con día, por más que Tom no quisiera, algo lo obligaba a mirar a la Chica de Slytherin.

Las primeras dos semanas fueron eternas para Addeline. Aguardaba paciente su momento y no se dejaba intimidar en ningún momento por Tom quien últimamente la miraba sin discreción alguna.

A sus ojos ella era interesante, bastante interesante y el que le evitase en todo momento lo intrigaba cada vez más.

Ambos querían acercarse entre sí por aquella extraña curiosidad que despertó en los dos chicos esa noche en la sección prohibida y sólo sería cuestión de tiempo para que pudieran lograrlo.

Ambos querían acercarse entre sí por aquella extraña curiosidad que despertó en los dos chicos esa noche en la sección prohibida y sólo sería cuestión de tiempo para que pudieran lograrlo

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Maligno {Tom Riddle}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora