Es increíble lo que un libro nos puede contar a cerca de una persona.
Es aún mas increíble si en él encuentras información inédita sobre el Señor Oscuro.
Y quien tiene en su poder aquel libro no es nadie mas que Albus D.
Dumbledore ha gastado los úl...
A Harry le parecía extraño el hecho de que Tom admitiera que no le interesaban las chicas, a esas alturas a él mismo le era imposible sacar los ojos de Ginny.
No podía imaginar a un chico de su edad sin esa clase de intereses, no era muy normal. Pero como últimamente había hecho, Harry olvido que era Lord Voldemort de quién hablábamos.
-¿Podría continuar?- preguntó el chico después de beber un poco de té, apenas iba empezando y todo este asunto ya había picado su curiosidad por completo.
Albus se limitó a asentir y retomar la lectura....
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Capítulo 3: Mismos Ideales
La ocasión para volver a acercarse llegó más rápido de lo que ambos esperaban.
La clase de Historia de la Magia llevaría a cabo su tan especial y ansiado "Día de Debate" aprovechado siempre por aquellos que mueren por dar su opinión ante la sociedad presente.
Y no era tanto alboroto para nada pues realmente era un evento importante que se llevaba a cabo al medio día en un Salón especial del quinto piso. Asistían todos los años los mas importantes intelectuales de la época quienes normalmente se dedican a patrocinar a las mejores mentes del séptimo año de Hogwarts.
Dippet ya se encontraba al frente, dando la bienvenida a todas las personas presentes e indicando a los chicos sus puestos junto con las reglas del encuentro.
El tema del día: Pureza de Sangre.
A la mayoría presente le parecía un tema bastante delicado, algo de lo que no se hablaba desde el incidente en el baño de chicas, sin embargo ya todos habían tomado su decisión al estar en contra o a favor, al menos para este ejercicio académico.
El primero al pasar al frente fue el profesor de la materia quien se dedicó a dar la introducción para después dar inicio al debate.
-Sangre pura o sangre limpia es el nombre con que se conoce a los magos que poseen una ascendencia totalmente mágica. Esto significa que no hay muggles, mestizos, ni magos nacidos de muggles en sus respectivos árboles genealógicos. La única manera de que una familia retenga su estatus de sangre pura es casándose con otros magos de sangre pura pero esto se ha ido reduciendo con los años. He aquí la problemática.
Todos aplaudieron al rededor a excepción de unos cuantos, incluido Tom quien miraba sin expresión alguna.
Todo comenzó a fluir, la mayoría hablaba sobre lo tradicionalistas que estaban siendo y la poca importancia de conservar el linaje. Los puntos negativos no tardaron en aparecer.
Se mencionaron asuntos como los matrimonios entre primos, el que se deshereda a los jóvenes con ideales diferentes, los posibles problemas genéticos y el desprecio con el que se trataba a los impuros.
El ambiente a su parecer se había tornado aburrido, incluso el orden con el que todo se manejaba resultaba asfixiante.
Pocos se atrevían a contradecir aquellas palabras, incluso más de una vez Riddle tuvo que contenerse a decir algo, ya había demasiada atención puesta sobre él por parte de Albus.
Un chico incluso se atrevió a intentar convencer a los demás que el tan usando termino "Sangre Sucia" era considerado despectivo incluso derogatorio y que el Ministerio de Magia debía poner una sanción.
-Bastante estúpido- pensó el joven Riddle.
-Sangre sucia, traidores de sangre, hijos nacidos de Muggles, en realidad hay muchos términos para estas personas- se escuchó al fondo de la sala llamando la atención de todos. Addeline rió discretamente mientras se ponía de pie para seguir hablando. -Bien sabemos que todos aquellos que involucren Muggles no tienen derecho a ser magos o brujas del todo- dijo y al instante los murmullos comenzaron.
Un joven de otra casa intentó atacar a la chica con otro argumento, pero no encontró las palabras adecuadas ganándose un par de abucheos.
La sala comenzaba a perder su hasta ahora habitual orden y todo por ella.
Tom se dedicaba a observar bastante divertido la escena, al parecer aquellos que tenían los mismos ideales se habían hecho notoriamente presentes y era algo que Riddle no dejaría pasar.
Un chico de Slytherin se puso de pie también.
-El lema de mi familia es «Toujours pur» y no planeamos defraudarlo- dijo orgulloso. La mayoría conocía lo que esas palabras significaban: siempre pura.
-¡Señor Black siéntese!- reprendió alguna autoridad.
Noté a un rubio quien también se ponía de pie y poco a poco otros más lo hicieron, apoyando a la chica, comentando cosas como la supremacía de la sangre pura o el hecho de que uno de los conocidos fundadores tuviera la idea de permitir el acceso a Hogwarts solo a aquellos cuya sangre es pura.
Todo se había vuelto un completo caos, el debate había terminado en más que abucheos murmullos, sonrisas de satisfacción e insultos hacia los presentes mestizos. Por suerte nadie conocía el pasado de Tom.
Addeline lo observaba seriamente desde el otro lado de la sala, al chocar sus miradas ambos parecieron entenderse.
Riddle finalmente se dedicó a recordar aquellos rostros que le habían llamado la atención y sonrió con satisfacción con una idea en mente.
Después de todo no le vendría mal un poco de compañía, un séquito.
Esa misma tarde, al volver a la Sala Común de Slytherin, se sentó en un pequeño sofá negro y se puso a leer algo para matar el tiempo, hasta que Tom la vio llegar.
Se acercó a ella bastante seguro de sí mismo.
-Hoy cenarás junto a mi- ordenó.
-Crei que te desagradaba- inquirió internamente divertida.
-Me intrigas- admitió. -A demás compartes mis ideales y te tengo una propuesta- sonrió con malicia, suficiente para convencer a la chica de sentarse a su lado esa misma noche.
Compartieron algunas palabras, ideas e incluso Tom le propuso ser parte de un equipo que estaría a punto de formar.
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