Es increíble lo que un libro nos puede contar a cerca de una persona.
Es aún mas increíble si en él encuentras información inédita sobre el Señor Oscuro.
Y quien tiene en su poder aquel libro no es nadie mas que Albus D.
Dumbledore ha gastado los úl...
-Se que tienes muchas dudas Harry- sonrió Dumbledore al joven quien bebió más de dos tazas seguidas ante la confusión.
El silencio reinó en el lugar.
-No, creo que lo comprendo, si Tom desviaba la atención del profesor Slughorn, este dejaría de vigilarlos de cerca- dijo mientras miraba la luz de una de las velas que se encontraban a un costado.
-Exacto, con eso Horace venía a mi contándome las curiosidades que la "dulce pareja" hacían, en vez del miedo que les tenía. No lo juzgo pero a veces mi querido amigo Slughorn puede ser confundido con facilidad.
-Lo sé- Harry rió al recordar las repetidas veces que lo hizo caer en un engaño y se aprovechó de eso....
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Capítulo 6: La Marca
Addeline Markasman y Tom Riddle, era algo de lo que todos y todas las jovencitas de Hogwarts cotilleaban. Y es que se rumoreaba que un chico de Griffindor de séptimo año los había visto más de una vez entrar a la Sala de Menesteres juntos y a solas.
Pero nada era lo que parecía.
La joven pronto mostró el interés aún más profundo por las Artes Oscuras, sin embargo aún no era una practicante completa, al enterarse de esto, Tom se ofreció a mostrarle absolutamente todo lo que él conocía.
Debía prepararla si planeaba conservar a la chica.
Esa noche los dos estaban en la biblioteca, en la Sección Prohibida, rodeados de toda la información necesaria.
Riddle necesitaba un último detalle para poder llevar a cabo la correcta colocación y el funcionamiento adecuado de la Marca Tenebrosa. El hechizo que usaría era poderoso y por eso mismo debía ser perfecto.
A esas alturas los dos manejaban una más profunda confianza así que el que ella se encontrara leyendo recargada sobre el hombro del chico no era para nada extraño.
-Aquí- susurró mostrándole una imagen.
Tom la miró confundido pero le costó solamente un par de segundos de percatarse lo que había encontrado.
Definitivamente eso era lo que necesitaba. Ya estaba todo listo.
Días después decidieron dar comienzo con las prácticas. Justo después de clases ambos se dirigieron al séptimo piso, donde la gran puerta que tanto conocían apareció. Como siempre para ellos y sus necesidades se les presentó en forma de un salón amplio, con dos grandes ventanas, piso de madera y una mesa al fondo. El lugar en el que practicaban.
