Maligno {Tom Riddle}

10. Advertencia

Harry miró su muñeca izquierda, imaginando la manera en la que luciría la Marca Tenebrosa y lo mucho que dolería, luego se revolvió incómodo en su lugar.

-¿Y usted no sospechaba nada?- preguntó inquieto.

-Siempre lo hice, había algo en ese grupo de chiquillos que no terminaba de encajar, más si hablabamos del comportamiento que Tom y Addeline adquirieron.

-¿Y les dijo algo?

-Sí pero no queria parecer muy obvio por lo que en cuanto tuve la oportunidad perfecta la aproveché....

Capítulo 8: Advertencia

En Hogwarts el reinado de los Caballeros de Walpurgis comenzaba a adquirir mucha más fuerza. Aquel puñado de chicos debía ser reconocidos y poner en alto su nombre mas allá del prestigio que sus importantes apellidos les brindaba.

Su primer objetivo fueron los nacidos hijos de muggles quienes sufrieron los primeros maltratos de los chicos.

Cosas como insultos, hostigamiento, incluso tortura era lo que pasaban y nadie se atrevía a mencionarlo con ningún tipo de autoridad, temiendo que la venganza fuera aún peor.

Claro que Tom jamás se presentó en alguna de esas escenas, sus caballeros eran quienes hacían el trabajo sucio sin problema alguno, todos ellos se sentían parte de algo muy grande y probablemente ni siquiera se arrepentirían en un futuro.

Para Addeline cubrir las fechorías resultó fácil pues ella podía predecir con exactitud cuando estaban en riesgo de ser descubiertos, a él eso le causó extrañeza y quiso indagar más acerca de la chica.

Pero un día, un solo día aquella joven no fue capaz de ver en su interior lo que sucedería. Una tragedia para el colegio que de no ser detenido por un confuso profesor, algo que pudo haber terminado incluso peor que la muerte de Mirttle.

Esa misma tarde Addeline, Tom y el resto de Caballeros se encontraban en la oficina del director Dippet y a su lado Dumbledore los miraba con aparente tranquilidad.

-Supe del incidente en el que parece que estuvieron implicados- dijo apacible el director. -El profesor de Historia de la Magia me ha contado la tragedia que evitó y que al parecer ustedes eran los culpables al encontrarlos ahí- colocó sus manos sobre el escritorio y trató de aparentar la mayor severidad posible.

-Quien quiera que le haya dicho eso es un idiota- repuso de inmediato ella. La mayoría la miró con un poco de temor ¿cómo osaba a hablar así a la mayor autoridad de Hogwarts? Y no era que los demás le temieran a Dippet si no que estaban a punto de graduarse y no podían darse el lujo de ser descubiertos en tan poco tiempo.

-¿Pero qué clase de lenguaje es ese señorita?- la miró con el sueño fruncido.

-Oh, mis disculpas- sonrió contagiando a Riddle aquella macabra sonrisa. Por primera vez Dumbledore se estremeció en su lugar al notar aquella oscura conexión entre ambos. -Me refería a que se equivocó al contarle aquello.

-Entonces, ¿cómo podrían explicar lo sucedido?

-Los accidentes pasan- dijo Tom captando la atención. No dejaría que Addeline se llevara toda la diversión de dicha situación.

El resto de caballeros los miraba con total seguridad, en momentos como ese no debían flaquear.

-¿Usar un hechizo imperdonable es un accidente?- intervino Albus.

-¿Por qué está tan seguro de que nosotros fuimos?- cuestionó de vuelta Riddle, recargándose al frente intentando imponer su personalidad sobre la de los otros dos adultos.

-Si, sólo somos un grupo de chicos que estuvieron en el lugar y momento equivocado- ella se encogió de hombros.

-No lo sé Albus, deberíamos informar al ministerio y que comenzaran una investigación- dijo preocupado el director, mirando a su acompañante, ambos comenzaron a murmurar y tratar de decidir qué hacer.

Los Caballeros de Walpurgis permanecieron en sus lugares, tan tranquilos tan unidos y fue ahí cuando Tom notó a la chica bastante concentrada en un punto fijo y no resistió el leer su mente. En ella pudo ver una peculiar imagen en la que lo jóvenes salían de la oficina con sonrisas en sus rostros y las varitas en sus manos, sin ningún castigo u otra reprimenda.

Al volver en sí la chica le sonrió dándole total seguridad y por debajo de la mesa tomó su mano haciéndolo fruncir el ceño.

-Nada de eso es necesario- interrumpió Markasman. -Si creen que nosotros lo hicimos no nos molestaría que revisaran el último hechizo en nuestras varitas- sonrió una vez más.

A ambos adultos les pareció buena idea pues aquella maldición debía estar grabada en una de sus varitas, de no ser así los chicos tendrían razón al decir que se trataba de un accidente. ¿Pero qué clase de accidente se asemejaría a un hechizo mortal fallido? Sin embargo tenían que aceptar, era su palabra contra la de ellos y no querían volver a involucrar al Ministerio desde la muerte de aquella joven.

-De acuerdo- Dippet extendió su mano. -Ahora sus varitas- pidió.

Todos las sacaron de sus túnicas y fueron entregándolas poco a poco. Cuando Addeline estuvo a punto de entregar la suya, Tom apretó su mano un tanto asustado, esa era la varita culpable y si las revisaban los descubrirían.

La chica se soltó de su agarre y posó aquella mano en la pierna del joven, tratando de tranquilizarlo.

Ambos entregaron finalmente las varitas y Dippet junto a Albus comenzaron a inspeccionar.

Diez minutos pasaron, diez minutos llenos de silencio y con los corazones de los chicos latiendo a una fuerza mayor.

-Bien, están limpias- suspiró con pesadez finalmente.

-Y señorita Addeline, por lo que he visto ha estado preparando un filtro de amor, no debería jugar con eso, es peligroso- dijo Dumbledore mirando de reojo a Tom.

-Pueden irse pero que esto sea una advertencia para todos que serán castigados si volvemos a encontrarlos en escenas como estas- finalizó el director, todos se levantaron de inmediato y salieron de la oficina con sonrisas en sus rostros y las varitas en sus manos tal como Tom lo había visto en la mente de Addeline.