Salgo corriendo y al doblar el pasillo entro al garaje de su casa, camino y busco lo más rápido que puedo entre sus coches y cuando encuentro el mío, presiono el mando para abrir el garaje, me subo y lo enciendo enseguida. Cuanto más rápido salga de aquí será mucho mejor, no quiero seguir cerca del hombre que ha jugado conmigo como ningún otro.
Cuando salgo del garaje y voy rumbo a la salida, veo a Damián por el espejo retrovisor; su rostro descompuesto y su mirada apagada me destrozan el alma, pero me ha mentido, ha jugado conmigo y no volveré a creer en su teatrito.
Vuelvo a mirar por el espejo y veo que corre tras de mí. No entiendo...
¿Por qué lo hace?
Después de todo, solo fui una muchachita de las que enamora en cada país a donde va.
Acelero y llego a las grandes puertas, hundo el botón que Alex siempre hunde y las puertas comienzan a abrirse de inmediato.
―Eli ¡No! ―Escucho que grita tras de mí, pero lo ignoro.
Ya abiertas las puertas por completo, aprieto el acelerador y salgo del lugar al que nunca debí llegar.
No entiendo.
¿Cómo pude ser tan extremadamente estúpida?
¿Cómo pude siquiera pensar que un hombre como él, se fijaría en mí para algo más que solo sexo?
En definitiva, cada vez, meto más la pata.
Enciendo la radio para distraerme y dejar de pensar en él, pero entonces empieza a sonar Aléjate de mí de Camila. ―Lo que me faltaba. ―Pero como soy tan masoquista y necesito llorar, lo dejo y alzo todo el volumen...
Y aléjate de mí amo, yo sé que aún estás a tiempo,
no soy quien en verdad parezco, y perdón,
no soy quien crees, yo no caí del cielo.
Si aún no me lo crees amor, y quieres tu correr el riesgo;
verás que soy realmente bueno en engañar y hacer sufrir
y hacer llorar, a quien más quiero.
Damián siempre me dijo que me alejara, que no podía ser; él mismo sabía que me haría daño si me quedaba, y yo de tonta, ignoré sus advertencias y solo escuchaba lo que quería escuchar.
¡Qué estúpida eres Elizabeth, esta vez si la sacaste del estadio!
¡Casado!
¡Está casado!
No puedo creer que esté destruyendo una familia y que me mintiera de esa manera, cuando él era lo más bonito que me había pasado. Piso el acelerador hasta el fondo, necesito alejarme de aquí ya.
En estos momentos, mi vida es todo un desastre, no puedo creer que después de que todo era casi perfecto, lo que con tanto esfuerzo conseguí, se esfume. El robo, el incendio... Algo pasa por mi mente y freno en seco, casi saliéndome de la carretera.
― ¿Quién quiere matarme? ―pienso tratando de controlar el coche.
Gregory puede ser de todo, pero... ¿Un asesino?
Él es el único de quien puedo sospechar. No podría ser alguien diferente, además, se ha escapado de la cárcel y ha estado obsesionado conmigo los últimos años.
Por más que lo pienso, aún no me cabe en la cabeza todo esto, aún no puedo creer en lo que se ha convertido mi vida. Pongo mi cabeza en el volante y lloro, lloro de rabia, de impotencia y de desesperación.