1: En la cama de Alex Turner

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-¿Boletos?

-¿Credencial?

-¿Dinero para el metro?

-¿Celular?

-¿Cámara de fotos?

-¿Camiseta de Arctic Monkeys?

-¿Perfume preferido?

-Y lo más importante... Mi labial favorito. ¿Por qué? ¡Porqué hoy conoceré a Arctic Monkeys! ¡Alex, Jamie, Matt y Nick! Mis ídolos. Tengo que escoger con cual de todos me besaré- bromeé mientras me colocaba el labial de color rosa en mis labios.

I Bet You Look Good On The Dancefloor sonaba desde mi computadora en toda la habitación del departamento en el que me encontraba en la ciudad de New York.

Me coloqué mi short jean de los que son hasta la cintura, unas botas de color café madera y mi camisa favorita de Arctic Monkeys. Apliqué algo de sombra negra a mis ojos y me puse rímel. Tenía unas largas y voluminosas pestañas que agradecía a Dios por tenerlas. Pasé mis dedos por mi cabello café tratando de separar un poco las ondas.

Por fin había llegado el día.

Si tuviera que hablar sobre mis sueños tendría que decir que siempre pensé que nunca pasarían. Mi gran sueño siempre había sido ser una cantante famosa, ya que, la música formaba una parte esencial en mi vida, aunque lo consideraba algo imposible. Amaba escribir, tocar y sobre todo cantar.

Pero algo que también anhelaba, era ver en vivo a la banda que hizo de mis días los mejores. Arctic Monkeys. Una banda que me había gustado durante años. No podía creer que en unas horas estaría viéndolos en concierto y conociéndolos en backstage.

Había conseguido la última entrada que había para la primera fila en su concierto en el Madison Square Garden y un pase de M&G. Compré los boletos para ir a New York a verlos y me hospedé en un departamento que mis padres habían comprado hace mucho tiempo, siempre nos quedábamos ahí cada vez que visitábamos la ciudad. Era la primera vez que viajaba sola, mis padres consideraban que 16 años, ya era una edad madura para hacer lo que sea.

Estaba demasiado nerviosa. Sentía que mi corazón iba a estallar.

Llevé mi credencial la cual decía mi nombre completo, aunque siempre prefería que me llamaran Taby, ahí se encontraba mi foto y una autorización para poder ingresar al estadio y al camerino para conocer a Arctic Monkeys.

-Mamá, ya voy a salir, ¡estoy demasiado ansiosa!

-Esta bien hija, todo va a salir perfecto. Estoy muy feliz por ti, te lo mereces. Anda con cuidado y disfruta el concierto. No te olvides de la credencial, de tu celular ni de tu cámara, para cualquier cosa: fotos, videos, tu sabes...

-¡Claro mamá! ¿Como crees?- reí. -Esta bien, te dejo mamá tengo que estar lo más temprano posible, te amo.

-Y yo a ti hija, que te vaya muy bien, mi preciosa.

Colgué. Mamá quería hablar conmigo por teléfono antes de salir.

Así era ella, una mamá preocupada todo el tiempo por mi. Pero, que me amaba con toda su vida. Al igual que mi padre, un hombre bueno, sabio y trabajador que siempre estaba para mi, para escucharme y aconsejarme de todo lo que necesitaba. Todo lo contrario a lo que era mi hermanito menor. Un pequeño relajoso, tres años menor que yo, que no paraba de hablar pero que siempre andaba con una sonrisa de oreja a oreja.

En la cama de Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora