En la cama de Alex Turner

64: Fiancée

''Créeme cuando te digo que te amo, porque en serio lo hago''. Esas palabras jamás las olvidaría.

Un par de meses habían pasado después de ese importante evento en mi vida.

La noticia se había esparcido como café en agua. Todos estaban muy contentos por ese suceso.

Desde familiares hasta fanáticos, desde amigos hasta desconocidos.

Era la novedad del momento.

Mi madre viajó hasta New York para ayudarme con los preparativos, asímismo los padres de Alex.

Las dos últimas semanas con Alex habían sido bellísimas, no podía siquiera pensar que todo esto estaba ocurriendo.

No podía imaginar que en unos meses, estaríamos casados. Quiero decir... ¡todo es una locura! Alex Turner, ¡ALEX TURNER CASÁNDOSE CONMIGO! Esto parecía un sueño, de esos de los que no quería que me despierten.

Estaba a punto de casarme con una estrella de rock, con el frontman de mi banda favorita, con el dueño de mis fantasías, alguien que solo vivía en mi mente y en mi imaginación... se estaba convirtiendo en mi vida.

El tan sólo verlo me llenaba el alma. Sus sonrisas mágicas, sus suaves caricias, su manera de hablar, sus miradas, todo él me volvia loca. Todo él era mi droga, mi vicio, mi necesidad.

- - -

-Me encanta este color, ¿te gusta a ti?

-Si, es muy bonito.

-Creo que quedaría bastante bien como mantel en las mesas. ¡Cierto! Olvidé que también hay que ir a hablar para lo del banquete.

-Eso no importa, creo que...

-Espera, espera. ¡Teníamos que ir hoy en la mañana a escoger los sabores del pastel!

-Oye, pero...

-¡Por dios, cómo me pude haber olvidado! Pero si lo anote- revisé en la enorme lista que tenía en la libreta- ¡Rayos! Lo olvidé por completo... Espera, ahora que observo, tenemos que ir a la florería para escoger el color y toda la decoración, ¡hay que terminar rápido con esto!

-Bien, bien. A ver, ¿que color habíamos decidido para las mesas?

-Color Champagne, creo... Pero, ¿te gusta? Porque si no te gusta, podemos ir a otra tienda, sólo déjame buscarlo en la lista y...

Alex me quitó la lista de las manos y la escondió detrás suyo.

-¡Hey!

-¿Qué pasa?

-Alex, dámela ya.

-No lo creo...

-Alex, no es un chiste, ¡vamos! Hay que acabar con esto.

-Lo consideraré- camino sin hacerme caso.

-¡ALEX, POR FAVOR! PÁSAMELA YA.

-No creo que sea posible- rió.

-¡ALEEEEEEEX!

Traté de quitársela pero era imposible.

-Alex, no soy una niña, devuélvemela ya.

-Esta bien, te la daré. Pero antes, tendrás que darme un beso.

-¿Un beso? Pues, no. Entonces me rindo.

Alex se echó a reír.

-¡Taby!

-¡Alex! Es injusto, estoy haciendo lo mejor. Buscando lugares, organizando y escogiendo lo necesario para que todo salga perfecto. ¡Y a ti ni siquiera te importa!