En la cama de Alex Turner

41: Día de suerte

¿Acaso era una broma? Dios. No, no y no. Esto no podía ser verdad.

-¿Taby? ¿Te pasa algo?

-¿Ah, qué?

-Te noto algo extraña.

-No es sólo que... estoy en shock.

-Me imagino. ¡Estamos hablando de Arctic Monkeys, mujer! ¡Deberías estar gritando de la felicidad! ¿Tienes idea de lo que está pasando?

-Yo... yo, simplemente no puedo creerlo- fingí una sonrisa.

-Hablé con ellos y están muy seguros de la decisión. Quieren tenerte en su gira. Sin duda. ¡Te pagaran $500.000! 

-Yo...

-¿Tienes idea de lo que es eso? ¡¡¡ES MEDIO MILLÓN DE DÓLARES!!! Por dios, Taby, ¡emociónate! Esto es el sueño de cualquier persona, ¡Hoy es tu día de suerte!

-Lo sé, yo... creo que tengo que apurarme, si no se hará muy tarde.

-Muy bien, Taby, anda. Que te vaya excelente. Convéncelos. Por favor, me dices todo lo que pase con detalles.

-Claro que si. 

-Por dios, Arctic Monkeys. Eres una chica con suerte. Bastante.

Sonreí.

-Adiós Louis. Gracias por llamarme.

Sali de la oficina y me dirigí hacia mi departamento muy apurada.

-¡Taby! ¿Que pasó? Cuéntamelo todo- dijo Michelle mientras me observaba entrar por la puerta, sentada en el sofá con la tv encendida.

-Michelle, pensé que estabas con George.

-No, pensamos en mejor salir mañana... ¿Por qué la desesperación? ¿Pasó algo?

-Luego hablaremos- dije mientras me cambiaba de ropa, me colocaba mi vestido y tacos negros y tomaba mi cartera.

-¿Por qué?

-Tengo que irme- contesté mientras me recogía el cabello.

-¿A dónde?

-No quieres saber.

Salí del departamento y en el mismo taxi que me trajo, pedi que me lleve a la dirección que estaba en el papel.

Esto no podía ser verdad. Rayos. Sabía que podía decir que no, pero tenía que hacerlo. Moría por comprarme ese auto que tanto quería y no podía dejar esta propuesta atrás. Aunque en parte si quería ver que pasaría. ¿Que quería Alex de mi? ¿Por qué de todas las bandas y cantantes del mundo me tuvo que escoger a mi para que sea quien abra su gira de conciertos? 

Fácilmente, hubiera rechazado la propuesta pero no quería decepcionar a Louis, y en parte, tengo que admitirlo, una parte de mi sí quería ir donde Alex, sólo por curiosidad, a ver que era lo que tenía que decirme sobre esta nueva proposición.

-Aquí es. Tome- dije entregándole el dinero al taxista.

Sali del auto. Ya se había oscurecido, eran las 8pm. Tomé un respiro y me dirigí hacia la puerta de la casa.

Tengo que decir que los nervios me comían mientras caminaba, mi cabeza no dejaba de hablar.

¿Por qué Alex estaba haciendo esto por mi? Es decir, el sabía cuanto amaba la música y cuanto quería ser exitosa, pero él y yo ya no éramos nada. Lo nuestro había pasado hace mucho y la última vez que lo vi, en la boda de Kelly, le dejé en claro de que me haría un gran favor si se olvidaba de mi.