CAPITULO 1

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  Bueno, pues después de años y años queriendo venir a la feria del libro de Madrid aquí estoy. Si, estoy sola, pero estoy que es lo importante para mi, y me está pareciendo fascinante. Para alguien que ame los libros tanto como yo esto es el paraíso. Da igual qué estés buscando, si no lo encuentras aquí es que no existe. Me he pasado toda la mañana entre libros, mirando, leyendo sipnosis y conociendo nuevos autores y ahora mismo estoy sentada en una mesa tomándome una coca cola a la sombra de una sombrilla, porque en junio aquí en El Retiro el sol calienta que no veas.

   Y bueno, aquí estoy, haciendo tiempo para que mi amiga Merche, escritora muy buena por cierto, acabe su firma y podamos irnos a comer. Hace como dos años o tres que no la veo y me he enterado que iba a estar aquí firmando y qué mejor ocasión que esta para un reencuentro.

   Creo que voy a empezar por el principio, me llamo Lucy y estoy en Madrid porque me ha salido un trabajo. Yo soy de Castellón y tengo 28 años. Estaba un día en mi casa aburrida, mirando páginas webs de empleo, a ver si encontraba algo interesante, aunque me apuntaba a cualquier oferta, cuando recibo un email. Lo abro y veo que es de una clínica privada que necesitan a alguien para cubrir para cubrir una baja, pero veo que es de Madrid. Eso para mi no supone ningún problema porque siempre me ha encantado esa ciudad y siempre he querido vivir allí, así que les respondo que estoy interesada en la oferta.

   Y como veréis aquí estoy, en una ciudad nueva, sola, bueno casi, conozco a un par de amigas que hice por internet, pero los libros no les van, así que eso. Decidí embarcarme en una nueva aventura y salir de mi pequeña casa con mis padres y vivir la vida, ya, se que solo son 3 meses, pero bueno, los voy a disfrutar.

Y bueno, son más de las 12 de medio día, me estoy asando de calor y a mi amiga aún le queda hora y media para acabar. La coca cola está muy muy fresquita y el primer trago entra de maravilla. Me quedo mirando a la nada y no en plan poético, no, en plan a ver qué hago yo casi dos horas aquí sola, y entonces tengo una visión.

   Veo a un chico sobresalir entre la gente, debe medir 1.90 más o menos, y me quedo petrificada en mi silla, es increíblemente guapo, o al menos para mí. No puedo dejar de mirarle, y me estoy poniendo nerviosa, algo dentro de mí que hacía años no se removía se ha despertado. No puedo apartar mi vista de esos ojos azules tan bonitos, es moreno, y tiene una sonrisa increíble. Al momento unas cuantas niñas de 14 o 15 años le paran y le piden un autógrafo y una foto y él encantado se hace la foto y firma los libros y pienso que es uno de los tantos autores nóveles que hay.

   Ante todo quiero que sepáis que soy la chica más tímida de todo el universo, y jamás haría nada, pero hay algo por dentro que me remueve y me dice que tengo que levantarme, que no puedo dejarle ir. Y en parte pienso que así es, y busco una excusa para hacerlo, y se me ocurre acercarme a pedirle una foto con la excusa de que me gusta su libro pero...y si me pregunta algo sobre el libro no sabré que responderle, no es una buena idea. Mientras no puedo dejar de mirarle, pero para cuando recobro el conocimiento él y su preciosa sonrisa se están alejando.

   Siento que he perdido la oportunidad de mi vida, y me pongo muy triste porque no sé si ha sido un flechazo, amor a primera vista, tontería mía, llamadlo como queráis, pero de verdad que he sentido cosas que hacía muchos años no sentía. Y con estos pensamientos me termino mi coca cola y me doy otra vuelta por la feria y sigo mirando posibles compras futuras.

   De camino a casa no dejo de pensar en el chico, vamos a llamarle Ángel, si porque para mí ha sido como una visión divina, os lo juro. Estoy en el metro dándole vueltas a la cabeza y maldiciéndome por haber sido tan idiota y no haberme acercado, y ahora mi mente maravillosa es cuando reúne todas las buenas ideas para poder haberme acercado a él, como por ejemplo, haberle dicho "Hola, mira perdona que te moleste, pero te he visto en el stand en el que estabas firmando y he sentido curiosidad por tu libro" y de ahí haber tirado hacia delante. 

   Sigo andando, y noto el móvil vibrar en mi bolsillo, lo saco y veo que son mensajes del grupo familiar, están mandado fotos y vídeos de estos empalagosos que al final acaban aburriendo. Mis tías y mi madre no saben hacer otra cosa, pero bueno son mayores. Estoy escribiendo para decirles que son todas unas pesadas cuando voy a cruzar la calle por un paso de cebra y de repente un coche me da un pequeño golpe, me tuerzo el pie y me caigo al suelo. Me levanto rápido y le doy un golpe en el capó llamándole gilipollas por no mirar por donde va. Sigo mi camino hacia casa notando un pequeño dolor en el pie, pero nada grave.  

   Llego a casa y llamo a mi compañera de piso Cristina, Cris para los amigos, pero no está ya que no responde. Ella es una de las chicas a las que ya conocía antes de venirme a Madrid, y la conocí gracias a un grupo de música que nos encanta, empezamos a hablar y mira aquí nos tienes a las dos, compartiendo piso. Fue algo inesperado, ella vive sola y yo me tenía que buscar algo para irme allí estos tres meses, y ella me ofreció compartir el piso y encima está relativamente cerca del mi trabajo.

   Me meto en mi habitación, no esperéis gran cosa, es una habitación normalita, muy básica ya que solo pasaré aquí tres meses, a no ser...que me salga otra cosa y pueda quedarme aquí, que nada me gustaría más. No hace ni un mes que me he mudado, pero he descubierto un Madrid que me encanta, el oculto, el de los rincones preciosos, el que no está plagado de gente, y siento que este es mi lugar.

Ficción o realidadWhere stories live. Discover now