CAPÍTULO 7

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-Lo siento Lucy, hoy ha sido todo caótico -dice Mónica saliendo del ascensor.

-No te preocupes, esto ha estado tranquilo.

-Mejor, porque te juro que necesito un café, me va a dar algo. -Entra en la sala de descanso y se prepara el café. Yo sigo organizando la agenda de dentro de dos semanas ya que va a ser un poco caótica, puesto que tiene que viajar fuera varias veces. Cuando me quiero dar cuenta es la hora de comer, y voy a buscar a la oficina por si quiere parar.

-Mónica, son las dos, te vienes a comer.

-Mmmm dame un minuto-me dice tras la pantalla del ordenador. -Vamos, hoy te invito al restaurante de arriba, los jueves hacen el mejor menú que hayas probado en tu vida. De primero una ensalada agridulce riquísima y de segundo pato a la naranja y de postre un delicioso coulant de chocolate -y rueda los ojos. Las dos nos echamos a reír y nos dirigimos a comer al restaurante de arriba. Tiene razón, la comida es realmente deliciosa, y este rato me viene muy bien para poder hablar y conocer un poco mejor a Mónica.

-Pues si chica, a dos semanas de la boda pillé a mi entonces novio con una amiga que teníamos en común. Imagínate mi cara cuando entro al restaurante con mi cliente y le veo a él besándose con ella -mi cara es de auténtica sorpresa -Así me quedé yo también.

-¿Y qué fue lo que hiciste?

-Pues como toda la dama que soy me acerqué, muy tranquila, le di un beso en la mejilla, le miré y le tiré la copa de vino encima. Me giré y a ella le di las gracias.

-¿Y tu cliente?

-Flipó, imagínate la escena. Simplemente le dije que saliésemos de allí, y camino a otro restaurante le expliqué lo que acababa de pasar.

-Madre mía, menudo palo. Eso me pasa mi y no se que hubiese hecho.

-Si, fue un palo, pero bueno, ahora ya hace casi un año de aquello y estoy muy a gusto soltera, disfrutando de mi trabajo y de mi vida.

   Pasaron dos semanas, y yo cada día estaba más a gusto en mi trabajo, no podía tener mejor jefa que Mónica. Además nos habíamos hecho amigas, ella sabía que estaba prácticamente sola en Valencia, y habíamos quedado alguna tarde para ir a tomar alguna copa. A Jorge lo había visto un par de veces más, pero apenas habíamos podido hablar, porque por lo visto el próximo evento era aquí en Valencia, y muchos de sus clientes iban a estar aquí para promocionarse y teníamos que cuadrar los horarios, y saber qué actividades se iban a hacer.

   Era viernes, y yo ya estaba deseando que llegase porque así tendría el fin de semana para poder ir a ver pisos, había pasado todos estos días buscando por internet y seleccionando los que más se acoplaban a mi sueldo y aparentemente más me gustaban. Tenía que ir a ver uno a las 7 de la tarde y llegaba muy justa, no me había dado cuenta de la hora y se me había ido de las manos. En el ascensor me puse a buscar en mi carpeta la dirección del piso al que tenía que ir, se abrieron las puertas y sin mirar salí, pero no llegué muy lejos pues choqué con alguien y todos los papeles se esturrearon por el suelo.

-Joder, perfecto, con la prisa que tengo hoy -Susurré para mí. -Perdón, iba con prisa y mirando unas cosas y no te he visto -digo mientras me agacho a recoger los papeles que han caído de mi carpeta.

-No te preocupes Lucy, a todos nos ha pasado alguna vez -me dice en tono burlón, le miro y claro, no podía ser otro, es Jorge que también se ha agachado a ayudarme con los papeles. -¿Y esas prisas? -dice mientras mira las fotos de pisos.

-Tengo que ir a ver un piso esta misma tarde, a las 7 para ser más exactos y no me di cuenta de la hora que era. Si vas a ver a Mónica no está, se fue hace media hora -le digo.

Ficción o realidadWhere stories live. Discover now