Encuentro en el hospital

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  Con mi padre trabajando, la rutina cambió un poco. Mi hermano tenía que esperar a que lo recogiera más tarde y aprovechaba el tiempo extra para la rehabilitación. Normalmente yo iba a casa a preparar la cena pero en algunas ocasiones me quedaba con él. Fue en una de esas primeras tardes cuando me sorprendí al descubrir al capitán y al armador del Fukurodani allí.
- ¿Todo bien? – dije acercándome preocupada
- Bokuto-san se ha caído camino de casa y hemos venido a que se desinfecte
- Akaashi, no me voy a morir, ¿verdad? - Akaashi solo me mira y pone los ojos un poco en blanco. – Llevamos aquí cerca de tres cuartos de hora y aun no me han atendido
- ¿Puedo verla? – Bokuto solo levanta el codo para que pueda ver mejor – Bueno, no creo que sea nada grave. Pero tengo contactos así que iré a darles un toque
Me dirijo al mostrador de la enfermera que mejor conozco mientras Bokuto gimotea en los asientos de espera.
- ¡Sonja! ¿Otra vez vienes a ver a tu hermano?
- Antes me preguntaba si me puedes ayudar con una cosa – y señalo con la cabeza hacia donde está el dúo. La enfermera sonríe y me acompaña
- ¿Qué tenemos aquí?
- Mi amigo se ha caído y... bueno, ¿podríais desinfectarla?
- Claro, venid conmigo
- ¡Tategami-san, es verdad que tienes contactos!
Sin embargo, cuando entramos en la sala se le va toda la valentía que había acumulado.
- ¿Podrías ayudarme con Bokuto-san? – me dice Akaashi susurrando a parte mientras el susodicho se sienta en una silla
- ¿Eh?
- Bueno, se pone bastante nervioso en cuanto a heridas y hospitales...
- Ah, claro. Sin ningún problema... ¿De qué podemos hablar para distraerlo? ¿Vóley?
- Déjamelo a mí. Tú sólo sígueme la corriente. – y entonces, ya acercándonos – Bokuto-san, Sonja-san estaba contándome sobre Minamoto-san.
- ¿En serio? – pregunta totalmente centrado en mi y olvidándose de lo que tiene delante. Maldita sea. Echo una mirada rápida a Akaashi indicándole que no me hace gracia mientras el sonríe disimuladamente un poco.
- Si... Bueno... El caso es... Que me dijo... - miro al culpable de esta situación pero él está concentrado en unos medicamentos que hay en la estantería. Al final suelto casi enfadada – Me dijo que le habría gustado verte jugar el lunes pasado.
- ¿De verdad? – está tan ilusionado que apenas nota el agua oxigenada que le echan en la herida - ¿Has oído eso Akaashi?
- Si, Bokuto-san
Parece conformarse con eso y se pone a tararear una canción mientras terminan de curarle. Akaashi se vuelve a acercar para darme las gracias.
- Kuroo me va a matar
- ¿Por qué?
- Bueno, al parecer Bokuto-san no para de hablar con él sobre Elie-chan
- A mí también me habla mucho de ella
- Bueno, pero tú te lo has buscado. Por dejarme en ese aprieto. – digo cruzándome de brazos.
Eso provoca que se ría. Es una risa breve pero que hace que me salte el corazón en el pecho. Bokuto se gira para saber que ha hecho tanta gracia a su armador pero yo solo puedo sonrojarme y Akaashi evade la pregunta. Me parece verle también un ligero rubor en las mejillas pero asumo será mi imaginación. ¿Por qué íbamos alguno de los dos a avergonzarnos?
Entonces oigo rodadas en el pasillo y que la puerta se abre:
- ¡Así que estabas aquí!
- ¡Hermano! – salto corriendo hacia él - ¿Qué tal la rehabilitación?
- Poco a poco – pero por su sonrisa veo que ya va notando algún progreso así que yo también sonrío
- Ejem, estos son dos jugadores del Fukurodani: el capitán Bokuto-san y el armador Akaashi-san
- Ya me habían dicho que estabas acompañada...
- Bueno, es que creía que hoy estabas con... ¿Cómo se llamaba esa enfermera que conocías de clase?
- A callar – dice haciéndome cosquillas. Luego se gira hacia los recién presentados – Encantado de conoceros.
- Igualmente – contestan al unísono.
- ¿Sabéis? Cuando yo jugaba en el Nekoma teníamos muchos partidos de práctica contra vuestra escuela. – eso llama la atención de ambos – Aunque en esa época no era tan buena como por lo visto sois ahora
- Debería usted venir al próximo – dice Bokuto animado
- Bokuto-san...
- ¿Qué? – y es entonces cuando cae en la cuenta de la silla – Oh, bueno, perdón, no quería...
- ¡Ey! ¿A qué viene esa cara? Iré encantado. Llevo esperando a que mi hermana pequeña me invite desde que llegamos aquí.
- ¿Cómo? ¡Si querías ir solo tenias que decírmelo! Ya sabes que al entrenador le encantará verte. Y a Naoi también.
- Entonces está decidido – dice Bokuto con una sonrisa aun mayor. – Pasado mañana nos vemos
- ¿Pasado mañana?
- ¿No os lo habían dicho? – pregunta Akaashi
- No... Aunque la última vez fue toda una sorpresa también
Cuando nos despedimos, mientras sale por la puerta, Bokuto duda en decirme algo. "Puede" le contesto a la pregunta silenciosa.  

Un nuevo gato en el NekomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora