Festival

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Estoy muy nerviosa. Bokuto ha decidido que sería divertido una cita doble así que iremos los cuatro a un festival que hay en el pueblo de al lado. Y es la primera cita con Kuroo en la semana que llevamos juntos sin contar con dos almuerzos y un rato en el parque, así que tengo la sensación de que todo tiene que salir perfecto.
- Ven, que te peino, Sonja-chan. Pero para eso necesito que te quedes quieta.
- Lo siento, Elie-chan.
- Tranquila, yo estaba igual – me sonríe
- ¿Cuándo? Siempre salimos varios con vosotros como apoyo... ¿Y si digo alguna idiotez?
- Vosotros dos siempre os estáis diciendo idioteces, y por lo que dice el equipo habéis seguido igual así que ¿qué va a cambiar porque en lugar del uniforme lleves un vestido bonito?
- Supongo...
Al final llegamos a la parada unos minutos antes de cuando habíamos quedado, pero Bokuto y Kuroo ya están allí. Me sonrojo al verlo pero Elie tiene razón: seguimos igual así que ¿qué necesidad hay?
El tren tarda una hora en llegar al pueblo, que pasamos decidiendo los sitios a donde queremos ir. Sin embargo, al llegar al recinto en el que está nos quedamos parados unos al lado de los otros: es enorme y hay un montón de puestos y atracciones.
El primer lugar al que vamos es a la noria. Cuando estamos en lo más alto Bokuto se asusta (no es que tenga miedo a las alturas sino que es muy frágil y Elie puede caerse, según él) así que nos pasamos todo el trayecto de descenso tranquilizándole.
Nuestra siguiente parada son los puestos de tiro. Los chicos se empeñan en intentar conseguirnos un peluche a cada una pero a la tercera vez ya es por orgullo personal.
- ¿Crees que deberíamos decir que paren?
- ¡Sonja-chan! ¡Pero si es muy divertido verlos! – se queja
Nos reímos mientras Kuroo le protesta al encargado del puesto de que está trucada mientras Bokuto lo apoya. Al final (por pena, creemos Elie y yo) el encargado deja elegir un peluche pequeño a cada una: un gato y un búho.
Y así es como vamos a nuestra última parada tras comer algodón de azúcar: los fuegos artificiales. Desde niña me encantan y estos son aún más espectaculares que los de Miyagi. Kuroo se ríe cuando se lo comento pero a mí me da igual: me parecen mágicos.

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- ¡¿POR QUÉ NO HAY UNO DE BÚHOS?!
- Bokuto, no grites – dice Kuroo a mi lado pero ya es tarde: levanto la cabeza de su hombro y me desperezo – ¿Te ha despertado ese búho idiota?
- Tranquilo, ya era hora. Pronto llegaremos a Tokio, ¿no? – digo bostezando
- Aun queda una media hora.
- Maldita sea.
Miro a Elie y Bokuto que están muy concentrados en el móvil de mi amiga.
- Tetsuro, ¿qué están haciendo?
- Al parecer Elie-san tiene un juego de gatos en el que le pones nombres y te dan regalos y Bokuto... Espera un momento – dice girándose hacia mí y poniendo una sonrisa burlona - ¿me acabas de llamar por mi nombre?
- Ups. Lo siento... Aunque no sé porque me disculpo. Tengo todo el derecho del mundo porque soy tu novia y tú me llevas llamando por mi nombre desde que entré al club – me defiendo
- Porque tú lo pediste. Y no me vengas con lo de 'porque soy tu novia' porque me has llenado de baba la camisa y eso solo te lo perdono porque lo eres así que...
- Primero: yo no babeo. Segundo: esa camisa no es que fuera muy bonita así que te he hecho un favor.
- ¿Cómo me vas a hacer el favor de manchar mi camisa si me acabas de decir que no babeas dormida?
- ¿No se te ha ocurrido que estuviera despierta y lo haya hecho aposta?
- ¡Ey, pareja de gruñones! Vamos a ir bajándonos ya del tren, casi estamos – nos llama riéndose Elie.

Un nuevo gato en el NekomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora