Lesión

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- ¿Yaku-san?
El libero del Nekoma apenas puede ponerse en pie. Sin necesidad de que el entrenador me lo diga salgo como una flecha para ayudar a sostenerlo.
- ¿Por qué? ¿Por qué precisamente hoy?
- Yaku-san, vamos a llevarte a la enfermería. Tienen que mirarte el tobillo.
El partido contra el Fukurodani fue duro y lo perdimos sin ganar ningún set. Y ahora, en nuestra última oportunidad de tomarnos la revancha contra ellos y de enfrentar al Karasuno en el Nacional es ganar a nuestros oponentes: el Nohebi.
Miro por encima mi hombro y asiento a Kuroo para tranquilizarlo. Ya han perdido a su líbero, no pueden perder a su capitán. En su mirada veo que me comprende y se gira hacia el equipo, para levantarles la moral.
Junto a Naoi lo sacamos de la cancha. Cuesta llegar hasta la enfermería pero, una vez allí, podemos tumbarle en una de las camillas.
- Yaku-san, tranquilo. Seguro que no es nada...
Pero el no escucha. Sólo está ahí, con el puño cerrado y la cara llena de frustración. Tras examinarle el médico nos confirma que no es nada grave, pero no podrá jugar en lo que queda de partido por precaución. Tras eso nos deja solos.
- Yaku, no te preocupes. Estoy seguro de que se las apañaran. Shibayama es un buen chico y ha mejorado mucho gracias a ti.
- Pero... ¿y si no?
- Yaku-san – digo seria - ¿confías en Kuroo?
- Por supuesto – dice extrañado por la pregunta
- Él te ha prometido que ganarían
Yaku me mira, serio también. Y unos segundos después asiente.

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Tras asegurarse de que no necesitamos nada Naoi se vuelve a la pista. Pese a la insistencia de Yaku yo me quedo junto a él e intento distraerlo con cualquier anécdota que se me ocurra. Tengo que responder a un mensaje de Elie, que se asusta al no vernos regresar a la cancha desde las gradas.
Un estruendo de aplausos nos avisa del final del partido.
Y unos minutos después se abre la puerta, asomándose Kuroo. Está serio.
- ¿Yaku? ¿Qué tal el tobillo?
- Parece que me recuperaré... - dice aguantando las lagrimas, a lo que Kuroo asiente.
- Menos mal... No creo que Shibayama aguante la presión del Nacional... En serio, tío. Ha estado a punto de vom-
No le dejo acabar la frase porque me lanzo a sus brazos. ¡El Nacional! ¡Iremos al Nacional! ¡Nos enfrentaremos con el Karasuno y el Fukurodani allí!
- ¿Sonja? ¿Vas a llorar? – yo sólo niego, aun con la cabeza enterrada en su hombro. Y después, con lo que deduzco que es una de sus sonrisas - ¿Te ha comido la lengua el gato?
- Oh, cállate, Tetsuro.
Cuando miro hacia Yaku veo que está moviendo la boca pero no sale ninguna palabra. "A él sí que le ha comido la lengua" me río.
Al salir de la enfermería nos encontramos a todo el equipo y a Elie esperándonos. El entrenador nos entrega a ambos la medalla que no hemos podido recibir ante la mirada del público pero yo casi no la miro.
La sensación que tengo, junto a este equipo, es medalla suficiente.

Un nuevo gato en el NekomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora