Ojitos corazón

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En cuanto terminó ese breve discurso y nadie dijo nada mi hermano se empezó a poner nervioso.
- Me he pasado, ¿verdad? Porque no me habéis cortado...
- Vamos, Kyoya. Ha estado a la altura de los de antes
- Ya, claro. ¿Sabes que llevaba medio preparados los discursos antes de los partidos?
- Hombre, no es que esos fueran los mejores... Me gustó más ese que nos diste en las duchas
- ¿Cómo?
Poco a poco los chicos comienzan a salir del estupor en el que estaban y aplauden. Es un aplauso caluroso que hace que mi hermano se sonroje aun más. No puedo evitarlo y le abrazo.
- Oh... Mostrando amor por el hermano mayor... Qué bonito...
- Cállate, Kuroo – digo riéndome mientras le doy un puñetazo amistoso
Los murmullos se van haciendo más fuertes y volvemos al nivel de conversación habitual: alto. Me disculpo y salgo a la puerta para encontrarme con Elie, que está sentada un poco más lejos.
- Así que aquí estabas...
- ¡Sonja-chan! ¡Ha sido un buen discurso el de tu hermano! Digno de lo que decían de él
- Si... - digo sonriendo mientras recuerdo algunos momentos de discursos anteriores.
Nos quedamos calladas durante unos minutos. Pero no es uno de esos silencios incómodos sino que escuchamos traquilamente a ambos equipos en el gimnasio. Me fijo que se agarra un poco el pantalón que lleva y que mueve la pierna. Suspiro.
- Ha estado buscándote.
- ¿Quién?
- Ya sabes quién...
- No lo parecía
Me sorprendo al notar tristeza en su voz. Y entonces caigo: ha estado viendo el segundo set entero y Bokuto (para pesar del Nekoma) ha estado más concentrado que nunca.
- Bueno, por lo que se Bokuto-san se concentra en el vóley más que nada. Y realmente disfruta jugando, lo que hace que se olvide de todo lo demás. En la concentración se olvidó una vez del nombre de uno de su equipo, ni te imaginas la que se lio... - Elie suelta una risota y yo me alegro de haber animado a mi amiga – Pero las managers del Fukurodani me han dicho que hoy venia muy motivado. Y si a eso le sumas que quería saber si vendrías hoy...
- ¿Cuándo ha dicho eso? – salta
- Bueno, no llego a decírmelo... Pero me pregunto por... Tampoco es que me preguntara directamente sino que... Mira, olvídalo. Pero hay bastantes evidencias de que a él le ha dado tan fuerte como a ti, Ojitos Corazón.
- ¿A qué viene eso de Ojitos Corazón? – se ríe
- Sólo tienes que mirarte al espejo – me río también
- ¡Sonja-san! ¡Vamos a...! Perdón, no sabía que había venido una amiga.
- Elie-chan, te presento a las managers del Fukurodani: Shirofuku-san y Kaori-san.
- Encantada
- Así que esta es la famosa Elie... - sonríen entre ellas con complicidad. – Vente, tu también vas a tomar refresco con nosotros
Y mientras Shirofuku arrastra a Elie al gimnasio, Kaori me convence para ayudarlas.

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Esta es una de las situaciones que merecen ser grabadas. Y también una de esas que no grabas porque te quedas la cámara en el gimnasio mientras sales a intentar convencer a una amiga que vaya a ver al chico que le gusta.
Bokuto se queda mudo cuando la ve entrar. Y de ahí pasa a estar rojo, tanto que su cara parece un tomate. Y la de Elie no se queda atrás. Mientras presento a Elie a los entrenadores, las managers del Fukurodani se acercan a hablar con su capitán, que comienza a negar rápidamente con la cabeza. Kuroo, que está a su lado, sólo suspira y comienza a empujarlo hacia donde nosotras estamos cogiendo un refresco junto a Kenma.
- Hola – se presenta Kuroo – Tu eres la amiga del cine de nuestra manager, ¿no?
- Ejem... Si... - responde mirando de reojo a Bokuto
- O-Oye, Kuroo. C-Creo que Akaashi me está llamando así que voy a ir a ver que quiere, ¿vale?
- Ni hablar. Tú te quedas aquí. No has parado de darme la tabarra sobre ella y aho- ¡AY! ¿Por qué me pegas, Sonja?
- ¿Cómo? – me hago la distraída. Y tras ver a Kaori haciendo gestos hacia nosotros suspiro – Kuroo, ¿por qué no vamos a hablar con mi hermano... sobre... los discursos? Eso. Te puede dar ideas sobre los discursos. – y agarrando a Kuroo de la camiseta (Kenma en cuanto había podido huyó de la situación, chico listo) me dirijo hacia las managers y Akaashi. - ¿Por qué siempre me dejáis en la misma situación?
- ¿Cómo que en la misma? – pregunta curiosa Shirofuku mientras Akaashi sonríe disimuladamente (lo que hace que me sonroje un poco otra vez).

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Nos pasamos los primeros diez minutos mirándolos disimuladamente. Hemos convencido al resto de que no se acerquen pero vamos, que puede que así hubiera ido mejor. ¿Es qué no van a hablar nunca?
- No puedo creer que Bokuto-san esté tan callado... - dice sorprendido Akaashi
- En Elie-chan también es un milagro, créeme. Cuando se pone nerviosa no para de hablar, y decir cosas tontas, y reírse por cualquier cosa...
- Si se estuviera riendo ahora tu amiga tendría un problema... Míralos. Lo único que hacen es mirarse, sonrojarse y mirarse las manos. – comenta Kuroo
- Hay que darles un tema de conversación – dice decidida Kaori
- Vale, pues buena suerte – le digo suspirando. Y de repente tengo una idea – ¿Y si no es tema de conversación sino provocar que comenten lo que sea?
- Ya decía yo que salía mucho humo...
- ¡Cállate, Kuroo! – decimos las tres managers a la vez y después, haciendo un corro entre nosotras, me susurran - ¿Qué se te ha ocurrido?
- Bueno... Es que yo creo que no debemos forzarles a hablar sino que poco a poco vayan ellos solos comentando cosas y ya se establece una conversación al final. Así se rompería el hielo, ¿no? – noto a Kuroo y Akaashi inclinarse sobre nosotras para escuchar también.
- Quieres decir... ¿Jugando a algo?
- Si
- ¿Vóley?
- Bueno, es algo que tienen en común... - y entonces me decido y voy a su encuentro - ¡Elie-chan! ¿Quieres venir a que nos enseñen a recibir? – ese tema hace que los dos me miren interesados
- Los chicos han decidido enseñarnos a recibir – me apoya Kaori
- Bueno... ¿por qué no? – sonríe Elie levantándose
- ¡Bokuto! ¡Ayúdanos, anda! – lo llama Kuroo
- ¿Eh?
- Estas en el top 5. Necesitaremos ayuda, Bokuto-san
- ¡POR SUPUESTO! – dice animado Bokuto y saliendo también del gimnasio.
Y así nos vamos los siete a uno de los rincones del patio de la escuela a practicar. Kuroo nos enseña la técnica mientras Bokuto y Akaashi colocan y rematan para que podamos ir acostumbrándonos. Lo pasamos muy bien, aunque a mí me acusen de hacer trampas porque ya sabía un poco gracias a mi hermano y a Yuu.
Estamos así hasta que vienen a llamarnos para recoger. Antes despedirse, Elie y Bokuto habían estado ya bromeando muchas veces y se habían dado los números para quedar alguna vez 'todos'. Es decir, que nos toca hacer de niñeras de su relación un poco más.

Un nuevo gato en el NekomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora