-En cambio, quien parece un poco perdido eres tú, Arthi ¿no estás un poco lejos de tu central?- preguntó Zulay con arrogancia, tan insolente y descarado como de costumbre.
-Solo tú tienes la culpa, Andrea-
-¿Yo?- preguntó con tono de burla. –No es culpa mía que todavía no sepas orientarte, anda que a tu edad y todavía no saber volver a casa-
-Muy gracioso- contestó con ironía. –Pero si he venido hasta aquí ha sido porque me han comunicado que tú y unos amiguitos os habéis estado haciendo notar además también vengo a por mi nueva soldado ¿qué hiciste con ella?- ¡vaya! No me ha reconocido, claro con las pintas que tengo ahora… na’ que ver de cuando era una humana, a cuando pasé a ser una Flap de las Sombras y ahora que soy una Flap de Fuego… lo único que conservo de mis antiguos físicos son el pelo rizado y los ojos verdes.
-“Pos” menuda soldado que tienes, me es más fiel a mí ¿verdad “Hello Kitty”?-
-Yo no trabajo con ratas de alcantarilla- contesté con rabia al recordar que por la culpa de Kress ahora soy una Flap.
-¿Có… cómo? ¿Cómo lo has hecho? ¿Por qué ahora es una Flap de Fuego?- preguntó con curiosidad, estaba perplejo y no se molestaba en disimularlo y es para estarlo porque soy yo y aún no me lo explico.
-Mu’ largo como pa’ contarlo- Zulay me volvió a agarrar por la muñeca. –Ahora, si nos disculpas tenemos prisa- tiró de mí en la otra dirección, estaba decidido a dejar a Arthur con la palabra en la boca y que siguiéramos cualquier camino para conseguir nuestro objetivo.
-Está vez no- dijo con confianza. –Señores- fue terminar de decir esto y dos Flaps de las Sombras aparecieron de cada extremo de los cuatro pasillos, este ha sido su as en la manga todo el rato, ya me parecía que estaba mu’ tranquilo hablando.
Mierda, estamos rodeados. Miré a Zulay en busca de una respuesta, algo que me dijera que de esta salimos pero para mi decepción esa mirada de confianza no llegó más bien era una que parece gritar: “¡Eh, vamos a hacer lo primero que se me ha pasao’ por la cabeza!” Estoy segura, conozco bien ese brillo en sus ojos va hacer la primera cosa inmadura y poco meditada (no creo ni que se la piense una vez). Le contesté con otra mirada, seria y amenazadora que le ordenaba que no lo hiciera, no estábamos en situación de dar pasos en falso pero como no, estoy hablando con Zulay ¿cuándo ha hecho caso de lo que se le dice? En una palabra “jamás” y esta vez no iba a ser diferente. Esbozó una sonrisa pícara con gran arrogancia está claro, va a hacerlo.
Lanzó un puñetazo contra el Flap de las Sombras que estaba a su derecha (oh ¿en serio? No es que sea una locura es que es de idiotas ¡son muchos pa’ solo nosotros dos!). “Sep” he dicho bien, “nosotros” porque no pienso quedarme mirando cómo nos arrestan.
Traté de golpear a uno de ellos pero éste paró mi puño de inmediato (“sep” lo reconozco, no es lo mío). Me giró la muñeca y me pisó el pie ¡Joder! ¡El daño que me ha hecho el condenao’! Por suerte Zulay me lo quitó de encima. Pelea bien ¡¿qué digo?! Pelea genial, lo único que espero es que su asma… bueno, eso que no nos juegue una mala pasada.
Yo no lo estaba haciendo tan mal como creía que iba a suceder, golpeé a varios aunque no demasiado fuerte pero los mantengo a ralla (más o menos). Por desgracia la “suerte del principiante” no dura eternamente, un soldado me agarró por debajo de las asilas. Traté de liberarme lanzando varias patadas con tan mala suerte que el único que se podría quejar de dolor sería el aire. Comenzaron a ponerme las esposas. Zulay trató de acercarse para ayudarme pero otros soldados se adelantaron para cortarle el paso. Él les golpeó dispuesto a seguir con la pelea hasta acabar con todos y los soldados parecían tener la misma intención pero Kress los detuvo con tan solo levantar la mano derecha.
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El fuego de mi interior
Science-FictionUn miedo que jamás he superado, grabado en mi mente para siempre y clavado en lo más profundo de mi corazón me perseguirá hasta alcanzarme, irónico, pensé que podría huir de él siempre. A su vez hará despertar un sentimiento que nunca antes sentí ¿d...