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—Oh, Dios. —Todo en mi cabeza se apagó durante una milésima de segundo. Esos chicos podrían tener fotos de mi hermana desnuda. Solo tenía diecisiete años. Diecisiete años con fotos de desnudos. Si las publicaban en Internet, no tendría escapatoria.

—Sam, danos un segundo. —Harry tiró su remera por encima de la cabeza cuando ella asintió y cerró la puerta.

April no tenía tiempo para que enloqueciera. Tiré de mi sujetador y acomodé el escote de mi vestido. Me desenredé del cobertor, mis talones cayeron al suelo y deslicé el vestido por debajo de mi cintura. —¿Dónde están mis bragas? — Entré en pánico, tirando el cobertor hacia atrás.

Harry alzó el par púrpura y se puso de rodillas para que pudiera entrar en ellas. Las puso sobre mis muslos, y, aunque sabía que el sexo no se encontraba en su mente, fue muy sexy cuando encontró mi mirada.

—¿Estás bien? —No podía creer que lo hubiera dejado en esta situación otra vez.

Asintió. —Vamos a ayudar a tu hermana.

Me acomodé el vestido de nuevo y luego abrí la puerta.

Sam se apoyaba contra la pared. —Por aquí. —Ordené los mechones sueltos de mi pelo mientras la seguía por el pasillo. Tres, no, cuatro puertas más abajo, golpeó—. ¡Abran!

—¡Vete! —respondió una voz ronca.

—¿April? —Llamé a la puerta mientras giraba la perilla. Estaba cerrada con llave. Lástima que no cerraron con llave en primer lugar. Por otra parte, con Harry tampoco lo había hecho. Empujé la perilla otra vez, como si mi gran determinación por sacar a mi hermana pudiera abrir mágicamente la maldita cosa—. April—grité, golpeando la puerta.

—¡Sal de aquí! —El chico de nuevo. No conocía a Tyler Rozly, pero si tenía a mi hermana en esa habitación, pertenecía a mi lista negra.  Un par de manos me empujaron suavemente a un lado. Harry se encontraba aquí. Golpeó una vez la puerta. —Tyler, abre la puerta ahora.

—¡Por supuesto que no! —La risa que acompañó su declaración fue suficiente para decirme que April se encontraba allí.

—Tyler, soy Styles, y si no abres esa maldita puerta en veinte segundos, voy a sacar tu culo de allí. Ahora. Ella es menor de edad. —Las venas de su cuello pulsaban. Una maldición ahogada sonó a través de la puerta, y conté mentalmente cada uno de los segundos con los que Harry amenazó a Tyler. En dieciocho segundos, la cerradura cedió y la puerta se abrió para revelar a un hombre sin camisa que supuse era Tyler.

—¿Por qué demonios estás siendo un aguafiestas conmigo, Styles? Me deslicé entre Tyler y el marco de la puerta.

—¿April?  Mi hermana se sentó en la cama, agarrando el cobertor.

—¿Ember?

Toda la rabia que sentía hacia April se dirigió a Tyler. —¡Es mi hermana pequeña!

Tyler cruzó los brazos, pero de pie junto a Harry no parecía intimidante. Harry lo eclipsaba. —No parecía demasiado "pequeña" para mí.

Harry se puso delante de mí antes de que consiguiera que mi mano quitara la sonrisa satisfecha de la cara de Tyler. ¡Imbécil!—Tiene diecisiete años, viejo. Que yo sepa, tienes veintiuno, lo que la hace ilegal para ti.

Tyler se puso pálido. —No, te equivocas. Parecía joven, así que le pedí ver su identificación cuando entró. Su nombre aparecía en la lista y todo.

April se sentó en silencio en la cama y me dio una mirada culpable que conocía demasiado bien. —Tomaste mi identificación.

—No es como si tú lo necesitaras. —Pasó de arrepentida a acusadora en un respiro.

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora