Capítulo 22

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Oigo que la profesora dicta la clase, y yo no le presto ni una mínima pisca de atención, ¡mierda! Me duele la cabeza, a mi lado se encuentra Valentina tomando apuntes y ya sé que se los debo pedir luego, salgo de mi asiento y me dirijo al cafetín, pido un late vainilla, y siento como el dulce sabor del café calma mi ansiedad, coloco el vaso en la mesa para buscar mi telf. que vibra en el fondo de mi bolso.

*A ti qué coño te pasa.*




*¿Sabes qué?, block contigo.*




*Vete a la mierda, perra serás tú.*




-maldita sea- exclamo, y antes de que pueda pensar en si debo responderle o no a isabel, me ha bloqueado, su foto de perfil ha desaparecido.

Mierda, bueno, supongo que es lo mejor, no tiene sentido que le diga algo, es mejor evitar problemas con Adela. suspiro, debo hablar con ella, dejarle las cosas claras, le diré para vernos más tarde. Me dirijo nuevamente al salón, pero decido que no voy a prestar atención, solo me sentaré a esperar que pase el tiempo.

-que tal la rumba de anoche- pregunta Valentina cuando salimos del infierno que resulto la clase de hoy.

-no me hables, me duele la cabeza-. Digo y ella se ríe.

-supongo que estuvo buena-

-si algo, ¿me prestas tus apuntes? -

-claro-.

Saco mi telf. y tomo unas fotos rápidas y le devuelvo los cuadernos.

-gracias-.

-de nada-

- ¿y Adela? -pregunta

-volví con ella-.

-mierda Andrea, eso no es bueno, ustedes van a terminar mal no crees? -

-No quiero hablar ahorita-. Repuse, y es la verdad tengo lo que pasó ayer en mi mente, no necesito que alguien más me diga que debo ponerle límites o acabar con mi relación. mientras me sienta bien con ella seguiré a su lado, le guste a quien le guste, así deba pelearme con el mundo entero para estar con ella. saco el telf. y decido mandarle un mensaje, necesito que hablemos, dejar las cosas claras.

*¿vamos a comer quieres?*




*¿A qué hora?*




*¿en la noche, te parece?*




*Si perfecto.*

Llego a la casa, mi madre está cocinando, le robo una tajada, y le doy un beso, ella sonríe. –¿cómo te fue? Me pregunta

- Bien, ¿falta mucho para el almuerzo? -

- No, de hecho, ayuda a llevar los platos por favor- yo asiento y tomo los 4 platos y los llevo a la mesa, mis dos hermanos se unen a la mesa y todos nos sentamos a comer como una linda familia.

Termino el almuerzo, recojo mi plato, lavo lo que he ensuciado y me voy directo a mi cuarto, apago la luz, decido tomar una siesta hasta que sea hora de buscar a mi novia.

Me despierta el sonido del televisor, y veo de reojo que Carla está viendo unos canales sobre bodas, chequeo mi reloj, son las 6 p.m., había puesto la alarma para las 7, pero así tendré más tiempo para arreglarme. Me ducho, pero no es una ducha normal, tomo unos min para sentir el agua sobre mí, siento que toca mi piel y cae en el piso. Maldita sea, resoplo, nuestra relación no es tan buena como imagino, suspiro, para vernos hay que tener cuidado por su madre, sus celos obtusos por mis amigas, y su necesidad de controlar mi vida, pero lo que realmente me afecta es no poder tocarla, que no deje expresarle mi amor es lo que me tiene peor, no quiero sexo, quiero poder acariciarla sin sentir que le hago daño, quiero besarla cuando tenga su cuerpo desnudo al mío, quiero que se entregue sin miedo ¡mierda! Suspiro, la amo, pero no significa que esto esté bien, a veces me siento asfixiada por su comportamiento, y al mismo tiempo me molesta no tenerla tanto como deseo. Paso las manos sobre mi cabeza, y cierro los ojos, estoy un poco confundida tengo el pensamiento y el corazón apuntando en direcciones contrarias.

por siempre ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora