capitulo 6

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*buenos días gorda, espero que tengas un linda día*.

ese mensaje de texto aparece todas las mañanas en mi telf. Es bonito que lo primero que piense al despertar sea en mí. Porque también pienso en ella todo el día.

Son las 8 a.m., vuelvo a perder las clases de las 7 a.m. como es mi costumbre, aun no sé para qué meto clases a esa hora si nunca voy, tomo una ducha, como algo rápido, llamo a Johanna para que salga. Desde que su carro se dañó he pasado a ser su chofer personal, aunque no es algo que me moleste, ella y Mariano son mis mejores amigos y los adoro.

-hola perris, sabes que mañana por la noche los chicos de eléctrica quieren ir a jugar pool en el club, obviamente tienes que ir eres mi pareja, le decimos a Mariano y no los llevamos te parece? -

-sabes que nunca he rechazado una invitación al pool- le digo y ella sonríe.

Johanna y yo tenemos el mismo horario desde hace 3 semestres, todos los proyectos, trabajos he incluso la tesis hemos decidido trabajarlo juntas, nunca hemos tenido ningún tipo de inconveniente, yo prácticamente vivo en su casa y eso nos facilita mucho más las cosas.

-hola Andrea- dice Valentina y me abraza.

-cuéntame, como van las cosas con Adela-.

-bueno la verdad mejor de lo que esperaba por los momentos todo ha marchado bien- le respondo.

-ok! ¿te parece que en estos días vayamos a tu casa?, bebemos y así con los chicos de la uní?, si quieres le dices. -

-bueno no suena mala idea, estamos cuadrando eso- le digo y volteo a ver la clase de concreto armado.

Odio todas las materias de este semestre salvo por concreto 2, estoy cursando el 8vo semestre y aun no me nace ningún entusiasmo por mi carrea salvo por esa materia, sabia q debía estudiar arquitectura, pero me di cuenta muy tarde ya estaba en 4to semestre de ingeniería civil y no pensaba abandonar a esas alturas.

*voy a tu casa en lo q salga de clases linda*.

Le envío el mensaje a Adela y automáticamente se me escapa una sonrisa estúpida en la cara, no quiero admitirlo, pero creo que realmente la quiero.

-hola! - me dice Adela cuando abre la puerta de su edificio –pasa-.

Es primera vez que entro a su casa, como su novia, ya había entrado como en dos ocasiones cuando éramos "amigas", bueno realmente no éramos amigas, sino conocidas, la conocí precisamente en su residencia, un 24 de siempre que Isabel me dijo que se encontraba aquí y yo quise venir a verla.

Me siento en el sofá, y enciendo la tv, y observo que ve por el pasillo de su casa, me sonríe y se sienta en mis piernas, comienzas a besarme de un modo muy provocador.

-oye no!, ¿no hay nadie en tu casa? - le susurro con la respiración a un poco cortada.

-si!, pero tranquila yo tengo todo bajo control. - dice y vuelve a besarme y pasar su mano por mi jeans, y yo comienzo a excitarme demasiado.

Suena la puerta de un cuarto, y ella se baja como si nada toma su telf. y me muestra las fotos que tiene.

¡Verga! Realmente sabe lo que hace, pero no creo que eso me cause gracias, debió adquirir experiencia haciendo eso con sus dos antiguos novios y automáticamente me molesta la idea, sale su hermano del cuarto y me sonríe.

-Hola José-.

-hola Andrea- me dice y me sonríe como si supiera o se imaginara lo que estamos haciendo, o tal vez solo estoy algo paranoica.

-mira, estas las tomé en estados unidos- me dice Adela mientras me muestra una a una las fotos de su viaje a orlado, y salen fotos con Mario también, mmmm no esperaba eso.

-no las he borrado porque tengo que meterme en la computadora-. Y no he tenido tiempo de eso. Por cierto, dame tu mano. - me dice.

¿Mi mano? Para que quiere mi mano. Le extiendo mi brazo y Veo que coge mi dedo pulgar y lo coloca sobre su celular.

-listo! Exclama. - ya oficialmente tienes como usar mi telf. cada vez que lo desees-.

-bueno gracias! -. le digo, aunque la verdad no sé para qué me ha dado la clave de su telf. no soy del tipo de persona que vive desconfiando ni mucho vemos buscando lo que no se me ha perdido, creo mucho en el dicho "el que busca encuentra". Y la verdad ella no me ha dado motivos para desconfiar.

-sabes? Creo que deberíamos contarle a Mariano, para así poder salir los tres como si nada-. Le digo y veo que se queda pensando y viendo a la nada.

- ya le contaste?-.me pregunta con la mirada perdida.

-no del todo, le conté que algo pasaba contigo, pero si no quieres no le digo más nada, solo digo que sería mejor salir los tres para no levantar sospechas, yo sé que no quieres que tus padres se enteren. -

- no quiero que nadie se entere!, pero si ya le contaste qué más da, tráelo, y comenzamos a salir los tres pues.-. me dice y se levanta.

-quieres algo de comer? Puedo hacerte unas arepas o algo-.

-si vale gracias-. respondo.

Me quedo observando como cocina y comienzo a imaginar una vida junto a ella, soñar e ilusionarse es algo normal cuando se está comenzando una relación, al comienzo todo es lindo. Aunque realmente no es nuestro caso, nosotras comenzamos con dudas e inseguridades y hasta ahorita es que hemos podido respirar un poco de calma.

Me levanto del mueble y coloco me detrás de ella y le doy un beso en la mejilla.

-te ayudo? -le susurro. Ella se sonroja.

-eso me es suficiente, que me beses de vez en cuando mientras me ves cocinar. - me responde. Aun así, tomo algo de masa y la ayudo.

Se siente como si llevara una eternidad con ella, todo parece normal, y las horas pasan volando, comemos y me tengo que marchar, he pasado 5 horas con ella y creo que no son suficientes.

por siempre ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora