Capítulo 23

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Ser tú mismo, la frase se queda plasmada en mi cabeza, dando vueltas una y otra vez, ¿Qué tan difícil podría ser? Claro no estaba en su lugar, ni tenía su familia, aun así, no entendía que puede hacerte renunciar a tu felicidad, complacer a todos es agotador, y lo más seguro es que a nadie le importe una mierda tu vida.

-ya se lo que me voy a tatuar- exclamo y Johanna centra su atención en mí.

- a ver dime-.

-quiero tatuarme el nombre de mi madre en la muñeca, ya sea con unas estrellitas o algo así. - "Luz", el nombre de mi madre era hermoso, y eso era ella en mi vida, un rayo de luz, el amor de madre incondicional, me lo haría en la muñeca izquierda por el corazón.

-y quiero tatuarme "be yourself" en la espalda.-. ella abre los ojos como platos, y coge la laptop.

-veamos que puedes hacerte que no sean una niche estrellita Andrea, que, de lo último, eso es tan horrible. - dice y sonríe.

Teclea unas cuentas palabras y aparece en la pantalla varios tatuajes pequeños.

-este me gusta- dice señalando un diamante en un dedo, luego señala un león, un avión de papel, una cruz. Señala muchos y yo fijo mi mirada en el avión de papel, me gustan los aviones de papel, también me gustan las aves, pero Adela tiene un tatuaje enorme con aves en su espalda, y no creo que sea buena idea.

-me gusta el avión de papel- exclamo, mientras señalo la pantalla de la laptop.

-no te harás eso, es más, no te harás ninguno, todos los que te mostré los quiero, te los puedes hacer después de que yo me los haga, no antes-.

-no hablas en serio, ¿o sí? - me deja atónita con su comentario, no tienen sentido que me muestre una cantidad de tatuajes para que luego me diga que no puedo hacerme ningún, en fin, en su momento veré que me hago, aún tengo que hablar con mi hermana, ella se ofreció a pagarme el tatuaje, y ya quedan solo nueve días para cumplir años.

-si-. Responde de una manera fría y cortante.

-bueno ya veremos, tal vez me haga una mariposa, o algo así- decido restarle importancia al asunto. – me tengo que ir, voy a casa de Mariano, quiero ver cómo sigue con respecto a Jimmy. -

Cojo mis cosas que se encuentran en su cama y me marcho.

Mi mejor amigo se encuentra parado en la puerta de su casa, tiene puesto una franela color blanca y unos pantalones negros, luce informal y fresco, es jodidamente bello, pero su cara refleja tristeza, yo me acerco y le doy un abrazo.

- ¿va todo bien? - pregunto, el niega con la cabeza y toma mi mano.

-vamos a caminar- dice y yo lo sigo.

-lo extraño, sé que no sirve, sé que me fue infiel y eso es jodidamente grave, pero no dejo de sentirme mal, lo amo. -

- es normal, uno no elige a quien amar, solo pasa, el dolor tampoco lo eliges, pero el sufrimiento es opcional, puedes evitar pensar en él, distrae tu mente, controla tus emociones, y si quieres perdonarlo, tienes que tener en cuanta, que posiblemente no va a cambiar, dudo que la gente cambie, o aceptas como es y te quedas a su lado, o te vas, solo tú decides que te hace feliz.- el suspira y me abraza, puedo sentir su dolor, puedo sentir que se siente vacío, no necesita decir mucho para sentirlo.

Me siento en acera, y veo pasar a los niños que corren con un balón de futbol de un lado al otro con una sonrisa en sus rostros, Mariano se sienta a mi lado, miro unos instantes a esos niños, se ven tan despreocupados, por un minuto siento envidia de ello, el amor es más complicado de lo que debería ser. Mariano y yo nos parecemos mucho en cuanto amar se refiere, ambos entregamos todo, y cuando nos fallan nos quedamos vacíos sin nada, tenemos que reconstruirnos desde las cenizas.

por siempre ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora