Capítulo veintisiete

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Bryan miraba con aburridez la punta de sus zapatos. Llevaba en ese estacionamiento quince minutos, y comenzaba a desesperarse. Los rayos del astro rey pegaban con fuerza en su rostro con descaro. A pesar del acondicionamiento climático del auto, su cuello comenzaba a picar e irritar debido a la temperatura y las pequeñas gotas de sudor que bajaban por su pecho.

-Tres minutos. Tres minutos más y me voy- Murmuró en voz alta. Sabía que Lesslie no saldría. Era estúpido de tan sólo imaginar que la chica volvería a sus brazos.

Miró el reloj por última hora. No, Lesslie no había llegado. Soltó un bufido con enojo al ver que la chica no había bajado. Coloca las llaves en su auto y este prende; pisa los aceleradores con fuerza, logrando que por la parte de atrás salga una enorme capa de humo negro.

Cuando estaba por arrancar, una voz chillona que él conocía a la perfección llega a sus oídos.

Bryan! ¡Bryan no te vayas!- Ahí estaba. Una sonrisa arrogante se pinta en los labios del castaño, mirando por el vidrio retrovisor unos cabellos rosas y una chica de estatura pequeña.

Con rapidez y agilidad vuelve hacia la chica. El auto de rojo se aproxima a Lesslie, y ella deja ver una sonrisita un tanto tímida.

Nuestro mejor error; [Rasslie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora