Nuestro mejor error; [Rasslie]

Capítulo veinte.

Nota:

Ya sé que Lesslie en ese vídeo que grabaron con Luisito Rey no tenía el cabello rosa aún, pero me gusta más nombrarla con cabello rosado. Sólo es una aclaración, recuerden que esto es ficción y no pasa en la vida real.

-¡Adiós Polinesios, los amo!- La chica de cabellos rosados gritaba a la cámara para terminar el vídeo. Se levantó de su asiento y se acercó a la cámara, cosa que le caracterizaba en cada transmisión que hacía con sus hermanos.

Rafa volteó su vista para enfrente y el trasero de la chica quedó expuesto en su cara. La miró fijamente, y después se dio cuenta que Luis estaba a un lado de él y sus mejillas se enrojecieron. Rafa era muy difícil que se sonrojara, pero podía asegurar que al tener el trasero de su hermana en su rostro, literalmente, los pensamientos que llegaron a su mente no fueron precisamente buenos.

Después de terminar de grabar, ambos chicos se dirigieron a la cocina. Lesslie se quedó en el sofá, arreglando un poco el desorden que habitaba.

-Less- Rafa llamó a Lesslie, llegando por detrás, a lo que esta cerró sus ojos por el repentino susto.

-¿Q-qué pasa?- Respondió, tragando saliva. El hecho de recordar que Luis estaba en su misma casa hacía que se le pusieran los pelos de punta. Algo andaba mal y ella lo sabía, presentía que pasaría algo. Y no era bueno.

-Hey, princesa- El chico de azul intentaba calmarla, no le gustaba que estuviera tan tensa.- Sólo soy yo. Luis me ha dicho que tiene hambre, ¿te parece si compramos pizzas para comer?

-Como quieras, lo que sea está bien- Dijo sonriendo levemente.

-Genial,- Sonrió. Rafa era un amante total a la comida, y en especial cuando se trataba de chatarras. -Iré por las pizzas yo sólo, Luis se quedará aquí contigo, estaba terminando de editar el vídeo.

Lesslie tragó saliva ante lo dicho de su hermano, en verdad no quería parecer paranoica pero la presencia de aquel chico, tal vez y sólo eran exageraciones suyas, pero en realidad tenía miedo de estar a solas con él. Luis desprendía una mala vibra que Lesslie no sabía cómo explicar.

-R-rafa- Murmuró levemente, a lo que el chico volteó ante el llamado- ¿Puedo ir contigo? No quiero quedarme sola...

-Less, en verdad te llevaría conmigo, pero mejor espérame aquí, recuerda que en esa pizzería puede que me encuentre con Polinesios, y si vamos los dos será mucho más tardado. Además, yo igual llevaré gafas de sol, para evitar que alguien me reconozca- Explicó con franqueza. Amaba mucho a sus fans y jamás se cansaría de repetirlo, pero en esos momentos de verdad no era agradable la presencia de muchas personas. Quería salir como un chico normal de su edad lo haría.

-E-está bien...- Dijo Lesslie apenas, con un hilo de voz y un nudo en la garganta que no le permitía respirar correctamente, no podía hacer nada más, su hermano tenía razón- Pero trata de no tardar...

-Princesa- Dijo en susurro, para evitar que alguien más escuchara el apodo que sólo utilizaba con ella- No tardaré, te lo aseguro. Sólo serán unos minutos.

Lesslie asintió. Rafa tomó las llaves de la barra y se retiró. Luis se encontraba en la habitación del de azul. Al salir Rafa, Lesslie inmediatamente se había dirigido a su habitación, evitando a toda costa toparse con aquel chico. Se aseguró de cerrar la puerta y se sentó en la cama, nerviosa.

Recordó entonces que su teléfono celular estaba sin batería, y debía ponerlo a cargar. Buscó en los cajones pero por más que movió las cosas, éste no apreció. Fue en ese momento cuando recordó que lo había dejado en su baño.

Entró, y, en efecto, allí estaba. Sonrió inconscientemente en señal de triunfo al verle tirado al lado de la regadera, justo donde le había dejado.

Al agacharse, sintió la extraña presencia de alguien detrás. Volteó lentamente la cabeza, sintiendo su corazón palpitar con fuerza en el pecho y a la vez que sentía como éste en cualquier momento se saldría de su lugar.

Los castaños pero obscuros cabellos del chico, "amigo" de su hermano, aparecieron, mirándola con una sonrisa de oreja a oreja, como si éste momentos antes se hubiera ganado la lotería.

-L-luis...- Murmuró débilmente la chica, sintiéndose indefensa ante aquel sujeto que le ganaba por más de siete centímetros de altura; cosa que la resultaba intimidante.

-Lesslie, Lesslie, Lesslie...- Luis murmuraba sin quitar aquella siniestra sonrisa en su rostro. La chica pasó saliva, sintiendo que en cualquier momento se desmayaría, en verdad, el miedo que tenía era mucho, podía dar testimonio de que jamás en su vida se había sentido así.

Luis se acercó al rostro de la de rosa. Quedando a pocos centímetros de sus labios; Lesslie podía sentir desde esa longitud la respiración del otro chocar en su nariz ante tanta cercanía. Lesslie no sabia a qué se debía todo aquello, pero no era bueno. Luis era un hombre soltero, sin compromisos y sólo "disfrutando libremente la vida" así era cómo decía.

De pronto, Luis abrazó a la chica. No era un abrazo dulce, como los que Rafa le daba. Era un abrazo lujurioso, con pensamientos malos. Lesslie sintió el aire irse de sus pulmones irse ante la fuerza aplicada.

Fue entonces cuando reaccionó, moviendo sus manos con fuerza, tratando inútilmente de defenderse ante su agresor. No le resultó en lo absoluto, y aquel acto sólo causó que Luis soltara una carcajada al ver a la chica tan indefensa.

El castaño obscuro unió sus labios a los de Lesslie. Lágrimas mancharon el rostro de ésta al sentir al chico mover sus labios con fuerza, mordiendo, jalando, pellizcando...

Lesslie soltó un grito, con suerte, llegaría a la planta baja, pero Luis fue más ágil y tapó su boca de inmediato. Ambos escucharon el sonido de la puerta abrirse.

-¿Lesslie? ¿Estás bien?- Lesslie y Luis quedaron estáticos, congelados. Era Rafa.

...

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