Extra

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Extra
04 de marzo del 2017

—Norman, Norman... pssst... mi amor, despierta.

Sus preciosos ojos azules se abren de pronto, adormilados y él trata de despertarse, sacudiendo la cabeza. Se incorpora un poco sobre el colchón, con rapidez y hasta algo desesperado, cuando se da cuenta de que si he interrumpido su sueño, es por algo.

—¿M-mi amor?, ¿qué pasó?, ¿e-estás bien?

Me observa, ya despabilado, con preocupación y yo sólo soy capaz de sonreír con vergüenza, pese a que más de una vez, mi querido esposo, me ha dicho que puedo despertarle las veces que quiera. Inclusive a las cuatro de la madrugada, como ahora.

—Tengo un antojo. —Confieso y él arquea una ceja. Aprovecho la cercanía que tenemos y hundo mi rostro en la cavidad de su cuello. Escucho esa risita burlona que suele darme y siento sus dedos, delicadamente, deslizándose por mi espalda.

—¿Ah sí? —Verifica y yo articulo un leve "Mmm"—, ¿no crees que te estoy mimando demasiado, preciosa?

Sacó mi cabeza de su escondite sólo para mirarle con el ceño fruncido. Puede que en este instante me encuentre molesta pero lo que dice no deja de ser verdad, últimamente me mima demasiado y es eso lo que me ha dado la confianza como para hacer esto.

—Es culpa de Craig Reedus Scott. —Balbuceo, llevando una mano a mi pancita, donde el pequeño ser fruto del amor entre Norman y yo crece. Ya tiene cinco meses y, de acuerdo a los informes médicos, se encuentra sano y en perfecto estado.

El actor se rie, divertido, y lleva una de sus manos a mis mejillas. Acaricia con suavidad, la piel de mi rostro y se detiene, por unos segundos, a analizarme en silencio.

—Me haces inmensamente feliz, Blair Scott —Susurra, despacio, y yo me estremezco—. No tienes idea de cuán feliz me haces...

Me besa, despacio y profundo, y yo siento, tal y como la primera vez, que me voy a derretir en sus brazos. Sus labios se continúan posándose sobre mi boca, de manera entrecortada, y yo me río por las cosquillas que causa su barba en mi mentón.

—No te puedo decir que no, mi amor —Se rinde, luego de unos segundos—, ¿qué quieres?—pregunta, levantándose, finalmente, de la cama.

—Macarrones con queso.

Miss Nothing - Norman Reedus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora