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Joder, esto es nuevo. Y no me refiero a lo obvio: a la ausencia de lápiz de labios, de perfume dulzón, de piel suave... de hecho, tiene un poco de barba incipiente que me está raspando alrededor de mi boca. No, no me refiero a nada de eso.

Me refiero a lo que me hace sentir.

No siempre disfruto besando a alguien, a veces hay demasiado intercambio de saliva y se vuelve como una obligación, no sé si me explico. Supongo que depende de quien te bese y de lo mucho que te guste la persona. Alguna vez he tenido que fingir cierto entusiasmo, todo para poder llegar a la mejor parte, que viene después de tanto beso. Sin embargo, en estos momentos solo estoy concentrado en el ahora, en el presente. En los labios de este chico y en lo bien que se acoplan nuestras bocas.

Mi cabeza se inclina ligeramente, todo lo que me permite este ángulo tan incómodo. Quizás hayas empezado tú todo esto, Eren Jaeger, pero te aseguro que yo lo voy a terminar.

Retiro la mano que sujeta mi barbilla para tener más libertad en mis movimientos. Mi cuerpo se acerca hacia el suyo, a pesar de estar clavándome la palanca de cambios en el muslo, mientras que continúo succionado su labio inferior. Eren intenta profundizar el beso, paseando su lengua por mis labios, pero lo único que recibe es un suave mordisco en los suyos.

Suelta un jadeo, sorprendido ante mi actitud y se separa ligeramente de mi rostro.

—Esa por ladrón —mi voz suena algo más ronca de lo habitual y no puedo evitar mirarlo divertido mientras succiona su propio labio.

—Llevaba toda la tarde queriendo hacer eso —se defiende—. Si te pregunto seguro que me lo ibas a negar.

Su sonrisa ilumina su rostro y sus brillantes pupilas me miran como si acabara de desenterrar un tesoro. Mi mano continúa acariciando su pelo, dejándolo hecho un auténtico desastre, que se peine después, ahora mismo estoy demasiado ocupado.

—Quizás —mi respuesta viene acompañada de un nuevo beso, uno que no se espera en absoluto.

Eren se sorprende debido a la agresividad con la que he juntado de nuevo nuestros labios y de lo firme que mantengo mi agarre en su pelo. Realmente estoy disfrutando con esto, sin más, solo con besarlo. Decido profundizar un poco más, siempre llevando el control, introduciendo mi lengua en su cálida boca y buscando la suya para jugar con ella.

Ahí es cuando empieza la lucha, Eren no se muestra tan sumiso como esperaba y yo no pienso ceder tampoco. Nuestras lenguas se enredan, mezclando nuestra saliva, explorando la cavidad del otro, peleando por dominancia...

Eren besa muy bien, al menos en ese aspecto no tiene nada que envidiar a las chicas con las que he hecho esto mismo. Detesto comparar, pero es inevitable, más aún en un caso como este, en el que me estoy cuestionando si me excita lo mismo que una mujer o si existe algo nuevo, diferente.

Por ahora solo puedo definirlo como intenso, muy intenso. ¿Cuánto tiempo llevo sin besar a alguien?. Mejor, ¿cuánto hace que no disfruto de esta forma al besar a alguien?.

No lo sé y ahora mismo tampoco me importa, solo quiero beber de sus labios. Es como si los míos, tan sedientos, hubieran descubierto el manantial con el sabor más adictivo del mundo. El calor sube hacia mis mejillas tiñéndolas de rojo, no sé si me estoy sonrojando por el súbito calor que hace en el coche o por mis pensamientos.

La necesidad de oxígeno hace que separe mi rostro del suyo. Mi respiración suena entrecortada y empiezo a ser consciente de que la sangre ha dejado de circular por la pierna donde tengo incrustado el freno de mano del auto. Aún no comprendo muy bien por qué he sentido el impulso de besarlo con tanto entusiasmo, pero me tranquiliza ver la expresión de Eren. Tiene una mirada de atontado que me resulta cómica y tierna a la vez.

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