LEVI
Abro la puerta para recibir de lleno el peso de Eren encima mía. Menos mal que tengo bastante fuerza, porque se ha desplomado sin ningún cuidado. Tiene un aspecto lamentable. Ojeras; palidez; bolsas en los ojos y el pelo grasiento, más enredado de lo normal.
Arrugo la nariz al detectar que también huele a sudor.
—Joder, das asco —digo sin más contemplaciones.
Suspira sin liberarme de su abrazo y su aliento me hace cosquillas en la oreja.
—¿Es así como me saludas después de dos semanas? —pregunta fingiéndose dolido.
—Oye, aún no te he soltado, ¿verdad? —respondo—. ¿Qué pasa? ¿Se quedaron sin agua?
Eren rompe el abrazo para mirarme con las mejillas sonrosadas. Al menos gracias a eso ya no parece un zombie.
—He estado de exámenes, dame un respiro, Levi —menea la cabeza—. He estado toda la noche y la mañana repasando para el que tenía esta tarde. Estoy agotado, pero no aguantaba ni un día más sin verte.
Ya me tiene que desarmar con esas frases cursis suyas. Aunque reconozco que yo también estaba deseando verle. Me acerco de nuevo a su cuerpo y Eren inclina su cabeza para besarme. Todavía tengo muy presente lo que sucedió entre nosotros la última vez que vino a mi casa. He estado mucho tiempo sin tener sexo, pero desde ese día siento que me muero de ganas de hacerlo de nuevo con él. Estas dos semanas se me han hecho más insufribles que todo el tiempo que he estado sin pareja, es así de absurdo.
Sus labios se detienen antes de lo que me gustaría y cuando abro los ojos me topo con su sonrisa. Su mano acaricia mi pelo, aunque todos sus movimientos y expresiones delatan el cansancio acumulado que tiene encima.
—Dúchate —le ordeno mientras retrocedo unos pasos—. Pediré algo para cenar.
Empiezo a marcar el número de teléfono de mi pizzería favorita, pero la mano de Eren me detiene antes de que pueda presionar el botón de llamada.
—Levi, por favor, pizza no —me pide suplicante—. Me he atiborrado de pizzas y hamburguesas durante estas noches.
Frunzo el ceño. Yo nunca me canso de comer pizza.
—Está bien —me encojo de hombros con resignación y rebusco en la publicidad de algunos restaurantes—. ¿Te gusta la comida china?
Sus ojos se iluminan y asiente con entusiasmo.
—¿Hange no está? —pregunta mientras la busca con la mirada.
—No. Lleva unos días en la nueva casa, para habituarse —explico—. La semana que viene empezará a llevarse sus cosas.
Eren asiente despacio, dedicándome una mirada algo apenada. No voy a negar que me he sentido un poco solo estos días, pero la compañía de Moira me ha ayudado a no notar un vacío tan grande. Quién me iba a decir que echaría tanto de menos las verborreas de la gafotas al terminar la jornada. Por supuesto, jamás lo reconoceré en voz alta, pero sé que Eren es capaz de ver a través de mi indiferencia.
La cena llega en el preciso instante en el que Eren se deja caer en el sofá con el pelo empapado y un cambio de ropa que traía en la mochila. Después de cenar, nos dedicamos todos los besos y caricias que no nos hemos podido brindar durante las últimas dos semanas. Mi cuerpo no tarda en reaccionar, pero me veo obligado a aguantarme las ganas cuando veo que Eren apoya su cabeza sobre mi hombro con gesto cansado.
Comienzo a acariciar de forma distraída su pelo, sin atender a la película que lleva un buen rato sonando de fondo. Noto que Eren se adormece y que trata de luchar contra unos párpados que se empeñan en cerrarse.
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Tinder
FanfictionFanfic de Shingeki No Kyojin. AU. Levi es un joven de 29 años con poca vida social que comparte piso con su amiga Hange. Ella, al ver que su amigo lleva bastante tiempo sin pareja, le propone que utilice una aplicación que sirve para conocer gente...