Capítulo 1. Mi primera vez.

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Ansiosa, esa era la palabra que me podía definir actualmente, esperé este momento durante años y solo estaba a minutos de estar en el lugar de mis sueños; Estados Unidos. Llevaba alrededor de dos horas sentada en el asiento cerca de la ventanilla del avión, afortunadamente no dormí, de todos modos no iba a poder.

Aproveché el transcurso del tiempo para tomar fotos: al cielo, las nubes, el increíble mar que divisaba bajó de mi, a la vista genial que tenía desde mi perspectiva, hasta mi vestimenta, a mi rostro y prácticamente a todo. Creando recuerdos para mostrárselos a mis familiares y amigos.

Hoy viernes a las siete y unos minutos de la tarde asumía que ya mi tía debía estar esperándome en el aeropuerto internacional de Miami. mi madre estaba muy entusiasmada pensando que yo me quedaría allá, pero mi estadía en estos tres meses que estaban por venir... estaba destinada a permanecer en Birmingham, Alabama. Mañana después del mediodía emprendería mi viaje hacia allá.

Interrumpieron mis pensamientos con un toque en mi hombro derecho, miré hacia arriba y vi a la (azafata).

— Señorita, póngase el cinturón de seguridad estamos apunto de aterrizar— dijo, y ahí mis nervios... ¡de no sé qué! Comenzaron a hacerse presentes.

Tomé en mis frías manos el vaso con jugo de manzana y lo poco que quedaba  de el me lo terminé en un sorbo.

....

Estábamos ya en un taxi. ¡si! "Estábamos": mi tía, mis dos primos y mi prima. creo que está fue una hermosa bienvenida y la única que me han hecho por cierto. Cada uno poseía una bolsa de chocolates en sus manos y globos con helio con mi nombre. Miami era una ciudad asombrosa con un clima tropical, muchísimas playas, palmeras por doquier, hoteles de lujo a simple vista, hasta habían personas haciendo ejercicio en los parques y corriendo en las aceras.

No me podía creer que eran casi las ocho de la noche y aún el sol estaba presente, varias personas yacían paseando sus perros, todos muy contentos sin preocupación alguna al parecer. Definitivamente esta es la vida que vine a buscar, un país de lleno de oportunidades, donde me propuse lograr todos mis sueños.

— Shary... — pronunció suavemente mi tía.

— Dime tía — incité, mi fascinación por USA nunca se desvanecería ni aunque viviese aquí el resto de mi vida.

— Cuéntame. ¿En qué vas a trabajar? — preguntó ella.

— Pues... en un parque. Se hablar inglés, por eso estoy aquí. solo tengo que atender clientes vendiéndoles las  boletas para los juegos temáticos... — lamentablemente no soné tan entusiasmada como estaba. Esa era la primera pregunta que me esperaba que soltara, la primera de muchas.

— ¿Donde vivirás? durante estos tres meses — aclaró continuándo con el inicio de su usual interrogatorio.

— En un apartamento — le dediqué una sonrisa — mandarán a otra chica desde allá, nos asignaron el mismo apartamento y viviremos juntas, obvio. trabajaremos en el mismo parque, imagínate — respondí con simpleza.

— Aaah... — musitó, sabía que ahí no se acabaría el cuestionario — sabes bien lo que pasará cuando se venza tu plazo de tiempo aquí — me recordó lo que menos quería pensar en este momento.

Y desgraciadamente, ese era el tema que no quería tocar, no he tenido tanta suerte en mi vida. suelo contar ilusionadamente mis planes antes de que se cumplan y siempre se me terminan yendo a la mierda, esto no me sucederá, al menos... no está vez.

— Si. tendré que resignarme a volver cuando me toque tía — mentí.

— Claro, después lucha nuevamente para que consigas otra oportunidad de venir otra vez — asentí pensativamente.

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