Capítulo 16. Un buen trato.

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Este lunes de trabajo la mayoría de personas que merodeaban por el parque tomaban rumbo hacia el área acuática. De verás que ya me estaba aburriendo en la espera de una persona, eran las cinco y algo de la tarde y no ha venido ni un alma desandante a situarse en frente de mi.

Ya me decidí a esperar a que fuesen las seis de la tarde y si no venia nadie, iba a echar un vistazo por las áreas más recónditas del parque. E intenciones me sobraban de ir a ver en que estaba Claire.

Los minutos se me hicieron eternos, salí y cerré la puerta. Mientras caminaba detenidamente escaneaba todas las atracciones del lugar, tanto las temáticas como las acuáticas, no sabría decir bien, cuál de ambas más me llamaba la atención. El único problema con la acuática resultaba ser ni más y menos mi problema con el aprendidaje para nadar.

Era un asco en el agua, para pretender tener complejo de pez. Miles fueron las oportunidades y las clases, pero nunca pude aprender, realmente daba lastima cuando mi grupo de mejores amigos salíamos de excursión, a playas, rios o piscinas y yo desgraciadamente era la única que no sabía nadar.

Daba pena.

El trabajo de Claire constaba de varias cosas, quizás ella le tocaba un tres en uno. Ella tenía que vender boletas para la entrada de las piscinas, ubicar en mesas a las personas y alquilar flotadores, su suerte era que el tiempo de jornada laboral era corto y que las personas que venían al parque se dividían en dos.

Iba bastante entretenida mirando hacia los lados que no me estaba fijando por donde caminaba y choqué de pecho a pecho con una persona.

— No te fi..! — sonreí. Su cara se recompuso y esbozó una linda sonrisa — Andas como un zombie hoy.

Reí.

— Ni para tanto Claire — rodé los ojos — No exageres.

— Exagerar? ¿Yo? — exclamó con diversión — yo NUNCA exagero — puso una mano sobre su pecho fingiendo estar dolida.

— Basta bufona. Estaba buscándote a ti, no trabajé nada en el día — me quejé — este día pareció como si yo viviera en en Amazonas sin tecnología, ¿te imaginas ya, cuan aburrido fue? — pregunté.

— Nah, ni idea — contestó — mi día ha sido todo lo contrario del tuyo. No es tan malo el trabajo — guiñó un ojo en mi dirección — y conociiiiii muuuuchos chicos bellos, hermosos, bonitos, papurris! — sonrío como en una ensoñación.

– Ya ya ya ya! ¿No que te gustaba Zack? — cuestioné diminutamente confundida.

— ¿Cuando te dije eso?

— No necesariamente tienes que decírmelo. ustedes algún día tendrán algo.

— Ajá! No me digas — río — yo no voy a tener novio en todos estos años, los hombres solo nos buscan para tener sexo.

— No todos, todavía hay hombres buenos en el mundo, — comenté — y no solamente me estoy refiriendo a físicamente eh!

Sonreímos.

— Muy pocos claro! — concordó — Oye Shary, ¿no te parece extraño que no hayamos visto a Ariadne en estos últimos días?

No somos cliché ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora