Capítulo 17. Conociendo a Palmert.

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M

is planes actualmente se basaban en cumplir mi temporada de trabajo en Birmingham y luego huir... si, huir. Cada día que pasaba era como una cuenta regresiva que me recordaba constantemente cuantos días me quedaban aquí.

Confieso que me ha gustado estar aquí, sería una pena tener que huir como una delincuente solo por el hecho de que me convertiría en una inmigrante. Claro estaba que pensaba dejarle el apartamento a Claire, casarme por negocios sería una buena posibilidad de poder continuar siendo legal aquí.

Ni siquiera la música alta lograba disipar esos pensamientos, que en este momento no deberían estar inundando mi mente. antes de venir a USA mi madre y yo teníamos todo planeado, el plan perfecto para que todo saliera como lo previsto, pero ahora no sé si todo saldrá de la forma en que se planeó.

En primer lugar la persona que vivía constantemente en mi mente era Izan, no se porque, pero siempre había algo nuevo que pensar de él y algo nuevo al que darle vueltas en el intento de una lógica explicación.

Yo lo había perdonado por llamarme puta, pero lo que no estaba segura es... de si podía perdonar que me echara en cara que Amanda era su novia. De que me gustaba me gustaba, sin siquiera conocerlo, me llamó tanto la atención desde el primer día que lo vi, cuando entró al taxi algo alterado y vi esos ojos verdes tan hermosos que me enamoré locamente de ellos a primera vista.

Siempre había leído muchos libros, y las que más imperaban en mi lista de lecturas... eran las historias del chico Playboy y la nerd, el chico guapo y la chica que pensaba que no era digna de la atención de dicho chico. Siempre me preguntaba ¿porque coño en los libros las personas son tan perfectas? Los chicos altos, fornidos, pelo perfecto, y ojos atrapantes. Muchos libros no están muy lejos de la realidad, simplemente hay personas que deciden plasmar sus historias en hojas físicas o virtuales, personas que solo cuentan el anécdota de el chico lindo que cambió su vida, literalmente no van a hacer un libro de su vida entera y menos a contar lo aburrido. La única parte que comparten es de: como llega la tormenta y como luego aparece el arcoiris.

Cuando vine a este país yo sabía que iba a ver mucha gente bonita, pero no tantas, al fin y al cabo, uno siempre termina con un grupito que es tanto física como mentalmente un poco parecidos a uno mismo.

— En que tanto piensas eh? — preguntó Claire bajando el volumen de la música dentro de mi nuevo auto.

— En que tendremos un gran Birmingham por recorrer — contesté esbozando una cálida sonrisa.

— Bien dicho! Casi ni conoces nada, y yo tampoco he explorado mucho. El dúo perfecto para conocer todo! — comentó ilusionada.

— Debemos decirle a Ariadne que venga con nosotras, ella si conoce todo — dije y Claire rodó los ojos irritada.

Ni siquiera entiendo porque hizo eso.

— Y eso? — pregunté.

— El qué?

— Tu sabes bien lo que hiciste, no te hagas — espeté acusadoramente.

— Ya no me agrada Ariadne — dijo cortante.

— Qué te hizo?

— De hacer hacer? Nada. Pero siento algo extraño en ella, ya te dije que parece no querer estar con nosotras, ya no es necesario que la invitemos.

No somos cliché ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora