Mi alegría se esfumó cuando lo vi allí, sentado en el salón con Zack.
¿ pero que pensaba? Que iba a llegar a la casa de su mejor amigo para no verlo ahí?
Zack nos saludó y fue a la cocina con Claire a rastras, solo esperaba que a Ariadne no se le ocurriera ir a su habitación.
No quería un dejavú. lo que más quería ahora mismo era ignorarlo, aunque estará difícil, planteándome que tenemos una fiesta donde todos estaremos en la misma habitación.
Por lo menos me propondré no hablarle, me desconcierta como me trato tan mal los primero dos días de conocernos, sin contar que siempre que nos vemos discutimos, luego ver ese afán por estar cerca de mí, me lleva a salir, me abraza y me castiga a su manera, es algo abrumador.
Su actitud sinceramente me desconcierta.
Pero muy bien lo dijo él el lunes, verdad?
Flashback
— porque no estoy para darle esperanzas a putas — contestó mirándome con un brillo en los ojos — Y yo no te gusto, así que no esperarás nada de mi, que dices? — musitó ansioso agarrando y soltando su chaqueta.El me lo dijo.
— Llamaré a la pizzeria... de que quieren la pizza chicos? — los únicos que estábamos presentes en la sala aparte de Ari, éramos Izan y yo.
— Pepperoni! — dijimos a unísono.
Nos miramos asombrados, el me miraba sonriente y yo con ganas de matarlo.
— Bien! Buenas noches, damas y caballeros — se aclaró la garganta —Estamos aquí para celebra... — Zack fue interrumpido en su recién comenzado discurso, por un ruido en la puerta y todos nos giramos a mirar al causante del sonido o a la causante.
Allí estaba la chica que andaba con Izan está tarde. Sonrió, encaminándose hacia nosotros.
— Amanda! — gritó Ariadne tronchándole el camino a la castaña con sus brazos antes de abalanzarse sobre ella, fundiéndose en un abrazo.
Izan no se movió de su lugar, Claire me miró con una ceja enarcada y negué. En verdad no la conocía. Amanda estaba de frente a mi y sus ojos se salieron de órbita mirándome con asombro.
¿ ahora que mosca le picó?
— Hola — sonrío tendiéndome su mano, la miré dudosa, ella era la razón de mi enojo y no me daba la gana de conocerla, pero no iba a ser descortés.
La saludé.
— Amanda Larries — dijo sonriendo, como una niña cuando le compran la barbie, que sus padres dijeron que no le podían comprar.
Solté su mano. Si estar con Izan en un mismo lugar, sin poder sonreírle para ganarme una de sus hermosas sonrisas,
Sin hablarle e ignorándolo, sabiendo que no quitaba sus ojos de mi, me resultaba incómodo; pero saber que su novia estaba aquí, e iban a mostrar su amor delante de mi, me resultaba el doble de incómodo.— Sharynette Rivas — respondí.
— Chicas ella es Amanda — anunció Ariadne, era la única que parecía tan emocionada con su llegada, ni siquiera el novio — es... — pensó durante un tiempo — la amiga de Izan! — dijo espontáneamente.
Amanda sonrío triste.
— Hola — dijo Claire, la chica le devolvió el saludo, pero no tan entusiasmada como cuando me saludó a mi.
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No somos cliché ©
RomanceCuando la vida no te regala suerte, y decides ir en contra de la vida, buscando la suerte. ¿Qué crees que pasará? está es la vida de Sharynette; viajó a Estados Unidos en busca de una vida mejor, cumplir sus sueños y ser modelo de revista. Pero sobr...