Chofer — murmuré, este me miró fugazmente por el espejo retrovisor — ¿falta mucho para llegar al Lakeshore Ridge?— hubo silencio.
El maldito no me respondió.
El mismo aparcó el auto y divisé por la ventana donde estaba sentado el chico bonito y extraño, un gran edificio con el slogan de mi residencia.
¡Llegamos! ¡Al fin! Aplaudí mentalmente, no quería parecer una loca campesina, cuando a ellos todo les parecía tan normal.
Bajamos del auto el chofer y yo, el mismo abrió el baúl y sacó mis dos maletas. el chico salió del auto apuradamente y lo rodeó hasta llegar a nosotros. Por un momento me sorprendí, ya que me dió la impresión de que bajó exactamente para ayudarme a subir mis maletas hasta mi piso. Poco duró esa emoción al darme cuenta que vino a pagar solamente, me miró de soslayo y me lanzo una sonrisa torcida.
Cosa que me descolocó completamente.
En serio. Era un bipolar.Su presencia desprendía un aura extraña, no sabía cómo definirla... y con sus complexiones de modelo, caminó con grandes zancadas hacia el edificio de enfrente, entró allí y entonces deduje que ahí ha de vivir el arrogante.
— ¿Señorita? — llamó mi atención el chofer sacándome de mi trance mental — son 20 dólares — informó. abrí mi bolso y rápidamente saqué el dinero, ya que lo había dejado en un lugar visiblemente fácil de tomar y se lo entregué, sumándole una pequeña propina — gracias, subamos — musitó.
No respondí.
Entramos a recepción, nos encontramos una chica pelirroja detrás de una barra con forma de media luna y me situé delante de la misma.
— Buenas tarde Señorita, ya la estaba esperando, me llamó Ariadne. el señor Gómez me ha autorizado para entregarle las llaves de su nuevo apartamento— comunicó con una radiante sonrisa.
— Gracias, mi nombre es Sharynette — musité ansiosa y tendí mi mano hacia ella para que me entregase las llaves y captó el mensaje rápidamente.
— Piso número Seis — anunció.
— Gracias otra vez — sonreí.
No más sonrisas por hoy.
Me dirigí hacia el ascensor junto al chofer, entramos y presioné el botón hacia el piso seis.
Salimos de la caja metálica, y dejó mis maletas frente a la puerta y se retiró. Ni siquiera espero un agradecimiento de mi parte.
Abrí la puerta y una repentina felicidad invadió mi cuerpo, era la mejor invasión al ver este apartamento tan lindo. Y mío... temporalmente.
La sala era bastante espaciosa para dos personas, ya que se encontraban dentro de esta: tres muebles marrones: uno de tres asientos, otro de dos y un sillón de pura corcha, el trío de sofás saturados de cojines, pero se veían bien, era el estilo que llevaba.
Noté que no había televisión, más si había una mesa con flores y dos tinajas grandes y bonitas en dos extremos de la sala. La cocina tenía grandes gabinetes en caoba, meseta en mármol, estufa, nevera, microondas, licuadora, todo lo necesario para estar cómodos. el comedor era cuadrado con seis sillones y una alfombra beige bajo este.
Espectacular.
Revisé las habitaciones, ambas eran iguales en estructura. Ambas poseían ventanas en el mismo lugar, la cama también, las mesitas de noche, el espejo, el closet, había un buró y un tocador, tenían su baño privado, escogí la mejor decorada, muy sabiamente diría yo.
ESTÁS LEYENDO
No somos cliché ©
RomanceCuando la vida no te regala suerte, y decides ir en contra de la vida, buscando la suerte. ¿Qué crees que pasará? está es la vida de Sharynette; viajó a Estados Unidos en busca de una vida mejor, cumplir sus sueños y ser modelo de revista. Pero sobr...