Ahora lamentablemente no sabía que responder, mi valor repentino se esfumó y quizás fue porque aquí no había nadie que pudiera evitar que me dieran una paliza.
— No. no me meto en problemas, o ¿acaso tengo un problema? — les formulé esa pregunta.
— Mejor sea que te vayas de aquí — me agarró el mentón con su índice y su pulgar, apretando levemente — te voy a disculpar el revuelo que me hiciste en the pizitz, pero no soy persona con la cual debas meterte. ¿Entendido pequeña morena? — me fulminó y alejó sus manos de mi.
¿Pequeña morena?
— ¿QUÉ? — pronuncié.
Fruncío más su entrecejo y me fulminó aún más con con la mirada. la mirada más intensa que me han otorgado en mi vida.
Tan fría que congelaba tus movimientos y te sentías tan débil e inservible ante tan intimidante como penetrante mirada.
— Solo dejen irse al pobre hombre ¿si? — argumenté esperando que no continuarán con lo que pausaron — no permitiré que sigan golpeándolo. — Aclaré.
— ¿Qué vas a hacer tú? — preguntó su compañero.
— Yo tampoco permitiré que te metas donde no te llaman, ese hijo de perra es un violador — señaló el espacio en donde había yacido el hombre golpeado, pero ya no estaba, de seguro salió corriendo.
Gruñó y dió un pisotón al sucio suelo.
— Y se merecía más de ahí — finalizó con arrogancia.
Me quedé petrificado.
— No puedo creer que vine a defender a un mal nacido — murmuré agarrándome la cabeza.
— Tu manía de meterte en asuntos ajenos, eres muy curiosa y por eso perdiste tu tiempo — afirmó — vámonos — se dirigió hacia su amigo.
Se fueron dejándome en la zona poco alumbrada y apestosa.
Sentí un gran alivio.
Al menos las curiosidad no me resultó "fatal" como lo prevé.
....
Lisandro Gómez; mi jefe en Rep.Dom, have aproximadamente una hora me llamó para avisarme que mi compañera de apartamento y trabajo llegaría dentro de una hora al Lakeshore Ridge.
Quería conocerla rápido, de todos modos tendría que aguantarla durante tres meses. solo espero poder llevarme bien con ella porque sería duro vivir con alguien que no soportas.
Tocaron la puerta y me levanté, tratando de no parecer contenta.
Abrí la puerta y me encontré con Ariadne.
— ¿Oye... y esa cara? — me preguntó riéndose.
Y yo como soy tan risueña no pude evitar reírme también — ¡Mi cara! — respondí riéndome.
— Bueno... — me observó con sorna — ¡esa parece la cara de una persona que no ha podido defecar en todo el día! — se burlo.
Reí.
— Nah, estaba esperando a mi compañera de piso, ya tenía que haber llegado, y no quería parecer contenta ni efusiva, solo... parecer normal! pensé que era ella la que estaba tocando — puntualizé.
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No somos cliché ©
RomanceCuando la vida no te regala suerte, y decides ir en contra de la vida, buscando la suerte. ¿Qué crees que pasará? está es la vida de Sharynette; viajó a Estados Unidos en busca de una vida mejor, cumplir sus sueños y ser modelo de revista. Pero sobr...