El balde de agua fría cayó de golpe contra su cuerpo haciéndolo despertar alterado.
Las risas retumbaron en sus oídos y cuando sus ojos lograron enfocar la situación, supo que era su cumpleaños.
-¡Vamos Bill, sopla las velas!- Hablaron con emoción
-¡Si por que Mike se cansó de encenderlas todas, rápido!-
El castaño sonrió con vergüenza disponiéndose a soplar las velas completas de un solo golpe
-¡Maldita sea, Bill! ¿Pediste un deseo antes de apagarlas?- El muchacho asintió y el resto terminó aplaudiendo para dejar la tarta aún lado en la mesita de noche.Los ojos del muchacho se dispusieron a ver en cualquier lugar de entre sus compañeros que estaban junto a él celebrando.
-Hey- Uno de ellos habló mientras los demás cantaban y cortaban el dulce pastel -Amigo, deja de buscar- Le miró con desesperanza colocando una de sus manos sobre la rodilla de él atrayendo su atención -No vino- Suspiró acomodándose sobre el viejo colchón que apenas cabía en el remolque -La invitamos pero ya sabes como se pone Marcus con cualquiera de nosotros-
Bill sonrió mirándole con gracia y rodó sus ojos tomando un pedazo de tarta sin tener que levantarse.Las cosas ahí no eran diferentes con el paso de los años. Mucho menos para las personas como él que terminaban siendo invisibles al final del día. Esperó un par de minutos para que las canastas de aluminio se terminasen de llenar con el agua potable que mantenían en uno de los profundos pozos atrás de los patios baldíos para de esa forma los animales de atracción no pasaran de ningún tipo de deshidratación.
Ya había sucedido una vez y con ello había preferido tomar ese cargo también.
El talento no estaba en sus manos, no había nacido con algún tipo de carisma, equilibrio, comprensión de la magia o domador de animales, así que con el tiempo que le sobraba cuando todos estaban dentro de sus papeles se daba la oportunidad de compartir un poco de cariño con lo que normalmente se encontraba abandonado u olvidado.
Raspó con suavidad la palma de su mano contra la aterciopelada piel de una de las cebras que se mantenía asustada la mayor parte del tiempo, dejando las canastas de agua fresca sobre el suelo. El animal bufó un poco al principio, y Bill dirigió su mirada a los ojos del vertebrado para después marcharse de ahí con el resto de las canastas que faltaba por dejar.
-¡Bill hermano, ven aquí!- Uno de los muchachos gritó a lo lejos sin perder la oportunidad, suspiró con pesar y dirigió el paso al grupo de sus compañeros que se encontraban en círculo como si algo hubiese pasado.Apretó sus labios al momento en el que se acercó y el putrefacto olor inundó sus fosas nasales, Greyson palmó la espalda del castaño acercándolo más y pudo visualizar un charco de sangre en el ya, seco pasto.
-Quizá uno de los coyotes del bosque pasó por aquí con alguna presa en su boca- Dijo Greyson tratando de calmar la situación de murmullos -¿Tu que crees, Skarsgård?- Le miró y él solo asintió concordando con la misma 'teoría' del pelirubio -Por cierto, Jankowski me a pedido el favor de pedirte ir a su remolque- Las cejas del muchacho mostraban confusión -Lo sé, lo sé, pero toma la oportunidad de que quizá veas a tu noviecita- Le dio unos cuantos codazos leves haciéndolo sonreír y sonrojarse, así lo aceptó.