Dress n' red•

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El despertador hizo un sonido estruendoso en sus oídos y sus ojos se abrieron de golpe al par. Su cuerpo estaba húmedo y frío, y en los costados inferiores de la cama, ahí estaba él, con una sonrisa de oreja a oreja mirándole con gracia. Señaló con su mirada la entre pierna del muchacho y este se percató del bulto que se creaba debajo de las sabanas, rápidamente lo cubrió con el resto de almohadas esperando las molestas palabras de él.
-¿Sueños húmedos?- Como supuso, no podía iniciar sin alguna estupidez. En parte tenía razón y aquello se había sentido tan real.
Marcus se había levantado del pequeño asiento de madera para dirigirse un poco mas cerca del muchacho, y este en ese instante pudo darse cuenta que todas las sabanas se encontraban mojadas. Bill trató de cubrir aquello pero ni siquiera tenía razón para hacer aquello.
-¿Tienes problemas de eyaculación, Skarsgård?-
Bill negó levantándose rápidamente pero fue empujado contra la cama por la fuerza de Marcus y este se acercó con sus facciones llenas de amenaza colocando sus brazos en los costados del castaño.
-He notado como miras a Beverly- Su voz se tornó sarcástica y molesta mientras Bill solo podía mirarle -No quiero que te le acerques- Sonrió -Nunca vas a poderle dar todo lo que yo puedo darle- Se burló llevando sus dedos sobre la herida del hombro de él, apretando con fuerza y el muchacho solo cerró sus ojos soportando el dolor -No puedes darle el amor que yo, no puedes darle toda la atención, ni tampoco las joyas o el hogar que yo puedo pagar para mantener su felicidad elevada- Rió -Nunca vas a recibir los aplausos de todo el público- Susurró -Por que ella va a enamorarse de mi cada vez que nuestro guión comience y yo pueda sostenerla en mis brazos- Retiró sus dedos con fuerza y Bill simplemente cerró sus puños por el dolor -Así que alejate de ella- Caminó con elegancia hasta la puerta como si todo el mundo estuviera a sus pies, dando un último portazo que hizo que las cosas temblaran por unos segundos.

Dejó caer su cuerpo completamente contra la cama y observó el deteriorado techo del pequeño remolque, todo se veía tan triste a causa de la luz gris del día por las nubes de lluvia. Adentró su mano derecha en sus pantalones y dio un suspiro profundo por todo el sueño que creyó, había sido real.

No imaginó a nadie mas que ella, el toque de su piel, sostener sus caderas sobre las de él mientras se movía al ritmo de su corazón. No imaginó... A nadie mas que ella y sus hermosos senos, el rosado tenue de sus pezones y como se sentiría acariciarlos, adentrarlos a su boca mientras ella jalaba un poco su cabello a causa de la excitación. Tomó una de las prendas tiradas contra el suelo para colocarla en su boca y hacer el menor ruido posible por los orgasmos y gemidos que estaban poseyendo su cuerpo. Se arqueó contra la cama mientras su mano seguía en su pene masajeando una y otra vez.

Se cubrió con las sabanas al escuchar el estruendo de un ruido fuera del remolque. Colocó sus calzoncillos simplemente, tomando asiento en la orilla del colchón y levantándose para dirigirse al punto exacto del extraño sonido.
Al abrir la puerta, no había nadie, más que rotos globos rojos en el suelo como si hubiese celebrado algo la noche anterior.
Bajó el escalón para inclinarse y tomar la prenda blanca sobre el suelo manchada de tierra y sangre.
'La ropa interior de Beverly.' Pensó, por que llevaba el mismo encaje adornado alrededor.

El frío estaba entumeciendo su cuerpo, dejó la prenda sobre la mesa de entrada y colocó el resto de su ropa para salir del lugar, probablemente estaba tan agitado que las cosas comenzaban a distorsionarse.
***
Su pierna temblaba con fuerza mientras observaba una pequeña serpentina en el suelo, sus ojeras habían resaltado mas bajo sus ojos.
'La habitación de los espejos' leyó en el enorme título brillante de aquella atracción que ahora estaba solitaria. Entró con el menor ruido posible y los reflejos de Bill comenzaron a hacerse presentes. Colocó sus dedos contra el grande espejo, dejando dos pequeñas marcas. Elevó un poco su camisa girando su rostro hacía los espejos traseros para visualizar un poco mejor su espalda.

Marcas moradas comenzaron a hacerse presentes como si su cuerpo hubiera sido golpeado en una escena de box.

-Bill- Miró a la pelirroja y él se acercó rápidamente -¿Estás bien?- Ella acarició su mejilla mientras el castaño inclinaba su cabeza mientras sus ojos se cerraban sintiendo el toque de sus dedos que simulaban a la seda. -Sucedió- Bill abrió sus ojos mirándola con temor por lo que diría pero aquello había sido tan real como ese preciso momento -Me amaste tanto como yo a ti-
-C-creí que era un sueño-
-No- Ella sonrió -Estuve contigo- Rió besando sus labios -Estuvimos en el lago- Dijo mientras acariciaba sus brazos -Y fue la mejor noche- Susurró -De toda mi vida- Volvió a unir sus labios contra los rosas del muchacho sintiendo la pequeña electricidad de sus vellos corporales. Él se alejó.
- ¿Qué sucede?-
-No-No puedo- Su voz tembló viendo el destello apagado en los ojos de la muchacha -D-Debes irte- Retrocedió unos cuantos pasos
-Bill ¿Qué sucede?- En su voz, podía reconocerse la duda y decepción al mismo tiempo por no saber que estaba sucediendo
-Vete, Beverly-
Él se detuvo contra la puerta principal asegurandose de que nadie estaba mirando y así era, había tanta gente fuera y muchos de ellos eran compañeros del mismo circo. Al girarse ella estaba ahí, se acercó un poco y Bill tomó la manija de la puerta para cerrarla completamente.

Abalanzó su cuerpo contra el de la chica, besándola con la intensidad necesaria para hacer a sus sentidos despertar. Colocó sus manos sobre las caderas de ella chocando contra uno de los espejos, los largos cabellos de ella se enredaron en los dedos de él conforme la vehemencia desataba los sentimientos que tenían el uno al otro.

The Circus of Fun (Bill Skarsgård/Pennywise)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora