-¿Qué cosa te dijo, Bill?- Preguntó mientras acariciaba el pecho del muchacho con devoción, él solo tragó saliva, observando el reflejo de ambos en el techo de cristal. Cuando fuese millonario, pensó, pagaría cualquier cosa al mejor artista para plasmar aquella imagen en un lienzo donde nunca pudiese olvidar como se sentía estar así con ella.
-¿Te amenazó?- Él negó enseguida, mirándola fijamente y robando un beso de sus labios, haciéndola reír -No trates de cambiar el- Trató de hablar pero fue interrumpida por los constantes pequeños besos del muchacho -B-Bill- Sus palabras apenas pudieron salir correctamente mientras adentraba sus dedos en el cabello del castaño y esté deslizaba sus labios entre sus senos, acariciando los pequeños y rosados pezones con la punta punta de su lengua.
-Espera, espera- Mencionó agitada, ambos se detuvieron escuchando el leve ruido del cerrojo girar -Mierda- Las luces se apagaron de golpe, la melodía que sonaba en el exterior ya no se escuchaba, y debajo de la puerta en la orilla que la separaba del suelo, no entraba luz absoluta.
-Bill- Ella susurró -¿Qué sucedió?- Se apegó al muchacho colocándose tras él
-N-No lo se- Su voz tembló recogiendo las prendas de ambos -Vistete- Dijo acercándose a la puerta -Quizá fueron los cables de luz- Abrió un poco dejando una pequeña línea que le permitía ver parte del lugar, las oscuridad había reinado el lugar.
-Maldita sea, Bill- Se abrazó del brazo del chico saliendo de aquella atracción y el aire era helado.
-¡Bill!- La voz de Víctor se escuchó a lo lejos y el resto de las personas ahí giraron la mirada hacía lo lejos del bosque. Ella miró al muchacho con miedo.
-Debo ir- Se alejó de su agarre y ella estaba al borde del llanto
-No, Bill, no-
-E-Encuentra a Marcus- Se alejó al lugar dónde la niebla se acumulaba en el centro de la tierra, nadie se había dado cuenta de aquello por que nadie se había tomado el tiempo de escuchar.
Las ramas se quebraron bajo sus pies, y su respiración era el único sonido que podía escucharse.
-¿V-Victor?- Esperó alguna respuesta pero no había nadie ahí. Sus zapatos se hundieron contra el suelo e inclinó su cabeza para mirar de lo que sus zapatos se habían manchado, llevó sus dedos tocando la sustancia asquerosa sobre sus zapatos, olía bastante mal y supo que aquello era sangre.
-¿Vi-Victor?- El miedo invadió su cuerpo por que aquello olía bastante mal, como si se hubiera derramado tiempo atrás -¡Victor!- Elevó su voz tratando de encontrar un respuesta pero no había nadie ahí.
Un mal paso le hizo caer al vacío llenando de tierra la palma de sus manos y raspones debajo de sus codos. Retrocedió rápidamente sin importar el dolor en sus dedos al ver el cuerpo de su amigo frente a él. Chocó contra el tronco de uno de los altos arboles y se quedó así por unos segundos, su mirada demostraba el temor y su respiración estaba acelerada, Víctor estaba muerto.
Sus ojos junto con sus brazos, no estaban en su lugar. Sus labios habían sido arrancados dejando ver más allá de las encías. La sangre corría hacia sus pies como si de un río se tratara.
